Proponen modificaciones para la elección judicial e intermedia de 2027
Las constituciones modernas y liberales nacieron para limitar el poder: Javier Martín Reyes, del IIJ
Las democracias constitucionales buscan establecer equilibrios. Las mayorías deben poder decidir cuestiones importantes, pero también tiene que haber límites sobre lo que deciden, afirmó Javier Martín Reyes, del Instituto de Investigaciones Jurídicas (IIJ).
“Es una falacia pensar que votar a las personas juzgadoras hace más democrático al Poder Judicial o al país. Esta es una lección que dejan las pasadas elecciones de ese poder, las cuales también nos dejan como aprendizaje que las democracias constitucionales tienen ese apellido para recordarnos que no hay democracia sin elecciones, pero la democracia constitucional va más allá del voto”.
Las constituciones modernas “nacieron también para limitar al poder, fue una de las banderas de las revoluciones liberales y de la tradición constitucionalista. Uno de esos grandes límites a los poderes democráticamente electos son los poderes judiciales, que tendrían que ser los guardianes de las reglas del juego, y sobre todo de nuestros derechos”, dijo el experto de la UNAM durante la charla del mes en el Museo de las Constituciones bajo el título “Elecciones del Poder Judicial, ¿qué votó la ciudadanía?”
En el encuentro en línea, el investigador planteó que viviremos algunos años con esta reforma constitucional al Poder Judicial, publicada en septiembre de 2024, pues es muy difícil pensar que se revierta en el corto o mediano plazo, debido a lo que tendría que pasar políticamente para echar atrás un planteamiento de un expresidente tan relevante como Andrés Manuel López Obrador.
Sin embargo, el investigador del IIJ aseguró que las reglas de esas elecciones tienen que cambiar, pues no se deben mantener restricciones en materia de financiamiento, se debe reducir el número de candidaturas y los comités de evaluación de candidatos deben hacer mucho más trabajo en la selección.
Martín Reyes consideró que estas elecciones fueron un proceso inédito mundialmente, un experimento muy radical y riesgoso, con enormes complejidades y que arrojó mucha incertidumbre sobre la calidad de las personas que llegaron a las elecciones. Además, tuvieron una participación ciudadana muy baja, de alrededor del 13 %.
Confió en que haya modificaciones a este proceso de elección judicial, de cara a las elecciones del 2027, año en que también se realizarán las elecciones intermedias.
De igual forma, señaló que la reforma al Poder Judicial no aborda ninguno de sus problemas estructurales, fue una manera de despedir a todos sus integrantes, “a los buenos y a los malos, a los corruptos y los no corruptos, a los que tenían experiencia y los que no”.
En vez de sacar el bisturí, “sacamos el machete”, mencionó, y consideró que en lugar de ello debieron reformarse los poderes judiciales locales, fortalecer los tribunales, darles más presupuesto y asegurar que su personal esté capacitado, entre otras acciones.