¿Qué clase de tormenta desatará la imputación de Donald Trump?

“Estamos ante un evidente caso de posverdad, cuya lectura depende de la posición política de cada bando”: Juan Carlos Barrón Pastor, del CISAN.

Bajo una intensa expectativa, un gran jurado de Manhattan, en Nueva York, decidió acusar al expresidente estadounidense Donald Trump de haber sobornado con 130 mil dólares a la actriz pornográfica Stormy Daniels antes de las elecciones presidenciales de 2016, para que guardara silencio acerca de una aventura amorosa que ambos habrían tenido.

De esta manera, Trump se convirtió en el primer expresidente de la historia de Estados Unidos en ser imputado. Ahora bien, ¿este hecho que ha cimbrado al mundo entero es una demostración de que en el vecino país del norte hay una separación de poderes real y de que siempre se busca hacer justicia, sin importar quién sea el acusado, o, por lo contrario, es una mera venganza política en contra de quien fue el titular del poder ejecutivo entre 2017 y 2021?

Al respecto, Juan Carlos Barrón Pastor, investigador del Centro de Investigaciones sobre América del Norte (CISAN) de la UNAM, señala: “Estamos ante un evidente caso de posverdad, cuya lectura depende de la posición política de cada bando. Así pues, será imposible convencer a los seguidores de Trump de que se trata de un proceso judicial despolitizado y a sus contrincantes de que lo que se pretende es obstaculizar su participación en las elecciones presidenciales del próximo año. Creo que veremos un escenario más polarizado, porque ambas lecturas son relativamente ciertas, pero también irreductibles e irreconciliables, y no brindan ningún asidero neutral.”

Polarización política

En opinión del Barrón Pastor, debido a la polarización política que impera actualmente en Estados Unidos es cada vez más difícil mantener en funcionamiento las instituciones sin afectar los intereses políticos de ciertos grupos republicanos y, en particular, de aquéllos que están cercanos a Trump.

“Durante su mandato, Trump debilitó las instituciones de Estados Unidos. En aquel tiempo nos preguntábamos si éstas podrían recuperarse, y precisamente eso es lo que hoy en día estamos presenciando. Pero, con todo y que un gran jurado fue el que la llevó a cabo, lo cual en circunstancias normales bastaría para que hubiera confianza en el sistema de justicia estadounidense, la imputación de Trump pone en entredicho a dicho sistema y orilla a ciertos grupos a verla no como una fortaleza gubernamental, sino como un atropello de los derechos políticos de un expresidente. Sí las dos posiciones antagónicas se mantienen, la polarización política se reforzará y la tensión en ese país crecerá conforme vaya avanzando el proceso judicial.”

Movilizaciones y protestas violentas

La semana pasada, Trump empezó a acicatear a sus seguidores para que se manifestaran contra su posible arresto. Y ahora que el expresidente ya ha sido imputado, las probabilidades de que haya movilizaciones y protestas violentas en ciudades estadounidenses han aumentado.

“En países como Francia e Israel, la clase política en el poder subestimó recientemente la capacidad de movilización de la población, y en Estados Unidos también podría estar haciendo lo mismo. Por supuesto, el movimiento de Trump es distinto de los movimientos que se están dando en Francia e Israel. Pero no olvidemos que vivimos un año en el que la movilización social ha sido parte del debate político y que éstos no son tiempos en los que se puedan tomar decisiones unilaterales y en los que los factores afectados se sienten a ver los resultados con tranquilidad. Por lo que se refiere a Estados Unidos, los dos discursos se confrontarán cada vez más y quizá los seguidores de Trump se manifiesten en diferentes puntos del país y la situación escale”, indica el investigador universitario.

Algo que llama la atención de Barrón Pastor es que, entre tantas investigaciones criminales a las que está sometido Trump, la primera que toma un cauce legal es la de un soborno, el cual parecería un delito menor.

“Ya veremos si esta imputación es el principio de un conjunto de procedimientos legales en contra de Trump o tan sólo es un caso anecdótico basado en la paradoja de que un delito en apariencia menor podría ser el que produzca su inhabilitación como candidato en las elecciones presidenciales de 2024. Por otro lado, debemos considerar que este caso no necesariamente será ganado por la fiscalía. Había otros casos más robustos, con más posibilidades de llevar a buen puerto. En resumidas cuentas, no sé si, a contracorriente de lo que espera el gobierno estadounidense actual, fortalecerá políticamente a Trump o sufrirá un revés en el proceso judicial, si es que se trata realmente de un proceso judicial despolitizado. Lo que sí sé es que polarizará más a la sociedad estadounidense”, subraya.

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