Primera Escuela de Verano en Ciencias Cognitivas

Participan la Coordinación de Humanidades, los institutos de investigaciones Filosóficas y en Matemáticas Aplicadas y en Sistemas, así como la Facultad de Psicología

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En la UNAM se organizó, por primera vez, la Escuela de Verano en Ciencias Cognitivas, con la participación de diversas entidades académicas. En la inauguración de esa actividad, Alberto Vital, coordinador de Humanidades, expuso que mente, conciencia, inteligencia, razón o psique son nociones cercanas a distintas disciplinas, y tales son algunos de los conceptos que hoy desembocan en las ciencias cognitivas.

La escuela, añadió, se enmarca en el Plan de Desarrollo Institucional de la Universidad, en el sentido de convocar a distintas instancias universitarias en torno a una serie de nociones comunes.

Los resultados del encuentro, consideró, pueden repercutir en aspectos como la innovación o investigación de punta. “Estamos en un camino muy bueno y celebramos que, con ayuda de la tecnología, las más de 500 personas que solicitaron inscribirse intervengan en algunas de las actividades”.

Luego de vaticinar el éxito de la escuela en la que toman parte los institutos de investigaciones Filosóficas (IIFs) y en Matemáticas Aplicadas y en Sistemas (IIMAS), junto con la Facultad de Psicología (FP), Vital opinó que también deberán incorporarse otras áreas como neurociencias, lingüística y hasta la filología o los estudios literarios, para saber de dónde vienen verbos fundamentales como conocer.

En el auditorio del IIMAS, Pedro Stepanenko Gutiérrez, director del IIFs, resaltó que las ciencias cognitivas son un campo de investigación multi, inter y transdisciplinar en el que confluyen varias especialidades para estudiar un conjunto de fenómenos: memoria, cognición, mente, percepción, imaginación, conciencia o razonamiento, por mencionar algunos.

Pero también ocurre un intercambio de herramientas de investigación. “De todos es conocida la relevancia de la lógica para la computación, y de los modelos de inteligencia artificial para explicar fenómenos cognitivos en filosofía de la mente”.

De forma que no sólo se trata de combinar esfuerzos para explicar un fenómeno, sino también de experimentar; es un campo muy fértil de investigación, subrayó.

Stepanenko destacó que la fuerza de convocatoria casi inmediata de la Escuela de Verano es una muestra clara de la necesidad de impulsar este campo de estudio, que ya representa una forma emblemática del desarrollo del conocimiento futuro. “Espero que sea muy útil lo que aprenderán y se entusiasmen con los conocimientos adquiridos”, dijo a los asistentes.

Germán Palafox, titular de la FP, relató cómo se iniciaron las charlas entre directores con el propósito de encontrar diferentes formas en que las entidades universitarias interactúen. En este caso, “la Coordinación de Humanidades contribuyó enormemente para arrancar lo que espero será una serie continua de esfuerzos que contribuyan a la investigación y el intercambio académico en las más diversas temáticas que abarcan las ciencias cognitivas y del comportamiento”.

La respuesta al anuncio de la escuela fue extraordinaria. Se pensó tener 40 o 50 personas; pero a la semana ya eran 300 interesados y a las tres semanas había más de 500 solicitudes, lo cual es una gran señal del interés y atractivo que tiene este campo de conocimiento en la Universidad y fuera de ella, en diferentes partes del país, dijo.

El comité organizador seleccionó a 40 participantes y se hizo un esfuerzo para que el resto de los aspirantes tengan acceso a las conferencias magistrales que se realizarán, mediante su transmisión.

actividades cognotivas

Experimento social

Héctor Benítez, director del IIMAS, explicó que las ciencias cognitivas y las
matemáticas aplicadas se relacionan en la instrumentación y la representación de la predicción, del modelado y de la prospectiva de lo que puede significar la cognición. “Ese es el gran reto de las matemáticas aplicadas y el cómputo: hacer una representación de lo que llamamos cognición”.

Calificó a la escuela como una suerte de experimento social. “Platicamos sobre hacer algo en el campo de ciencias cognitivas; la primer duda que tuvimos fue qué tan atractivo sería para los jóvenes. Y resultó muy demandada en poco tiempo”.

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