Persisten prejuicios en torno a las mujeres que deciden dedicar su vida a la ciencia

Cuatro científicas y divulgadoras se dieron cita en la Feria Internacional del Libro de Guadalajara 2022

María Emilia Beyer, Meytal Landau, Carol Perelman y Julia Tagüeña. Foto: Alberto Reséndiz.

Aunque se han hecho avances, en la ciencia persisten prejuicios en torno a las mujeres que deciden dedicar su vida a estas labores. Así lo expresaron Julia Tagüeña, miembro de la Academia Mexicana de Ciencias y física por parte de la UNAM; Carol Perelman, química farmacobióloga egresada de la UNAM y ganadora de la Medalla de Oro en las Olimpiadas de Química nacionales; María Emilia Beyer, directora de Universum, Museo de Ciencias de la UNAM; y Meytal Landau, profesora asociada en la Facultad de Biología del Technion-Instituto de Tecnología de Israel.

Las cuatro científicas y divulgadoras de la ciencia se dieron cita en la Feria Internacional del Libro de Guadalajara 2022 para participar en la mesa “FIL Ciencia-Mujeres en la ciencia”, organizada por la Embajada de Israel en México, Universum Museo de las Ciencias de la UNAM y la Cátedra Ana María Cetto del CUCEI.

Tagüeña subrayó la importancia que tuvo la UNAM en el avance de su carrera profesional: “Considero que tuve una gran oportunidad en la propia Universidad para poder alcanzar la educación superior, porque la ciencia requiere que llegues a ella, es imposible que lo hagas caseramente. La apertura de las universidades es el camino de la libertad”.

La académica puso como ejemplo las dificultades que enfrentan muchas en sectores de la industria energética, en específico de la fotovoltaica en la que ella participa activamente, y donde casi 40 % de la fuerza laboral está compuesta por mujeres.

“Tenemos grandes oportunidades de trabajo en el tema de la energía. Podemos concluir que sigue habiendo enormes diferencias de desigualdad, continúa pasando que son muchas menos mujeres que hombres trabajando en estas áreas”, recalcó.

La familia, clave

En el caso de Carol Perelman el apoyo familiar y una educación sin distinciones de género hicieron que elegir el camino de la ciencia fuera una decisión atractiva para su vida profesional.

“Chimamanda Ngozi, una autora nigeriana que les recomiendo mucho, dice que las conversaciones como ésta hay que tenerlas con nuestras hijas, hermanas, amigas, madres; pero también –y quizá sobre todo– con los abuelos, los tíos, los hermanos, los maestros, los hijos y los padres. Cambiar esas expectativas, redefinir roles, promover las vocaciones y replantear suposiciones”, mencionó.

Prosiguió sobre el tema poniendo como ejemplo a Irène Joliot-Curie: “Estoy segura que el ver a sus padres trabajar juntos, ganar un Nobel juntos, tuvo una profunda influencia en ella. No es de sorprenderse que años después subió a ese mismo podio a recibir la medalla con Frédéric Joliot, su esposo”.

Por ello, para Perelman es indispensable dialogar con los hombres en tu entorno y así sumar esfuerzos buscando reducir las desigualdades. “No podemos hablar solas en una cámara de vacío, requerimos al otro sexo”, consideró.

María Emilia Beyer utilizó su intervención para recordar que años atrás formó parte del equipo de investigación que realizó el estudio Draw-A-Scientist en México, que se ha llevado a cabo alrededor del mundo desde hace más de 50 años.

La prueba consiste en pedir a diversos grupos de infantes –de edades y estratos diferentes– que dibujen a un científico o a quién hace ciencia, para determinar cuáles son los estereotipos con los que han crecido o que experimentan en su entorno respecto a ésta; además de los cambios de percepción que se dan conforme los participantes crecen.

La directora de Universum recordó que en México la prueba se hizo en tres estados de la República, y entre sus hallazgos detectaron que las niñas mexicanas dejan de dibujar científicas cuando alcanzan el cuarto año de primaria.

“Antes de cuarto de primaria, las niñas todavía se dibujan siendo las que meten las manos a la ciencia. Después de eso –quinto, sexto y de ahí, olvídate–, el porcentaje de pequeñas que se dibujan a sí mismas o a una mujer haciendo ciencia baja a un 7 %. El 93 %, incluso si lo dibujan ellas, ponen a un varón”, señaló Beyer.

Al finalizar hizo un llamado. “Este tipo de mesas y la oportunidad de estar en la FIL son muy importantes para afianzar una serie de mensajes que no son los que se viven en la vida cotidiana, los subversivos están ahí escondidos”.

También podría gustarte