Quema de turba, tan contaminante como la de hidrocarburos

Su combustión anual en Indonesia y Malasia emite CO2 equivalente a unos 20 millones de vehículos durante un año.

La quema de turbas, capas de sedimento ricas en materia orgánica, contribuyen tanto o más al calentamiento global que la combustión de hidrocarburos por industrias y el tráfico vehicular.

“Más o menos en el 3% de la Tierra tenemos turbas”. Las hay en la India, China, Rusia, Finlandia, Estados Unidos, Malasia, Indonesia… y México, dice Priyadarsi Debajyoti Roy, paleo-climatólogo y geólogo de la UNAM

Hace miles y millones de años, los ecosistemas como humedales y pantanos limpiaron la atmósfera capturando el CO2 y depositándolo en el suelo, formando las turbas. Estos sumideros de carbono, con el paso del tiempo, dieron origen a yacimientos de carbón, fuente de energía explotada por la contaminante minería.

Esa forma natural de limpiar la atmósfera era un proceso para mitigar el calentamiento global, su efecto fue enfriamiento de la Tierra, señala el investigador del Instituto de Geología.

Hoy, en vez de esa forma natural de limpiar la atmósfera, se está regresando a la atmósfera no solo CO2 sino otros gases como metano y óxido nitroso, por la quema de turbas, así como por el cambio de uso de suelo y los incendios provocados para urbanización, agricultura y ganadería.

“La intensidad de emisión de dióxido de carbono por la combustión de turba, es mucho mayor que el CO2 que se deriva de la combustión de los productos del petróleo”.

La quema anual de turba en Indonesia y Malasia, donde hay grandes depósitos, genera una emisión de CO2 equivalente a la que emiten unos 20 millones de vehículos durante un año, asegura el doctor Roy.

Por el cambio de uso de suelo para agricultura y/o ganadería, en muchos lados hay deforestación. En Malasia, por ejemplo, arrasan con el bosque para cultivar palmeras y obtener aceite.

La forma mas fácil de deforestar y emitir CO2 es quemar los bosques y selvas. Lo vimos en la Amazonia el año pasado y recientemente en Australia donde se perdieron “miles y miles de hectáreas de bosque”.

Capturan más calor

¿Qué tanto más que el CO2, contribuyen el metano y el óxido nitroso al calentamiento global? La concentración de dióxido de carbono en la atmósfera es de 415ppm (partes por millón). Aunque la de óxido nitroso y metano son casi mil y 200 veces menos que la de CO2, su capacidad para capturar calor en mucho mayor: casi 300 y 80 más que el CO2, asegura Roy

Por el contrario, el metano y el óxido nitroso tienen un tiempo de residencia atmosférica menor que el CO2. Si apagáramos todas las industrias y no generáramos este gas, el CO2 antrópico duraría hasta 200 años en la atmósfera.

En cambio, el tiempo de residencia del oxido nitroso es de 114 años. Casi la mitad la de tiempo del CO2. Si tomamos medidas para mitigar podemos reducir su concentración atmosférica. La residencia atmosférica del metano es de 12 años. “En una década podríamos limpiar el metano de la atmósfera”.

Las fuentes

Aunque industrias y automotores emiten óxido nitroso, su principal fuente es la agricultura. Después de 1970, con el aumento de la población y para alimentar a todos, se han aplicado grandes cantidades de fertilizantes para mejorar la productividad agrícola.

Además, se utiliza abono orgánico, como estiércol o caca de animales, para abonar la tierra y para que siga produciendo y mejore su producción. Todo eso son fuentes de óxido nitroso.

Fuentes de metano son la combustión de los carbonos y productos de petróleo (19%), la agricultura y la ganadería (30%), cambio de uso de suelo (quema de biomasa con 8%) y las aguas residuales (5 %) de las grandes urbanizaciones.

De las actividades agrícolas la más contaminante de metano son las plantaciones de arroz con más de 10%. Los pantanos contribuyen 22%, y la fermentación entérica (principalmente en animales rumiantes como vacas), con 15%.

Motor antrópico

Calentamiento global y contaminación de ecosistemas están entrelazados por la actividad antrópica. El hombre, que es el motor que los ha generado, tiene que cambiar su estilo de vida para mitigar sus efectos.

Sin embargo, hay diferentes formas de pensar y diversos intereses económicos. Que en el hemisferio norte se derritan las capas de hielo hace felices a algunos países, señala Roy.

Esa afectación al ecosistema por el calentamiento global dejará terreno para explorar su potencial energético. Si encuentran recursos, esos países satisfarán su necesidad de energía y mejorarán sus condiciones económicas.

En países del tercer mundo, en particular en sus pueblos más pobres, el impacto local del calentamiento global y la contaminación de los ecosistemas es devastadora.

En México, por ejemplo, en la Cuenca del Potosí, ubicada en Nuevo León, la quema de turbas que emiten gases de efecto invernadero que daña la salud pública de los pueblos aledaños, el cambio de uso de suelo para agricultura a escala industrial, la sobre extracción y contaminación de agua subterránea, impiden la sustentabilidad de ese ecosistema.

Otra forma de contaminación son los plásticos. Hay cinco lugares en el océano con gigantescas acumulaciones. Una en el Pacífico, entre Hawái y California. Su tamaño es tres veces el de Francia y dos veces el estado de Texas

El escenario que se pronostica para 2050, si no cambiamos de estilo de vida, es peor, porque para entonces en el mar vamos a tener “más plástico que peces”, asegura finalmente Roy.

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