Proyectan mapa sobre comportamiento del ruido en Ciudad de México

Ante la falta de información y datos oficiales que permitan conocer con mayor precisión el comportamiento del ruido en las diferentes zonas de la capital del país, investigadores y especialistas del Instituto de Ciencias de la Atmósfera y Cambio Climático (ICAyCC) de la UNAM trabajan en un proyecto conjunto con la Universidad de Chicago para elaborar un Mapa Sonoro de Ciudad de México, a fin de llevar un registro sobre los niveles de ruido en diferentes espacios públicos y sus afectaciones en la salud de la población.

De acuerdo con Iván Yassmany Hernández Paniagua, del Departamento de Ciencias Ambientales del ICAyCC, no existe información suficiente para obtener diagnósticos completos y precisos sobre los niveles de presión sonora y su comportamiento ambiental en Ciudad de México, por lo que es indispensable contar con dicho mapeo.

Indicó que históricamente no se han realizado mediciones para poder identificar la zona donde hay una mayor prevalencia de ruido ambiental. Hace falta información, no sabemos si se está cumpliendo con las normativas o si estamos cerca o no, porque en realidad no existen los datos necesarios para realizar un diagnóstico confiable.

“Es justamente el objetivo de este mapeo: poder conocer principalmente los niveles y las zonas de Ciudad de México en las que las personas están expuestas a mayores niveles de ruido y con base en ello realizar un diagnóstico más claro que permita elaborar propuestas sobre cómo atender y regular esta problemática.”

Puntualizó que la recomendación de la Organización Mundial de la Salud (OMS) sobre este tema establece que cuando el ruido supera los 70 decibeles (dB) en un periodo de 24 horas o de 85 en una hora, ya se puede hablar de la existencia de contaminación acústica.

La OMS señala que el rango recomendable para una audición sana es de 53 dB durante el día y 45 por la noche, y en ese margen se pueden evitar daños permanentes en la salud de la población; sin embargo, en zonas urbanas como Ciudad de México, esos niveles mínimos se rebasan por mucho diariamente y el ruido llega a superar los 85 decibeles en las principales avenidas o centros comerciales, sin considerar los bares, cantinas y discotecas en donde pueden rebasar los 110.

El investigador universitario insistió en que lo que interesa en este caso es determinar si hay algunos ambientes particulares o alguna condición socioeconómica que esté directamente ligada o que determine la generación de altos niveles de ruido y en qué zonas específicas ocurre.

Mencionó que cuando se observa la distribución y la heterogeneidad del ruido en las áreas estadísticas básicas, de las delegaciones o de las colonias, las variables arrojan un panorama bastante bien definido en relación con algunos niveles socioeconómicos más bajos.

El especialista recordó que para poder abordar un problema, el primer paso es definirlo e identificarlo, y en este caso ya tiene la definición de que el ruido es un estresor no químico que literalmente genera diversos tipos de estrés.

Lo siguiente es saber cuáles son los ambientes donde se registra la mayor contaminación acústica y en dónde además se tiene población vulnerable como escuelas, hospitales y transporte público que es en donde la población pasa mayor tiempo, refirió.

“Nos toca recolectar la evidencia que soporta que existe un problema y una vez que la tengamos, podremos proponer políticas públicas de control y regulación, además de propuestas de investigación y protección.”

Sobre la elaboración del mapa de contaminación acústica, Dulce Anahí Ortega Toriz, tesista de la carrera de Ingeniería Química del Departamento de Ciencias Ambientales del ICAyCC, abundó que, el proyecto con la Universidad de Chicago considera mediciones de ruido no sólo en calles o avenidas, sino también en escuelas, zonas residenciales, hospitales y en el Sistema de Transporte Colectivo Metro, de tal forma que el mapeo no sea sólo en los lugares donde hay tráfico vehicular, en los que claramente los niveles de ruido aumentan de forma significativa.

Se considera un abordaje integral y multidisciplinario con especialistas de diferentes campos, incluso participan médicos epidemiólogos quienes tratan de identificar las correlaciones entre los diferentes niveles de exposición al ruido y las diversas afectaciones para la población.

Recordó que en México existen dos normas ambientales vigentes en las que se establecen los límites permisibles de ruido: una fue emitida por la Secretaría del Trabajo en 1994 y modificada en 2001, ésta se enmarca dentro de las condiciones de seguridad e higiene para fábricas y empresas, y aplicable únicamente para ambientes laborales, por lo tanto, los datos y estadísticas no son públicos. La segunda fue emitida por la Secretaría de Medio Ambiente en 2003, más que obligaciones en ella se plantean sugerencias generales sobre los límites máximos permisibles de emisión de ruido, por lo que es necesario actualizar ambas normativas.

Finalmente, Iván Yassmany y Anahí Ortega apuntaron que en materia de regulación de ruido existen experiencias favorables en países como Estados Unidos, Canadá y en la Unión Europea en donde se cuenta con normas y reglamentos, tanto en el ámbito laboral como en el ambiental, en los que se establecen medidas estrictas de control, mitigación y protección del ruido para la población, tanto en lugares cerrados como en espacios públicos abiertos.

También podría gustarte