Prevén la reactivación de migraciones tras pandemia

México dejó de ser exportador de mano de obra a EU y se convirtió en país de tránsito y destino

La emergencia sanitaria ha significado un aumento en los niveles de pobreza, y cuando se regrese a la normalidad las migraciones podrían incrementarse, afirmó Fernando Lozano Ascencio, director del Centro Regional de Investigaciones Multidisciplinarias.

Se espera que provengan de naciones que fueron golpeadas drásticamente por la pandemia, sobre todo en lo económico, precisó el sociólogo al participar en el ciclo de charlas La Ciudad y la Pandemia: Temas Urbanos, del Programa Universitario de Estudios sobre la Ciudad.

Poco a poco se abren los trámites migratorios en muchos países; sin embargo, hay peticiones de asilo acumuladas. El 2019, por ejemplo, cerró con 80 mil solicitudes en México y se resolvieron aproximadamente tres mil; se estima que en el primer trimestre de este año se elevaron 30 por ciento.

Lozano Ascencio consideró esencial promover políticas de inclusión hacia esa población, no verlos como ‘los otros’ o personas sin derechos, sino como quienes forman parte de los procesos locales, aunque sean de tránsito.

Política de cero tolerancia

Durante la conferencia en línea Migración, Ciudad y Pandemia, el experto apuntó que en las últimas dos décadas México dejó de ser exportador de mano de obra hacia EU y se configuró como territorio de tránsito y destino.

En ese circuito, uno de los más importantes en el mundo, se vive desde antes de la pandemia una política de cero tolerancia, criminalización, xenofobia y deportaciones masivas.

Ante ese escenario, con el inicio de la pandemia el primer reto para los migrantes es la restricción de movilidad y la disminución de cruces legales, pues sólo se permiten los esenciales entre México y Estados Unidos, o un cierre de fronteras, que fue lo predominante.

Con ello, la población se vuelve más vulnerable, se queda atorada en otras naciones y el tránsito es más riesgoso; por tanto, se asiste a una movilidad limitada con consecuencias que es necesario revisar, alertó.

“En la frontera sur hay abandono de la población, ausencia de protocolos sanitarios; los centros de detención y muchos alberges se saturaron y hay exclusión social porque no son objeto de ayuda, son ‘los otros’, los migrantes, sin derechos”, subrayó.

Lozano Ascencio recordó que ellos provienen de sitios en crisis, en vulnerabilidad, sin derechos humanos como trabajo, salud, vivienda, y a ello se aúna la pandemia, lo que implica quedarse atrapados.

“Hay una suspensión de procedimientos migratorios y limitación de las gestiones de asilo porque cerraron las oficinas. En general, se ha agudizado la vulnerabilidad y precariedad de la población, cayendo muchos de ellos en situación de calle y en violencia institucional.”

En el caso de las remesas, concluyó, pese a las predicciones, en marzo hubo un crecimiento inusual, con una caída en abril y recuperación en mayo y julio; esto plantea un panorama en el que las cifras podrían llegar a los 40 mil millones de dólares para el final del 2020.

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