¡Por mis calzones!, un texto reflexivo que cuestiona estigmas

Una serie de escritos desenfadados y con argumentos feministas derivados de la lectura de literatura crítica y narrativa contemporánea, chicana y latinoamericana.

Marisa Belausteguigoitia, Alejandra González y Karina Batthyány. Foto: Francisco Parra.

Al continuar los trabajos del XXXIII Congreso Latinoamericano de Sociología Alas México 2022, la directora del Centro de Investigaciones y Estudios de Género (CIEG), Marisa Belausteguigoitia, hizo referencia al resultado de los trabajos realizados por alumnas de la Facultad de Filosofía y Letras (FFyL), como parte de la materia Violencia, Género y Ética Comunitaria, instituida en la entidad universitaria en respuesta a una de las demandas del colectivo MOFFyL, Mujeres Organizadas de la FFyL.

En la sesión Feminismos, Género y Pandemias, destacó que se trata de una serie de textos desenfadados y con argumentos feministas reunidos en el manifiesto “¡Por mis calzones!”, derivados de la lectura de literatura crítica y narrativa contemporánea, chicana y latinoamericana.

Es decir, añadió, son relatos basados en el hecho de que los cuerpos pertenecen a las personas que lo portan y mostrar los calzones, “es decir, dejarse ver, es una decisión que puede basarse en el juego, la seducción, la ironía, el desparpajo, o la simple voluntad”.

Alumnas de primer año

Marisa Belausteguigoitia apuntó que el propósito de este ejercicio, llevado a cabo durante el semestre 2021-2 por alumnas de primer año de las 14 licenciaturas que ofrece la FFyL, “es mostrar cómo es posible trastocar la percepción del cuerpo del futuro en estudiantes, sus metas, objetivos, imaginarios, sensaciones e ideas sobre sí mismas, cuando se trabaja en un espacio virtual y desde una universidad pública, utilizando la vergüenza o la timidez como emociones analizables, transmutables y explorables”.

En la conferencia híbrida realizada en el Auditorio Ricardo Flores Magón de la Facultad de Ciencias Políticas y Sociales de la UNAM, resaltó que en “¡Por mis calzones!”, eligieron escenas de la vida cotidiana, momentos humillantes y reductores, sobre todo, ocurridos en la escuela y en la casa, que quedaron guardados en la memoria y se materializaron en torno a emociones reductoras y punitivas, como la vergüenza, vinculada al cuerpo, en particular a una prenda que denota intimidad y pudor: los calzones.

Recalcó que dichos escritos constituyen un manifiesto a partir de una prenda, tan simple, común y controversial, con la que se generó un relato personal atravesado por la imaginación, un texto reflexivo que favorece el cuestionamiento en torno a emociones fundadas en la vergüenza y el miedo a partir de las imposiciones familiares y los estigmas sociales, religiosos y estereotipos de género, desigualdad y discriminación.

Sostenibilidad de la vida

Por su parte Karina Batthyány, profesora de la Universidad de la República, Uruguay, señaló que la pandemia profundizó la crisis de los cuidados en América Latina y el Caribe; sin embargo, hoy ese tema está en la agenda pública, con formulaciones de política pública concretas, que si bien son insuficientes para alcanzar el objetivo real, la discusión está presente.

Dijo que desde su perspectiva, los cuidados para la sostenibilidad de la vida, son el nudo crítico de las desigualdades en América Latina y el Caribe, por ello, si en realidad se desea trabajar para avanzar hacia sociedades menos desiguales, inevitablemente habrá que atender esta cuestión. “Básicamente cuando miramos lo que ocurre sobre el tema en los países latinoamericanos, encontramos que sigue siendo una función que continúa realizándose puertas adentro, una actividad privada específica de las mujeres de las familias, y cuando no se es posible atenderlo de esa manera, se cumple mediante el trabajo remunerado que ejecutan otras”.

Mencionó que si bien este campo de la política pública en el terreno de los cuidados avanza en la región, con experiencias en Uruguay, por ejemplo, todavía están lejos todos las naciones latinoamericanas de contar con experiencias contundentes de políticas públicas en el tema.

Puntualizó que el desafío es pensar cómo organizar a las sociedades pospandemia, qué agenda debe discutirse y construir colectivamente. “Invoco a la responsabilidad de los cientistas sociales para la construcción de esa agenda desde el lugar que nos corresponda, misma que necesariamente debe tener en el centro el cuidado para la vida”.

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