Jornada Comunidad UNAM Solidaria

“Promovemos el ejercicio cotidiano de emprender acciones por los demás”

Donar sangre, cabello para fabricar pelucas oncológicas, alimento para perros y gatos, y hasta el propio cuerpo al fallecer, entre las posibilidades de apoyo presentadas

Foto: Diana Maldonado.
La UNAM, como le es característico, pone el esfuerzo generoso de los miembros de su comunidad al servicio de la sociedad. No hay pretexto. En Las Islas de Ciudad Universitaria sobraron las opciones para ayudar, incluso después de haber muerto.

Donar sangre que salva vidas, cabello para fabricar pelucas oncológicas, alimento para perros y gatos, y hasta el propio cuerpo al fallecer para contribuir al avance de la ciencia, fueron algunas de las posibilidades que encontraron los asistentes a la Jornada Comunidad UNAM Solidaria, iniciativa de la Dirección General de Atención a la Comunidad (DGACO) de la Secretaría de Servicio y Atención a la Comunidad Universitaria.

El encuentro, que se realizó la semana pasada durante dos días, tuvo el propósito de fortalecer la cultura de la solidaridad, la cooperación y la economía social dentro de la Universidad, y su primera edición surgió a partir del trabajo conjunto entre diversas entidades universitarias comprometidas con la construcción de un entorno más equitativo y sostenible.

Entre aplausos, Rosa Isela Arévalo, estudiante de primer ingreso de la Facultad de Derecho (FD), salió del estand de donación de pelo. Sobre una mesa permanecía su largo cabello castaño, trenzado, junto a otras aportaciones que le devolverán la sonrisa a alguna persona con cáncer.

Visiblemente emocionada, afirmó que muchas veces damos por sentado que tenemos salud, pero en cualquier momento eso puede cambiar. Así pudo ocurrir en el caso de su mamá, quien hace un mes sintió “bolitas” en un seno; por fortuna, después de realizarse estudios se confirmó que no era algo maligno.

Sin embargo, “me alarmé mucho. Si hubiera sido cáncer, no sé qué hubiera hecho. Ella es ahora el sostén de la casa y el cambio habría sido muy fuerte, de tener que cuidarla nosotros. Luego de llorar juntas de tan sólo pensar que pudiera tratarse de esa enfermedad, la situación me hizo recapacitar y pensar en las personas que sí la padecen”.

Motivada por su profesor en la FD, Joaquín Narro Lobo, también titular de la DGACO, Rosa Isela asistió a esta Jornada donde encontró la oportunidad de ayudar. Sin dudarlo, dejó que las tijeras se convirtieran en la herramienta que permitirá a algún paciente con cáncer recuperar la autoestima y confianza que la quimioterapia arrebata.

La Universidad, destacó, tiene una visión humana que otras instituciones educativas no tienen. “Somos privilegiados de poder estudiar aquí, de tener salud, y eso debemos valorarlo y hacernos más solidarios. Como nos recalcó mi profesor en clase: no pasa nada si nos cortan el pelo, porque nos vuelve a crecer; y en cambio los pacientes viven una situación muy difícil, que podemos aliviar de esta manera”.

Entre los estands presentes en Las Islas estuvieron el del Bufete Jurídico de la FD que brindó asesoría gratuita; el de la Facultad de Medicina Veterinaria y Zootecnia, donde se desparasitaron mascotas; o el de Adopta CdMx, plataforma para promover la adopción responsable de perros y gatos rescatados, destacó uno por su afluencia: el de la Cruz Roja Mexicana.

Hasta ahí llegó Arturo Salvatierra, estudiante de la Facultad de Economía, quien se enteró de la Jornada a través de Instagram. A pesar de no estar seguro de por qué lo hizo, donó su sangre. Es la segunda vez que lo hace.

Refirió que el porcentaje de donadores en México es muy bajo. “No tardas tanto tiempo y además te dan un sándwich y un boing. Espero que mi sangre, mi donación, le sea útil a alguien; mi mamá es diabética y comprendo la importancia que esto tiene”.

Miguel Villegas Ortega, jefe del Departamento de Comunidades Seguras y Solidarias de la DGACO, explicó que con esta Jornada “llamamos a la solidaridad universitaria. Queremos promover en la comunidad el ejercicio de pensar y emprender acciones por los demás, de forma cotidiana”.

En esta primera edición, las temáticas fueron variadas: por ejemplo, se invitó a la Red de Bancos de Alimentos de México, que busca promover y garantizar el derecho a la alimentación digna. También hubo temas de inclusión, con la Unidad de Atención a Personas con Discapacidad, o con la Sala de Tiflológico (para brindar apoyo a ciegos y débiles visuales) de la Biblioteca Nacional, y al mismo tiempo, adopción animal o donación de croquetas para albergues. “Buscamos informar dónde y cómo se puede ejercer la solidaridad”.

También estuvo presente la economía estudiantil, social y solidaria, mediante el proyecto denominado ComunidadEESS, en el cual los alumnos que son parte de tianguis estudiantiles en la Universidad reciben capacitación para gestionar sus primeros negocios y mejorar las condiciones en las que trabajan.

También podría gustarte