Punto agregado a su valor nutricional

Potencial médico de los quelites contra la gastritis

Se realizaron estudios en tres especies de esas plantas tradicionales del país; todas inhiben la bacteria que produce la enfermedad, incluso mejor que antibióticos comerciales

Chepil.

Además del valor nutricional de los quelites, un equipo de científicos encabezado por Irma Romero Álvarez, del Departamento de Bioquímica de la Facultad de Medicina, ha descubierto su potencial medicinal al incidir sobre la bacteria Helicobacter pylori y algunas de las enfermedades relacionadas con ella, principalmente, la gastritis.

Durante el Segundo Simposio de Productos Naturales, organizado en la Facultad de Química (FQ), dijo que se realizaron estudios en tres especies de esas plantas tradicionales de nuestro país: alache, del Estado de México; chepil, de la región de Oaxaca; y chaya, de la Península de Yucatán.

En cada una se determinó el efecto sobre el crecimiento y colonización de H. pylori, su adherencia a células derivadas del epitelio gástrico y su acción sobre la ureasa, una enzima que le crea un microambiente neutro a la bacteria.

La científica y su equipo encontraron que todas las especies de quelites “inhiben a la bacteria, incluso mejor que el metronidazol (antibiótico y antiparasitario); pero no sólo detiene su crecimiento, sino que también la matan; es decir, hay un efecto bactericida en los extractos de las tres plantas”.

También presentan, junto con sus mucílagos, una moderada actividad antiadherente de la bacteria a las células de la mucosa gástrica, y ninguno inhibe a la ureasa. Además, el mucílago de uno de esos quelites tiene actividad gastroprotectora, aseguró.

Inhiben a la bacteria, incluso mejor que el metronidazol (antibiótico y antiparasitario); pero no sólo detiene su crecimiento, sino que también la matan; es decir, hay un efecto bactericida en los extractos de las tres plantas (alache, chepil y chaya)”

Irma Romero
Facultad de Medicina

Tomando como ejemplo un platillo representativo de cada uno de estos quelites, encontramos que tal y como se prepara ese alimento de manera tradicional, contiene los compuestos con actividad anti-H. pylori. Su consumo cotidiano podría mantener “a raya” al “bicho”, incidiendo de manera preventiva sobre las enfermedades producidas por la bacteria, señaló la experta.

Especies subvaloradas

Romero Álvarez recordó que hay especies tradicionales o variedades de plantas comestibles de uso tradicional cuyo aprovechamiento y cultivo se han reducido considerablemente, por lo que son subvaloradas y subutilizadas. “Ni los productores ni los consumidores las aprecian”.

Se utilizan sólo localmente, en asociación con una fuerte tradición cultural. Esas plantas crecen en sistemas agrícolas, como las milpas, pero han sido excluidas de las agendas de investigación y desarrollo.

Los quelites, palabra derivada del náhuatl y que significa hierba tierna comestible, se comen crudos o ligeramente cocinados. Dan un gran aporte nutrimental, ya que son ricos en micronutrientes y en fibra, así como en minerales y vitaminas. Además, tienen la ventaja de que son de bajo costo.

En México se sabe que hay cerca de 500 quelites que se consumen en las diferentes regiones del país. En un proyecto de carácter multidisciplinario e interinstitucional, el cual se emprendió hace algunos años para conocer el efecto contra H. pylori de las plantas medicinales de nuestra nación, y que actualmente continúa con ese análisis en el laboratorio de Romero Álvarez, se decidió estudiar las tres especies mencionadas.

“Queríamos determinar si además de su valor nutricional, los quelites podían tener alguna propiedad en el control de enfermedades, y de esa manera darle un valor agregado y favorecer su consumo”, añadió.

H. pylori, recordó, es una bacteria que coloniza la mucosa gástrica de los humanos. Está asociada a diferentes patologías, la principal es la gastritis y si ésta permanece se pueden presentar otros padecimientos, como úlcera péptica y, en menor porcentaje, cáncer gástrico.

Se le considera una de las bacterias más exitosas del planeta, pues se estima que la mitad de la población mundial está infectada, aunque ese porcentaje varía de acuerdo con cada región, edad y estado socioeconómico. Por ejemplo, en los países desarrollados la prevalencia es menor.

En México, la gastritis es una de las primeras 10 causas por las que los pacientes acuden por primera vez a consulta de medicina familiar o servicios de urgencia; y el cáncer gástrico y las úlceras pépticas están dentro de las primeras 20 causas de mortalidad. H. pylori y los males asociados, representan un problema de salud pública nacional que no debe pasar desapercibido, consideró la universitaria.

La bacteria coloniza mediante tres mecanismos; la movilidad, la enzima ureasa y la adherencia. Una vez establecida en el epitelio gástrico, secreta una serie de moléculas, como toxinas y proteínas, que generan una reacción importante: la inflamación de la mucosa es conocida como gastritis, que puede ser asintomática.

Si la inflamación persiste podría conducir a la úlcera péptica, que puede ser gástrica (en el estómago) o duodenal (en el intestino) y si no son tratadas producen perforaciones, sangrados, e incluso, la muerte.

Triple terapia

Para la erradicación de H. pylori se emplea la triple terapia, consistente en el uso de dos antibióticos (claritromicina, amoxicilina) más un inhibidor de la secreción ácida (lansoprazol). El tratamiento, con tomas dos veces al día, se prolonga por dos semanas. “Es muy agresivo y el paciente en muchas ocasiones no logra terminarlo; es exitoso en sólo 20 por ciento de los casos. Si falla, se avanza a la cuádruple terapia, con otros antibióticos más sales de bismuto”. Además, tiene un costo elevado, de tres mil 500 pesos.

De ahí surge la necesidad de encontrar nuevas terapias, más efectivas, menos toxicas y de fácil acceso a la población; “por eso buscamos opciones en las plantas medicinales. En nuestro proyecto, el siguiente paso es hacer pruebas in vivo”, finalizó.

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