Padecimiento del útero afecta la calidad de vida de la mujer

Sucede por crecimiento del tejido endometrial fuera de ese órgano

Prácticamente todo el tiempo presenta dolor, el cual puede llegar a ser incapacitante.

La endometriosis es una enfermedad que ocurre cuando el tejido endometrial, que normalmente crece y se desarrolla dentro del útero, prolifera y se instala más allá en tejidos como los ovarios, la cavidad peritoneal u otras áreas. Se calcula que alrededor de 15 por ciento de las mujeres en edad reproductiva, y entre 30 y 40 por ciento de las que tienen infertilidad, pueden tener este padecimiento.

Científicos de la Unidad de Investigación en Reproducción Humana de la Facultad de Química (FQ) y del Instituto Nacional de Perinatología (INPer) estudian el tejido uterino que en una situación normal es sensible a hormonas como el estradiol y la progesterona, pero en el caso de la endometriosis se registra una insensibilidad a esta última, encargada de regular actividades relevantes para el funcionamiento de las células uterinas.

Ignacio Camacho Arroyo, integrante del equipo de investigación, explicó que el crecimiento de tejido endometrial fuera del útero genera muchos problemas. Algunos síntomas son dolor intenso durante los sangrados menstruales, las relaciones sexuales y hasta cuando se orina o defeca, además de que es causa frecuente de infertilidad.

Se trata de una enfermedad relevante en términos de salud reproductiva y afecta sustancialmente la calidad de vida de la mujer, porque prácticamente todo el tiempo presenta dolor, el cual puede llegar a ser incapacitante, refirió el universitario.

Afección multifactorial asociada a cuestiones genéticas

La endometriosis es una afección multifactorial que se asocia a cuestiones genéticas o al inicio de la menstruación a edad temprana, aunque también se observa cierta relación con un índice de masa corporal bajo, con aspectos de dieta o ciclos menstruales menores a 26 días.

Igualmente, con problemas de desarrollo y un fenómeno llamado menstruación retrógrada; es decir, cuando el flujo menstrual en lugar de ir hacia la vagina, va de regreso e invade otros tejidos.

El tratamiento para la enfermedad, de entrada, es la cirugía, porque se deben extirpar las regiones donde el tejido uterino ha invadido. Sin embargo, muchas veces se presenta el problema de la reincidencia.

“Aunque en otro nivel, esto lo podemos comparar con algún tipo de cáncer; en éste, las células malignas invaden otros tejidos, en lo que sería la metástasis, y también en muchas veces después del tratamiento hay reincidencia. En el caso de endometriosis es similar; una cirugía exitosa cambia la vida de la mujer, pero en algunos casos, a pesar de lo anterior, vuelve a producirse crecimiento de células endometriales fuera del útero.”

En relación con sus hallazgos, el especialista mencionó que todavía se desconocen los mecanismos moleculares por los cuales se da la insensibilidad del tejido uterino a la progesterona.

Para que una hormona actúe tiene que interactuar con proteínas que se llaman receptores; en el caso de la progesterona ellos se ubican dentro de la célula y en su membrana. “Ya se sabía que los receptores en el interior celular están alterados, pero se desconocía por completo lo que ocurre con los membranales”.

Sus resultados han sido publicados en las revistas internacionales Frontiers in Endocrinology y Biomed Research International. En primera instancia, “lo que hicimos fue caracterizar si existían o no estos receptores y cómo estaba su expresión; es decir, qué tanto se producían. Encontramos que el tejido endometriósico, no sólo el que está fuera del útero (ectópico), sino también el que está dentro (eutópico) pero que tiene características diferentes al normal, tienen una menor cantidad y expresión de receptores membranales a progesterona”.

Esta puede ser una de las razones por las cuales el tejido no responde a la progesterona, porque no hay el número adecuado de proteínas con las que la hormona puede interactuar y ejercer sus efectos, precisó Camacho Arroyo.

Por más receptores

Ahora, el científico y colaboradores trabajan para determinar cómo sería posible aumentar la cantidad de receptores a progesterona en la membrana de las células.

“Por ahora no sabemos cómo se pueden regular, cómo producir más de esos receptores. Primero debemos conocer qué hormonas regulan al tejido y cómo. Cuando lo entendamos podremos diseñar una estrategia farmacológica para tratar de incrementar esos u otros receptores”, dijo.

Ese es un aspecto por el que tiene relevancia la investigación básica: las posibilidades terapéuticas, en este caso, ante un mal que afecta tanto la calidad de vida de las mujeres en edad reproductiva.

Cromatina

Al mismo tiempo, el grupo realiza indagaciones para saber cómo cambia la organización de la cromatina (el ADN en el núcleo celular, importante en términos de la regulación de los genes), en las células del endometrio, y determinar cómo influye para que se presente o no la expresión de ciertos genes.

Asimismo, analiza cuál es el papel que tiene el microbioma, la serie de bacterias y microorganismos que se encuentran en el útero, para que se presente la endometriosis. “Ya podemos comenzar a caracterizarlos y ver qué diferencias hay respecto a una mujer que no presenta la enfermedad”.

Los estudios se realizan en colaboración con los académicos de la FQ, Marco Antonio Cerbón Cervantes y Ricardo Vázquez Martínez; Elizabeth García Gómez, catedrática del Conacyt en la Unidad de Investigación en Reproducción Humana, y Diana Medina Bastidas, del INPer.

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