Quino, espíritu crítico, lúdico que robusteció el idioma español

El creador de Mafalda dejó en la orfandad a un mundo inanimado en trazos y globos agudos

Apenas se apagaban las velas de su aniversario 88 y Quino formalizó su leyenda como lo dijo en La vida debería ser al revés: “Se debería empezar muriendo y así ese trauma está superado…”.

Joaquín Salvador Lavado nació el 17 de julio de 1932 en Mendoza, Argentina, y este 30 de septiembre de 2020 dejó en orfandad a un mundo inanimado en los trazos y globos agudos no sólo de Mafalda, Manolito, Felipe, Susanita, Miguelito, Libertad y Guille, sino además del espíritu lúdico, crítico, de generaciones completas, personajes que robustecieron el idioma español en todo el orbe.

Leyendas del lápiz

Abrazado al latinoamericanismo, a sus universidades y a la sonrisa de los jóvenes, Quino vino a México en su esplendor artístico, trajo consigo a Mafalda, su rigor y el antagonismo por la sopa.

Como lo reportó el ejemplar de Gaceta UNAM el 14 de julio de 1976 con un llamado desde su primera plana, Joaquín Salvador Lavado compartió la escena con otros tres homólogos del trazo y el humor del momento, ahora atemporales: Will Eisner, de The Spirit; René Goscinny, de Astérix, y Gabriel Vargas de La Familia Burrón.

Las leyendas del lápiz participaron en una mesa redonda efectuada en el auditorio de la Facultad de Ciencias, evento organizado por la entonces Secretaría de la Rectoría por medio de la Dirección General de Actividades Socioculturales, y que fue conducida por Gustavo Sainz, escritor y catedrático de la Facultad de Ciencias Políticas y Sociales.

Quino, quien confesó entonces en Ciudad Universitaria su plena identificación con Felipe, uno de los personajes de su Mafalda, afirmó que nunca sintió haber cumplido una misión al ver a su creación principal en camisetas, llaveros, etcétera.

En la página tres del órgano informativo de la Universidad Nacional, se lee: “Por el contrario, me sentí invadido, prostituido, ultrajado, y me dio muchísimo asco ver a Mafalda comercializada, diciendo cosas que no tenía por qué decir y adoptando actitudes que jamás se me hubiera ocurrido, por malas, que adoptara”.

Quino, Gabriel Vargas, René Goscinny, Will Eisner y Gustavo Sainz en el auditorio de la Facultad de Ciencias, julio de 1976. Foto: archivo Gaceta UNAM.

En la misma nota se apunta que su decisión de interrumpir temporalmente la creación de Mafalda se debía a que sintió la necesidad de hacerla resurgir con mayor frescura y espontaneidad, y porque se dio cuenta que estaba decayendo en calidad.

Según el catálogo electrónico de tesis de la UNAM, hay cuatro trabajos recepcionales sobre Mafalda. Análisis semióticos, gráficos y de alcance histórico, lo mismo de Ciencias de la Comunicación que de Historia y Estudios Latinoamericanos.

Aunque Mafalda nació en 1962 bajo el imperativo de un trabajo de publicidad que utilizaba los electrodomésticos Mansfield, y de esa secuencia fonética surgió el nombre del personaje, fue hasta 1964 cuando se publicó una tira.

Le bastaron nueve años (1964-1973) para hacer permanente a la niña “espejo de la clase media argentina y de la juventud progresista”, que se muestra preocupada por la humanidad y la paz mundial, así como en rebelión contra el mundo legado por sus mayores y, por supuesto, la sopa.

-Mirá, esto es el mundo, ¿ves?

-¿Sabes por qué es lindo este mundo?, ¿Ehee?

-Porque es una maqueta, ¡el original es un desastre!

También podría gustarte