Permitiría mejorar empleos e ingresos

Plantean instituir una política para democratizar la tecnología

La crisis sanitaria profundizó los efectos recesivos de la economía mexicana: Nayeli Pérez Juárez, del IIEc

El escenario es incierto, serán afectados trabajadores asalariados y no asalariados.

México debe generar una política pública e industrial que impulse el desarrollo de capacidades en la población, así como nuevas inversiones que posibiliten una democratización de la tecnología para que todos los mexicanos podamos tener mejores empleos e ingresos económicos, así como un nivel de vida y bienestar más apropiados, planteó Armando Sánchez Vargas, director del Instituto de Investigaciones Económicas (IIEc).

Al inaugurar el XV Seminario de Economía del Trabajo y la Tecnología. La Innovación Tecnológica, la Pandemia de la Covid-19 y el Futuro del Trabajo, dijo que en ese proceso la tecnología ocupa un papel central, por lo que se espera que de la discusión realizada en este seminario, uno de los más tradicionales de la entidad universitaria, surjan propuestas de política pública que permitan llevar a la sociedad el conocimiento que genera la Universidad, una de sus labores sustantivas.

Gerardo González, del IIEc, recordó que en estos 15 años del seminario se han analizado asuntos como el desplazamiento de la mano de obra por la tecnología, la creación de nuevas áreas y especialidades, así como la forma en que la fuerza laboral se ha ido calificando de manera importante.

Asimismo, en el aspecto de las remuneraciones salariales, “cada año hemos presentando los resultados del modelo neoliberal y sus efectos en la pérdida del poder adquisitivo de los trabajadores”.

Expuso que la incorporación masiva a la tecnología de quienes han tenido que realizar teletrabajo es algo que ha desbordado la infraestructura y mostrado la concentración y centralización tecnológica y, al mismo tiempo, plantea cuál será el futuro del empleo, tema de análisis de este encuentro.

Bajo desempeño

En la sesión inaugural, Nayeli Pérez Juárez, académica del IIEc, resaltó que la crisis sanitaria por la Covid-19 profundizó los efectos recesivos en la economía mexicana, que se venían reflejando desde el segundo trimestre de 2019, aunque el bajo desempeño económico ya se vivía desde 2018.

México entró a la pandemia con una economía en recesión, misma que ya mostraba debilidades no sólo en términos productivos, sino también de ventas de productos, bienes y servicios. El SARS-CoV-2 nada más acentúa las contradicciones del actual sistema capitalista, proceso que se ha venido gestando por lo menos desde las últimas cuatro décadas.

Dicha situación no sólo ocasiona la caída de los salarios y la precarización laboral, también afecta todas las variables de distribución como el acceso a los servicios de salud, un aspecto muy cuestionado en México y en el mundo, aunque tampoco se debe a la pandemia, sino a los procesos económicos de los últimos años, señaló la universitaria en su exposición La Crisis Económica y Pandemia por la Covid-19.

Asimismo, apuntó que los conflictos comerciales entre Estados Unidos y China, así como los de Rusia y Arabia Saudita, derivaron en una disminución en la producción y circulación de bienes y servicios. De manera virtual, Nayeli Pérez mencionó que en un escenario conservador el crecimiento para México en este 2020, es de menos de 10.2 por ciento.

Comentó que en lo internacional las condiciones para la recuperación económica son adversas, y en la nación ésta se encuentra limitada por dos aspectos de tipo productivo: el primero, que los servicios de alojamiento, deportivo y recreación continúan detenidos, y su reactivación es esencial para la circulación y consumo de productos.

El segundo, que las micro, pequeñas y medianas empresas son las principales afectadas en la disminución de ingresos, lo que dificulta su recuperación, pues constituyen 99 por ciento de la estructura productiva del país.

En ese sentido, puntualizó que ambas crisis, sanitaria y económica, están intrínsecamente ligadas. “El escenario es incierto, las dos afectarán a los trabajadores asalariados y no asalariados, agudizando las condiciones económicas y sociales en el territorio nacional”.

Además, el contexto adverso de violencia y cambio climático, imposibilitan un tanto la recuperación económica y hacen repensar la reestructuración del sistema capitalista en su conjunto; de no ser así, la baja en el producto interno bruto será la constante, finalizó.

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