Pobreza y desigualdad, flagelos del mundo
Ahora más que nunca, el impacto del ser humano en el planeta es evidente con el cambio climático, la contaminación, la extinción de especies...
El acceso a la salud, el aborto, los derechos de la mujer, el embarazo subrogado, la generación de la pobreza y la relación con los animales y el medio ambiente, son algunos de los problemas que aquejan a las sociedades del mundo y que son revisados desde una perspectiva bioética por especialistas en la UNAM en las Cuartas Jornadas Internacionales de la Red Iberoamericana de Bioética.
El encuentro, organizado por el Programa de Bioética de la UNAM, tuvo lugar en la Unidad de Posgrados de esta casa de estudios y recibió a expertos de la International Association of Bioethics, para analizar especialmente el flagelo de la pobreza y la desigualdad en el mundo.
En la primera parte de la jornada, Paulina Rivero Weber, directora del Programa Universitario de Bioética y organizadora del evento, señaló que ésta permite revisar cualquier asunto desde una perspectiva global, sin parcializar una idea, pues las decisiones que se tomen afectan a la totalidad.
“La bioética como saber ético de la vida es la actividad interdisciplinaria con la cual la humanidad ha pretendido regular sus relaciones con todo tipo de seres vivientes y los ecosistemas”, detalló la autora de libros sobre Nietzsche y Heidegger.
Enfatizó que la vida humana depende de una serie de acontecimientos que involucran al planeta en su totalidad, por lo que los principales problemas en el ámbito global ya no sólo remiten a los seres humanos sino también al medio ambiente, derivando en asuntos como cambio climático, desplazamientos, etc.
Acceso a la salud
A su vez, Patricio Santillán, presidente del Colegio de Bioética, examinó el tema de salud y el acceso a ella en el mundo, pues hay una grave desigualdad derivada de la pobreza en la población.
El grupo internacional Global Burden of Disease, comentó, hace poco publicó un Índice de Acceso a la Salud sobre las mejoras en los sistemas de acceso a ésta, en 196 países. En este estudio llama la atención que naciones altamente industrializadas como Estados Unidos o Inglaterra no están entre las primeras 20 que ofrecen estos servicios.
Del caso mexicano, ubicado en el sitio 126, por debajo de Brasil, Jamaica, Panamá o Venezuela, se reveló que hay graves deficiencias de atención de pacientes con insuficiencia renal crónica, aunque hay grandes avances en la atención de cáncer de mama.
“Se calcula que al menos 33 millones de personas caen en pobreza por el pago de gastos médicos, mientras 48 millones lo hacen por gastos no médicos derivados de tratar de acceder a la atención (traslados, comidas, hospedaje, etc)”, mencionó Santillán.
Sobre esto, Jorge Linares Salgado, director de la Facultad de Filosofía y Letras, precisó que a eso se suma que en México los sistemas de salud pública y privada colapsaron hace tiempo, el primero por falta de recursos y el segundo por el control de las compañías aseguradoras.
De ahí, aseguró, que sea “indispensable reorganizar los principios de la bioética, poniendo a la justicia en el centro de todos los debates”.
Es indispensable reorganizar los principios de la bioética, poniendo a la justicia en el centro de todos los debates”
Jorge Linares
Director de la Facultad de Filosofía y Letras
Donación de órganos
La española María Casado, especialista del Observatorio de Bioética y Derecho de la Universidad de Barcelona, planteó que el pago por donaciones de órganos, sangre o la maternidad subrogada, que se está discutiendo y realizando en ciertos lugares del mundo, debe pasar por un debate de qué tanto estas acciones fomentan la desigualdad de las sociedades.
“Si la situación económica no me da de otra más que vender mi cuerpo a trocitos, es un sistema. Ahí hablamos de pobreza y desigualdad, de injusticia, más que de autonomía”, estimó.
Finalmente, la experta argentina Florencia Luna, de la International Association of Bioethics subrayó que muchos de estos temas también tienen relación con la pobreza y la condición de la mujer, pues en muchas ocasiones el simple hecho de ser madre la limita, pues suele ganar menos que un hombre, mientras que él tiene menos responsabilidades, culturalmente hablando, en la crianza de los niños.