Poner en el centro a la justicia social

Defendió ese concepto durante su brillante trayectoria académica desde que era un destacado estudiante de licenciatura

En la inauguración del evento. Foto: Benjamín Chaires.
Ubicar en el centro a las personas y alrededor a leyes que las dignifiquen, dar cuerpo legal a los derechos humanos y poner en el centro a la justicia social son elementos vigentes que el jurista y exrector Jorge Carpizo McGregor defendió durante su brillante trayectoria académica desde que era un destacado estudiante de licenciatura, quien defendió su grado como abogado con la tesis “La Constitución Mexicana de 1917”, dirigida por Mario de la Cueva.

A 53 años de la publicación de esta tesis, que luego se convirtió en libro y ha tenido 16 ediciones que el mismo Carpizo nutrió con correcciones y notas, un grupo de juristas, colegas y discípulos del exrector comentaron la obra en la Mesa 1 del foro virtual 10 años sin Jorge Carpizo: reflexiones sobre su obra, organizado por el Programa Universitario de Derechos Humanos (PUDH).

En la mesa moderada por el abogado constitucionalista Rodolfo Lara Ponte, Rosa María Álvarez González, investigadora del Instituto de Investigaciones Jurídicas (IIJ), destacó que el libro es un claro ejemplo de valía que ha permanecido en el tiempo. “Carpizo mantuvo siempre vigencia editorial y señalaba que la Constitución de 1917 aseguró décadas de paz social, aunque reconocía en sus últimos años que la sociedad ha cambiado”, recordó.

La obra destaca la importancia de la paz social y el crecimiento de la clase media. “Carpizo sostenía en este libro que el avance de la Constitución ha venido fortaleciendo el régimen democrático, que aún tiene que vitalizarse”, citó.

Álvarez González subrayó que un anhelo de la Carta Magna, según la obra de Carpizo, es la justicia social, sin la cual no hay democracia plena.

Intelectual trascendente

Patricia Kurczyn Villalobos, académica del IIJ, resaltó en la figura de Jorge Carpizo un intelectual de gran estatura y trascendencia nacional e internacional, que fue además excelente amigo. “Tuvo una genuina preocupación por la justicia, y los derechos humanos fueron un tema que defendió y hoy se ven asediados”, señaló.

Consideró que en el libro sobre la Constitución de 1917 consagró los derechos sociales, y en otras obras Carpizo sentó las bases para que los derechos humanos se fueran traduciendo para ser efectivos. “También defendió los derechos a la salud, la alimentación y a la vivienda digna”, recordó.

Sergio García Ramírez, profesor emérito e investigador jubilado del IIJ, definió a Jorge Carpizo como un jurista ilustre y gran ciudadano, que defendió los derechos humanos y participó en la creación de la figura del ombudsman (hoy ombudsperson), aunque parece que ambos conceptos hoy se hubieran olvidado.

“Fue un ombudsman ejemplar, que llevó esta figura a rango constitucional, la cual hoy merece un rescate”, señaló.

Recordó la creación de una Conferencia Internacional sobre Seguridad y Justicia en Democracia, de la cual se elaboró un documento conjunto hacia una política de Estado sobre esos temas, donde se ponderó que se moderara el uso de la fuerza, e imperara la pertinencia de un liderazgo civil.

El abogado y político Alfonso Navarrete Prida, exprocurador de justicia del Estado de México y exsecretario del Trabajo y Previsión Social, subrayó la congruencia de Jorge Carpizo entre el pensar y el actuar, sin negociaciones.

Dijo que el libro sobre la Constitución es la primera obra en donde el jurista universitario da muestra de una forma de entender la vida, centrada en “vivir la Constitución”.

“Él entendía la Constitución como un resumen de la realidad y siempre la vivió en sus anhelos y luchas. La columna vertebral del libro que hoy comentamos es el respeto a los derechos fundamentales de la persona. Nunca abandonó esta idea”, resaltó.

Navarrete Prida expresó que el constitucionalismo social mexicano es toral en Carpizo. “El derecho social es un derecho humano de respeto al grupo. Él sostenía que no se necesita una Constitución nueva, pues la de 1917 sigue vigente, aún con sus muchos cambios, y no se ha roto el orden social.

En su oportunidad, José de Jesús Orozco Henríquez, investigador del IIJ, destacó en Jorge Carpizo su calidad humana, profesional y académica, su honestidad intelectual, compromiso con México y con el Estado de Derecho, cualidades que son ejemplos a seguir.

Dijo que su libro sobre la Constitución está vigente, cuenta con 16 ediciones corregidas y aumentadas, la última ocasión publicadas en 2013 (tras el fallecimiento de Carpizo) por editorial Porrúa y la UNAM.

De entre la amplia labor académica, del exrector, Orozco resaltó su adopción de la figura del ombudsman y la protección de los derechos humanos con su enjambre legal.

