Realizan en la FES Cuautitlán acciones en favor de la agricultura sostenible

Promueven el cuidado de los cultivos y la independencia de insumos, para evitar y atenuar problemáticas sanitarias y ecológicas

La agricultura es esencial para el crecimiento económico mundial; sin embargo, la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO) reconoce que esta actividad es una fuente importante de contaminación del agua y del aire, por lo cual es imprescindible efectuar acciones más respetuosas con el medio ambiente.

En la Facultad de Estudios Superiores (FES) Cuautitlán, Rubén Vargas Márquez, jefe de la Unidad Agrícola del Centro de Enseñanza Agropecuaria (CEA), desarrolla diferentes iniciativas con el propósito de implementar un modelo agroecológico que promueva el cuidado de los cultivos y la independencia de insumos agroquímicos. Con estas medidas, busca evitar y atenuar problemáticas sanitarias y ecológicas.

Biotransformación de desechos sólidos orgánicos

La primera propuesta pretende aprovechar los desperdicios orgánicos del CEA para evitar su acumulación y, al mismo tiempo, realizar un producto con valor agregado (composta) que beneficie a la Facultad. En este proyecto colaboró Carmen Yadira Fonseca Vargas, egresada de Ingeniería Agrícola; con su tesis redujeron el tiempo de compostaje a un periodo menor a 17 días. El proceso incluye: la recolección de material inorgánico: estiércol, ramas, pasto seco, restos de ensilado, cenizas; el preacondicionamiento, es decir, se disminuye el tamaño con una trituradora; la inoculación (aplicación con mochila aspersora); el mezclado; el apilamiento; el volteo y la cosecha.

Al concluir la producción, enviaron una muestra sólida al laboratorio Fertilidad de Suelos, S. de R.L. (Fertilab) para obtener un diagnóstico fitosanitario y un análisis de suelo y nutrición. Los resultados demostraron que su composta cumple con la Norma Ambiental para el Distrito Federal NADF-020-AMBT-2011 y la Norma Mexicana NMX-AA-180-SCFI-2018. Además, varios de sus parámetros son superiores a los que ahí se indican, garantizando su calidad y efectividad como mejorador de suelos, sustrato para cultivos y áreas verdes.

En su primera labor produjeron dos toneladas y media de composta, de las cuales casi 300 kilos fueron vendidos a través del Programa de Manejo de Residuos Orgánicos, que encabeza Susana Elisa Mendoza Elvira, con la finalidad de autofinanciar el proyecto. El resto se envió como donación para el mantenimiento de áreas verdes de la Facultad.

Debido a la efectividad de su proceso acelerado, el proyecto interesó a la planta de composta del municipio de Cuautitlán Izcalli que, generalmente, produce 300 toneladas al día, lo que propició la saturación de su lugar de almacenamiento.

Diseño y fabricación de una máquina volteadora de composta

Con la idea de desarrollar un mayor volumen de composta, Rubén Vargas trabajó en conjunto con Florencio Jandete Vera, jefe del Módulo de Maquinaria Agrícola del CEA, para asesorar al estudiante Yael Martínez Martínez, quien en su proyecto de tesis trabaja en la fabricación de una volteadora de composta diseñada con base en las necesidades internas de la Facultad.

La máquina se reacondicionó a partir de una segadora de navajas en desuso, a la cual le modificaron los mecanismos para lograr que ejecute el movimiento requerido para voltear la composta. “Es una volteadora de tiro operada por un tractor. Para su diseño nos basamos en una volteadora autopropulsada, pues al analizarla nos dimos cuenta que la rotación del eje es la que realiza la función que necesitamos”, explicó el académico.

Luego de casi ocho meses de desarrollo, el equipo se encuentra haciendo ajustes y pruebas finales, pues la siguiente etapa es la hojalatería y la pintura. Se pretende que con el correcto manejo la máquina funcione entre 15 y 20 años aproximadamente.

Control mecánico de malezas

La última iniciativa surgió de la necesidad de controlar la maleza que crece dentro de la Facultad, ya que su presencia reduce hasta 70 % el rendimiento de los cultivos. Ante esta problemática, una de las acciones realizadas ha sido que Vargas Márquez implementó el manejo mecanizado del suelo, bajo un modelo agroecológico, el cual también coadyuva al incremento de la fertilidad de dicho recurso.

Dentro de la unidad multidisciplinaria crecen especies clasificadas como agresivas, por ejemplo, el chayotillo (Sicyos deppei G. Don), malvas (Malva parviflora), quelites (Chenopodium) y el gigantón (Tithonia diversifolia). Para combatirlas, el investigador probó con control químico y mecánico por separado y con un control integral, en el que se alternan ambos métodos. Este último tuvo mejores resultados, pues disminuyó la incidencia de la mala hierba.

Con esta acción no busca erradicarla sino mantener la población baja y que tenga una función útil, ya que si se hace un control temprano (antes de la floración o en etapas jóvenes) se puede incorporar al suelo para que otorgue nitrógeno, y así incrementar la presencia de este elemento. En caso de que no se dé un tratamiento temprano añadirá fósforo y potasio.

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