Lo más importante es acudir al médico para un examen multidisciplinario

¿Qué hacer ante un diagnóstico que confirma este padecimiento?

Representa un momento traumático y perturbador, tanto para el paciente como para sus familiares

La confirmación de un diagnóstico de alzhéimer representa un momento traumático y perturbador tanto para el paciente como para sus familiares, por lo que lo más importante, primero, es mantener la calma, solicitar de inmediato ayuda profesional de un especialista y allegarse de toda la información posible para conocer lo relacionado con esta enfermedad que, desafortunadamente al día de hoy, no tiene cura, afirmó Judith Salvador Cruz, responsable de la Residencia en Neuropsicología Clínica de la Facultad de Estudios Superiores (FES) Zaragoza.

La investigadora explicó que después del shock emocional que representa el recibir una noticia de este tipo, resulta necesario el apoyo psicológico o neuropsicológico en virtud de que los escenarios en el corto plazo son muy complicados y difíciles de asimilar a tal punto que, en muchas ocasiones, los pacientes llegan a pensar en el suicidio; “una vez que se recibe el diagnóstico hay que mantener la serenidad; a veces lloras, te preocupas o te molestas con la vida, pero llega un momento en que tienes que empezar a asimilar el padecimiento y aceptar que tú y tu familia necesitan ayuda y que les cambiará dramáticamente la vida e interacción social”.

Añadió que una primera aproximación es realizar una evaluación neuropsicológica para revisar cada una de las funciones cognitivas del paciente y a partir de ahí desarrollar un plan de tratamiento, que debe centrarse en reforzar la capacidad funcional cognitiva y emocional, además de dar un seguimiento puntual a la evolución de la enfermedad.

La especialista destacó que, dentro del plan de tratamiento para un paciente con alzhéimer, un punto muy importante es fortalecer las redes de apoyo con familiares y amigos cercanos, con el propósito de establecer tareas de atención y cuidados primarios que, en un escenario ideal, consideraría la participación de todos los integrantes de la familia.

Tratamientos

La profesora de la FES Zaragoza resaltó que aun cuando los tratamientos farmacológicos han registrado avances significativos, hasta ahora los medicamentos aprobados sólo ayudan a reducir algunos síntomas en las etapas leves o moderadas de la afección y siguen teniendo resultados muy limitados, por lo que es relevante realizar un acompañamiento neuropsicológico en el que se tome en cuenta la capacidad de aprendizaje, la plasticidad cerebral y la reserva cognitiva de los pacientes, para que, mediante una adecuada intervención personalizada, las personas puedan mantener un nivel aceptable de autonomía e independencia y retrasar lo más posible la pérdida de la memoria.

“El reto es que el paciente sea independiente el mayor tiempo posible, pues conforme la enfermedad avanza va perdiendo autonomía para hacer sus actividades cotidianas; la idea es que con un tratamiento adecuado pueda mantener la función cognitiva, disminuir la presencia de problemas emocionales y de comportamiento, así como mejorar su calidad de vida”, subrayó.

El acompañamiento neuropsicológico, abundó, permite hacer una revisión detallada de los procesos de aprendizaje del paciente para saber cuál es el nivel de afectación en la memoria, pues hay personas que presentan problemas para darle entrada a nueva información, otras ya no recuerdan la reciente y unas más presentan dificultades para recurrir al almacenamiento de conocimientos, incluyendo su memoria autobiográfica, lo que determina la gravedad del padecimiento y permite establecer un plan de tratamiento adecuado.

Atención integral

De acuerdo con Salvador Cruz, los pacientes con un diagnóstico temprano de alzhéimer requieren de una atención integral en la que participen especialistas en geriatría, médicos internistas, neurólogos, psiquiatras, psicólogos y neuropsicólogos que permitan dar apoyo multidisciplinario, así como dar un estricto seguimiento al comportamiento y conducción de la persona enferma en su entorno social y familiar.

Lamentó que en México no haya la capacidad institucional para que la población en general pueda acceder a este tipo de atención integral, aun cuando hay algunos programas en los institutos nacionales de Neurología y Neurocirugía o de Geriatría y en determinadas fundaciones y asociaciones civiles, los esfuerzos siguen siendo insuficientes, por lo que lanzó un llamado de alerta ante el riesgo de que dicho mal en 20 años nos rebase, esto por el inevitable envejecimiento de la población.

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