Aumento significativo en el número de casos
Problemas que afectan sobre todo a las adolescentes
Durante la pandemia se triplicaron los pacientes que solicitaron ayuda profesional a causa de ellos
El bombardeo de estereotipos sobre la belleza corporal y una cultura de la delgadez extrema han causado un aumento significativo en el número de casos de Trastornos de la Conducta Alimentaria (TCA) como la anorexia, la bulimia y los llamados atracones, lo cual ha generado un serio problema de salud pública en nuestro país que afecta principalmente a mujeres adolescentes, advirtió Rocío Ivonne de la Vega Morales, investigadora de la Facultad de Psicología (FP).
De acuerdo con datos de la Encuesta Nacional de Salud, cada año en México se registran en promedio 20 mil nuevos casos de bulimia y anorexia entre jóvenes de 12 a 17 años, lo cual, según la especialista universitaria, puede explicarse por la enorme penetración de los mensajes que se multiplican a través de las redes sociales y medios de comunicación, con estereotipos que inducen a las y los jóvenes a procurar cuerpos físicamente más cuidados, como sinónimo de éxito y aceptación social.
Aunado a lo anterior, comentó que en los dos últimos años, durante la pandemia, también se triplicaron los pacientes que solicitaron ayuda profesional a causa de algún trastorno alimenticio. “El encierro hizo que muchas adolescentes se dieran cuenta que no estaban sintiéndose a gusto con su cuerpo y empezaron a realizar dietas restrictivas, a tener cambios importantes en su alimentación y, simultáneamente, trataron de dedicar más tiempo a hacer ejercicio de una manera obsesiva”.
Añadió que además de los cambios físicos naturales que se dan en la etapa de la pubertad y la adolescencia, muchas veces marcados por la insatisfacción corporal, éstos se conjugaron con el confinamiento y al pasar mucho más tiempo consultando las redes sociales y en particular en Instagram, las y los jóvenes buscaron una mayor identificación con sus personajes o artistas modelo, que en su mayoría se presentan con una forma de vida fitness, aumentando con ello el factor de riesgo para la aparición de más casos de pacientes con TCA.
La universitaria explicó que el miedo a la maduración es otro factor que propicia dichos trastornos. Se presenta con mayor incidencia en la pubertad y la adolescencia; muchas de las jóvenes prefieren quedarse bajo la protección del núcleo materno, pues tienen dificultades para asumir responsabilidades y decisiones propias de su edad para resolver problemas de la vida cotidiana; es en ese ambiente de sobreprotección en el que gran parte del tiempo se concentran en el cuidado físico, en el cómo se ven y cómo se sienten en su peso y en su talla. Cuando prevalece la insatisfacción corporal, es cuando se golpea la autoestima y empiezan a querer controlar rigurosamente y por todos los medios su alimentación para mantener la imagen deseada.
La también profesora de la FP enfatizó que dentro del seno familiar también hay factores que detonan o disparan este tipo de trastornos, como por ejemplo los malos hábitos en la alimentación que derivan en sobrepeso y obesidad, lo cual genera una preocupación expresa de los papás que señalan que a sus hijas nadie las va a querer como pareja o nadie les va a dar trabajo debido a su peso; esto genera una presión adicional que orilla a las jóvenes a recurrir a dietas exageradamente restrictivas e incluso llegar al extremo de hacer competencias dentro de la misma familia para ver quién baja más rápido de peso.
Consecuencias
De la Vega Morales resaltó algunas consecuencias que se pueden presentar cuando no se atiende oportunamente los TCA. En el caso de la anorexia nerviosa las primeras afectaciones se observan claramente en el ámbito físico con una aguda desnutrición que va dañando algunos órganos, por ejemplo, en los huesos que manifiestan primero una osteopenia, que es una baja densidad ósea, siendo una enfermedad aún reversible, pero cuando se complica y llega a un grado mayor, se convierte en una osteoporosis, de la cual ya no hay regreso.
También puede generar daños en el corazón y las personas llegan a padecer bradicardia y su ritmo cardíaco se vuelve más lento; obviamente toda esta parte de un mal bombeo de la sangre en el cuerpo puede traer mayores problemas y consecuencias fatales.
Por último dijo que, un factor psicológico que se manifiesta con mayor frecuencia en pacientes con algún tipo de TCA es el del aislamiento social, normalmente generado por el tipo de alimentación que llevan. Optan por no salir a comer a la calle ni con los amigos; no quieren ver a nadie y se guardan por mucho tiempo dentro de su casa; incluso, se aíslan de la propia familia que por lo regular es la primera en notar los cambios de conducta.