Premio Norman Sverdlin a las mejores tesis en filosofía

El reconocimiento, instituido hace 38 años, estimula la creatividad, la excelencia y el rigor académicos

Tres de los galardonados: Daniela León, Raúl García y Rogelio Mondragón. Foto: Víctor Hugo Sánchez.
Siete filósofos universitarios de alto nivel fueron distinguidos en la Facultad de Filosofía y Letras (FFyL) con el Premio Norman Sverdlin a las mejores tesis de licenciatura, maestría y doctorado en el área, correspondientes a las ediciones 2018, 2019 y 2020.

Los galardonados de 2018 fueron, en licenciatura, Raúl Jair García Torres, por “El concepto de imitación en la estética musical de Rosseau”; en maestría, Jorge Ignacio Moreno Heredia, con “Del biopoder a la biopolítica. El significado de la acción política en el presente según Antonio Negri”; y en doctorado, Rogelio Mondragón Reyes, por “El enfoque de las capacidades de Amartya Sen: críticas y reformulaciones en la esfera de la filosofía política”.

El premio 2019 en licenciatura correspondió a “La ontología de la situación falsa: actualidad y normatividad en Hegel”, de Ana Zacil Vieyra Ramírez; mientras que para maestría y doctorado fueron declarados desiertos.

En la convocatoria 2020 los galardones correspondieron, en licenciatura, a Juan Miguel López Munive, por “Preservando el significado: hacia una teoría de la identidad del significado de constantes lógicas a través de distintos sistemas formales”; en maestría, “Lo femenino como otro: una lectura de la recherche a partir de Simone de Beauvoir”, presentado por Daniela León Gutiérrez; y en doctorado, Luisa Fernanda Rojas Gil, por “La comunicación de Søren Kierkegaard como una posible comunicación de lo inefable”.

Tras la entrega, el secretario general de la UNAM, Leonardo Lomelí Vanegas, consideró que sin duda el haber instituido este reconocimiento hace 38 años “fue un acto de amor y generosidad de la familia Sverdlin y, por supuesto, una iniciativa afortunada de la FFyL”.

En ceremonia realizada en el Aula Magna de Filosofía y Letras, ante integrantes de la familia Sverdlin, mencionó que este galardón constituye un premio prestigioso y muy reconocido, que permite estimular la creatividad, la excelencia y el rigor académicos, en este caso, en las mejores tesis de licenciatura, maestría y doctorado en filosofía. Ésa es la mejor manera de mantener viva la memoria de un alumno de esta Facultad y de un profesor universitario.

La directora de la FFyL, Mary Frances Rodríguez Van Gort, resaltó que el Premio Norman Sverdlin tiene una larga trayectoria en la entidad universitaria, y con el paso de los años ha logrado consolidarse como un reconocimiento que destaca a quienes lo reciben, pues goza de gran prestigio a nivel nacional e internacional.

Asimismo, ha contribuido a elevar el nivel académico de los estudiantes, pues ha servido para impulsar la innovación crítico-teórica y la elaboración de tesis que se caracterizan por un alto rendimiento y rigor en el tratamiento filosófico de temas originales. Prueba de ello es que haberlo recibido representó un impulso fundamental en la trayectoria académica de varios profesores e investigadores distinguidos de la UNAM y de otras instituciones en México y otros países.

Dijo que “reconocer la calidad de estas tesis constituye una forma significativa de mantener viva la memoria de Norman Sverdlin, un estudiante brillante de nuestra Facultad a quien recordamos gracias al generoso compromiso de sus padres y familiares”.

En representación de los galardonados, Daniela León Gutiérrez dijo que hoy los profesionales de las humanidades se encuentran en un ambiente de precariedad, el cual se ha potenciado por las circunstancias de la pandemia.

Ante ello, prosiguió, “estoy agradecida con este premio en un contexto de depreciación y desvaloración de las humanidades y las tareas académicas, así como con el jurado que leyó cuidadosamente cada tesis que fue tomada en cuenta”.

Puntualizó la necesidad de reconocer que la labor académica no es, como se cree, un trabajo solitario. “Escribir requiere del apoyo de las familias, parejas, amistades, asesores, profesores y compañeros con quienes intercambiamos nuestras intuiciones e ideas nacientes”.

Animó a las tesistas, en especial a aquellas desesperadas y, sobre todo, “a las mujeres y disidencias que no encajan en ese molde del filósofo genio, a vivir una aventura intelectual, animarse a explorar ideas y temas que para otros pueden no tener interés o incluso legitimidad”.

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