Paradigmas actuales de la cultura política y las actividades ciudadanas

Sesión inaugural del encuentro académico. Foto: Víctor Hugo Sánchez.

Este 2024 será importante para los sistemas democráticos de México y el mundo, pues casi la mitad de la población mundial está convocada a votar para elegir a distintas autoridades, apuntaron Miguel Armando López Leyva, coordinador de Humanidades, y Leticia Cano Soriano, coordinadora del Consejo Académico del Área de las Ciencias Sociales (CAACS).

Al participar en la sesión inaugural de la tercera edición del Seminario Permanente de las Ciencias Sociales (Sepercis), Reflexiones del Mundo Contemporáneo 2024. Cultura Política y Participación Ciudadana: Paradigmas Actuales, López Leyva indicó que hasta hace unos años el tema de la democracia parecía superado; sin embargo, ésta parece estar siempre en crisis y ello, desde hace mucho tiempo, es motivo de debate, “ya se volvió una situación habitual y ha dejado de ser una condición crítica”.

Dijo que la participación ciudadana, uno de los núcleos temáticos del programa de este seminario permanente, además de la cultura política son propias de la democracia. Sin embargo, lo curioso es que no sólo las utilizan como bandera los gobiernos democráticos, sino también los regímenes autoritarios. Siempre está presente la idea de la participación, sea para expresar la condición de un país democrático o bien legitimar la condición de una nación que no lo es.

Refirió que la expresión más reciente de la crisis de la democracia podríamos resumirla en una frase que algunos de los indicadores más importantes han trabajado en los últimos años y que le han llamado “la tercera ola de la autocratización”.

Ello implica distintos indicadores en torno a que existen cada vez menos democracias en el mundo y una creciente preferencia por el autoritarismo, aunque en realidad no es tangible. “Decir que la gente prefiere el autoritarismo es un poco más complicado, sobre todo cuando se le pregunta por medio de encuestas”.

López Leyva apuntó que por primera vez en México nos gobernará una mujer: “las probabilidades de que quede un hombre son bajas, en términos genéricos abstractos, más allá de nuestras propias preferencias; esa es una buena noticia”.

Asimismo, subrayó que esta no será la primera elección democrática que tendremos en México, como tampoco lo fue la de 2018; en realidad proviene de muchos años atrás. “Este país, con sus deficiencias, complejidades y déficits, tiene una democracia desde hace muchos años”.

Resaltó que la elección de 2024 no sólo pondrá en escena las posibilidades de continuidad institucional de la democracia, también la correlación de fuerzas que de ahí deriven. Quien gane la mayoría, seguramente no será una absoluta, sino la mayor minoría y tendrá que hacer alianzas o coaliciones, lo cual en las condiciones actuales es lo mejor que podría ocurrir. Ello contribuiría al equilibrio de poderes, que es necesario y útil para evitar abusos de poder y discrecionalidad en la toma de decisiones.

“Ese, agregó, es el núcleo de la democracia, evitar las tiranías de quien sea, más allá de nuestras preferencias que expresemos el próximo 2 de junio”. Lo relevante de estos comicios es que se refrende la importancia de la vía electoral para cambiar a gobernantes y, si es el caso, la orientación de las políticas públicas, o bien se ratifique cierta orientación de ellas: ese es el núcleo de la democracia.

Transitar a la democracia

A su vez, Cano Soriano mencionó que la idea o concepción de ciudadanía no se limita a la emisión de un voto electoral, va mucho más allá; es decir, existen las ciudadanías civil, política y social en las que confluyen prácticas cotidianas por la lucha y la exigibilidad de los derechos humanos, la justicia social, las libertades y la libre expresión, la igualdad sustantiva y los derechos sociales consagrados en la Carta Magna, como la salud, la alimentación, la vivienda y la educación, entre otros.

Por ello, transitar de la democracia electoral a la de ciudadanas y ciudadanos, permitirá que sean escuchadas todas las voces de manera inclusiva, y que la deliberación pública permita avanzar en el bienestar y desarrollo social y humano de la población.

Conformar una ciudadanía crítica, con cultura política que haga suyo el ejercicio participativo responsable para ser parte activa de la agenda pública nacional e internacional que luche por las libertades e igualdades, es, sin duda alguna, tarea de todos los días y de todas, todos, todes, puntualizó la académica universitaria.

Resaltó que como parte de este diálogo y trabajo interdisciplinar que se desarrollan en estos encuentros académicos, “la construcción de ciudadanía y la democracia participativa es necesaria para conformar agendas públicas inclusivas y deliberativas. Por ello es fundamental el activismo social y comunitario”.

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