Orden y responsabilidad en el macrosimulacro sísmico

A las 10:56, apenas cuatro minutos antes de que se realizara el ejercicio cívico, hubo un temblor de magnitud 4.6 en el Golfo de Tehuantepec, a 74 kilómetros de Salina Cruz, Oaxaca

Alrededor de 95 mil académicos, alumnos, trabajadores y funcionarios de diversas entidades y dependencias de la UNAM participaron en el macrosimulacro sísmico del lunes, el primero de tres que habrá en 2020. Raúl Flores Mendoza, director de Protección Civil de la Secretaría de Prevención, Atención y Seguridad Universitaria, afirmó que los universitarios asumieron este ejercicio con responsabilidad, orden y calma.

Los simulacros permiten minimizar riesgos y evaluar medidas”

Aunque esta actividad no se dio al cien por ciento porque algunas entidades continúan el asueto académico, “la participación fue provechosa, por lo que buscamos fomentar este ejercicio como un hábito para tomar medidas y saber qué estamos haciendo bien o qué aspectos debemos mejorar. Los simulacros permiten minimizar riesgos y evaluar medidas”, dijo.

Xyoli Pérez Campos, jefa del Servicio Sismológico Nacional (SSN), informó que este ejercicio tuvo como escenario un sismo cortical intraplaca, es decir, un evento que hipotéticamente ocurrió en la placa  de Norteamérica, cuatro kilómetros al sur de Temascalcingo, en el municipio de Acambay, Estado de México, hacia el norte de Ciudad de México, con una magnitud de 7.0 y una profundidad de ocho kilómetros.

Evacuación

En punto de las 11 horas, tras el sonido de la alerta sísmica (que no es operada por el SSN), personal que labora en la Torre de Rectoría evacuó el edificio. Fueron desalojadas la parte baja del inmueble, correspondiente al basamento, la planta principal, mezanine y primer piso.

Esta acción fue realizada bajo la llovizna, y se emprendieron los protocolos de seguridad, con la intervención de brigadistas e integrantes de Atención de Emergencias de Protección Civil UNAM.

En tanto, en las instalaciones del SSN, participantes en un curso que ofrece esta dependencia adscrita al Instituto de Geofísica salieron formados y organizados al escuchar la alarma sísmica.

Los analistas del Sismológico Nacional no se movieron de sus puestos, pues monitoreaban de manera habitual la actividad sísmica en nuestro territorio. Apenas cuatro minutos antes del macrosimulacro, a las 10:56 horas, hubo un temblor real de magnitud 4.6 en el Golfo de Tehuantepec, a 74 kilómetros al sur de Salina Cruz, Oaxaca, señaló Pérez Campos.

“Durante el simulacro los analistas estuvieron trabajando en los datos de ese sismo para estimar su magnitud y determinar su localización”, detalló.

Sismo hipotético

Las características del movimiento telúrico hipotético fueron similares a otros que se han presentado a lo largo de la Faja Volcánica Transmexicana, una zona que va desde las costas del Pacífico, en Jalisco, hasta la zona este, cerca de Jalapa, Veracruz.

La experta recordó que uno de esos sismos históricos fue el 19 de noviembre de 1912, con magnitud de 6.9, ocurrido en la falla de Acambay-Tixmadejé.

Por sus características, el temblor hipotético hubiera tenido intensidades importantes para la población epicentral, aunque se requeriría la revisión de la infraestructura de la zona, un tipo de análisis que realiza la Unidad de Instrumentación Sísmica del Instituto de Ingeniería de la UNAM.

Reporte inmediato

De manera virtual, cuando sucede un sismo significativo el SSN emite un reporte especial, dando datos sobre las características del evento e integrando información como mapas de intensidades, generados por el Instituto de Ingeniería, y el mapa de intensidades macrosísmicas, por la Facultad de Ciencias de la Tierra de la Universidad Autónoma de Nuevo León. “Este último se genera a partir de lo que la gente reporta en una encuesta, así que como individuos nos convertimos en sensores”, concluyó Pérez Campos.

Foto: Francisco Parra.
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