Por último, Diego Valadés Ríos, investigador emérito del IIJ, comentó que la obra sobre la Constitución, que Carpizo presentó como tesis profesional de licenciatura el 8 de febrero de 1968, fue de una gran originalidad y frescura para el derecho constitucional.

Dirigida por Mario de la Cueva, tras presentarla en el examen profesional mereció una ovación y su futura actualización en varias ediciones.

Entre las aportaciones, Valadés destacó que desde el siglo XIX se venía hablando en México de la separación entre Iglesia y Estado, pero Carpizo defendió desde entonces una supremacía del Estado y la defensa de un país laico.

Presidencialismo mexicano

Las preocupaciones expresadas por Jorge Carpizo en su obra El presidencialismo mexicano (incluyendo las actualizaciones del texto) se mantienen vigentes, por lo que hoy en día falta hacer una nueva revisión del tema a la luz de los actuales cambios y retos que enfrenta el Ejecutivo, coincidieron expertos.

En la mesa de trabajo, que analizó la obra a 44 años de su publicación, amigos y colaboradores de Carpizo MacGregor recordaron la revisión profunda que realizó el autor en 1978 y que fue motivo de polémica, especialmente por hablar sobre las facultades metaconstitucionales del presidente.

Amador Rodríguez Lozano, exsenador del Congreso de la Unión, sugirió que es necesario hacer una nueva revisión del presidencialismo en México, pues los gobiernos de Vicente Fox, Felipe Calderón y Enrique Peña Nieto mantuvieron en el fondo toda la institucionalidad del presidencialismo y, de alguna manera, hoy se vive también un presidencialismo fuerte.

A su vez, la escritora y abogada Lilia Cisneros Luján, destacó que si bien, hace 44 cuando se escribió el texto, en México éramos 60 millones de mexicanos, hoy con más del doble se debe hacer una reflexión sobre cómo ejercer un presidencialismo de la mano de la ley, que no apoye sólo a los que están de acuerdo con él, sino que promueva una vida digna para todos.

Invitó a trabajar en ideas para poner un alto a las funciones metaconstitucionales ya sea desde el salón de clases, en los espacios de opinión o los grupos en debate y reunión.

Desde Alemania, la reconocida abogada Mariela Morales Antonazzi, recordó que Carpizo MacGregor deja de manifiesto en su obra el lograr un gobierno de leyes y no de hombres, que fortalezca la dignidad y realización de las personas.

En México y Latinoamérica, agregó, es preocupante el regreso de los modelos caudillistas y aunque las constituciones impedían la reelección consecutiva, en los últimos años se ha notado una tendencia a eliminar esta garantía auténticamente democrática, por lo que ahora el problema de fondo es limitar un poder que ha crecido de tal forma que determina el destino de un país.

César Astudillo Reyes, del Instituto de Investigaciones Jurídicas, recordó que las facultades metaconstitucionales del Ejecutivo estaban marcadas por su influencia en los poderes Legislativo, Judicial, el control de los medios de comunicación, el dominio sobre las fuerzas armadas, los cargos en la Suprema Corte de Justicia y su regulación del sistema monetario del país.

Es claro, estimó, que el presidencialismo mexicano es producto de una evolución no lineal y puede presentar involuciones autoritarias. Carpizo tuvo tiempo de advertir sobre la oleada populista que se vive en el México y el mundo, por lo que tendría mucho qué decir sobre esto.

En tanto, Luis de la Barreda Solórzano, extitular del PUDH-UNAM, recordó a Carpizo MacGregor y su obra por el mérito de ser un profundo conocedor del constitucionalismo y exponer sus ideas con una claridad que pocos juristas comparten.

Por lo anterior, invitó a realizar un nuevo análisis a la luz de la figura presidencial actual, que enfrenta retos clave como el combate a la pobreza que, pese a las dádivas otorgadas hoy, ha aumentado considerablemente el número de mexicanos en situación de pobreza y pobreza extrema.

Para Mariano Palacios Alcocer, exgobernador de Querétaro, enfatizó que en su obra, Jorge Carpizo propone un sistema presidencial equilibrado, acotado y responsable, siempre sujeto a la Ley.

Por ello, consideró, el sistema presidencial ha de deslindarse del presidencialismo, alentar el diálogo democrático, respetuoso y tolerante, someterse a la ley, todo esto para fomentar el estado de derecho en el país.

Finalmente, Jorge Madrazo Cuéllar, expresidente de la CNDH, sugirió que para realizar el debate se deben considerar los elementos que dejó en la actualización de su obra el propio Carpizo MacGregor, pues representan un buen método para analizar lo que ha pasado con este sistema en las últimas dos décadas, de manera rigurosa, “con sencillez, sin sentirnos dueños de la verdad y un método como él lo hizo”.

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