Reconocimientos Alfonso García Robles 2024
El largo y doloroso buscar en territorios desérticos
Águilas del Desierto es una organización sin fines de lucro que desde 2012 se dedica al rescate y localización de migrantes en el desierto de Arizona. Este premio reconoce su compromiso con los derechos humanos y su apoyo a las familias que buscan a sus seres queridos desaparecidos durante su travesía hacia Estados Unidos.
Fundada por Ely Ortiz y un grupo de voluntarios en California, Águilas del Desierto organiza brigadas mensuales que recorren entre 10 y 15 millas por día en busca de migrantes desaparecidos. Gracias a su trabajo, han rescatado a más de 800 personas con vida y recuperado los restos de más de 150, permitiendo a sus familias darles un cierre digno.
La organización no sólo se enfoca en la búsqueda física de migrantes, sino también en brindar apoyo emocional y contención a sus familias. Desde su sede en California, reciben decenas de llamadas diarias de familiares desesperados por encontrar a sus seres queridos. Cada búsqueda incluye nombres, características y posibles rutas, con la esperanza de dar respuestas a quienes esperan noticias.
Además, Águilas del Desierto lleva a cabo campañas educativas y preventivas en albergues desde México hasta Honduras, informando a los migrantes sobre los peligros del cruce fronterizo, como el robo, la extorsión y el secuestro. Este trabajo de sensibilización busca reducir los riesgos para quienes emprenden esta peligrosa travesía.
La labor de Águilas del Desierto ha sido posible gracias al apoyo de donaciones, consulados de países como México, Guatemala y Honduras, y organizaciones como el Centro de Derechos Humanos de Texas. A pesar de los desafíos impuestos por políticas migratorias cada vez más estrictas, continúan trabajando con un profundo compromiso hacia los derechos humanos y la dignidad de los migrantes.
El premio subraya la noble misión de esta organización, conocida como los “buscadores del desierto,” y reconoce su papel fundamental en la defensa y protección de los migrantes en la frontera México-Estados Unidos.
Las esencias multiculturales y sus múltiples riquezas
Rosalía Fajardo, abogada y activista colombiana, fue reconocida por su destacada labor en defensa de los derechos de los migrantes y las familias refugiadas en Estados Unidos.
Originaria de Bogotá, Colombia, y egresada de la Facultad de Derecho de la Universidad Santiago de Cali, Rosalía Fajardo se especializó en Derecho Público en París, Francia. Posteriormente, emigró a Estados Unidos, experiencia que le permitió entender las dificultades que enfrentan los migrantes, en especial las familias.
En 2011, Rosalía fundó Multicultural Family, una organización sin fines de lucro enfocada en garantizar el acceso de las familias inmigrantes a derechos esenciales como salud, educación y justicia social. La organización ha establecido vínculos con escuelas, agencias gubernamentales y fundaciones para implementar acciones concretas que beneficien a estas comunidades.
Su activismo también ha sido clave en la fundación de iniciativas como la Federación Hispana de Pequeñas Empresas, el programa de Emprendedoras Latinas y el Centro de Empleo y Educación de Sharlington, donde ha apoyado a más de mil 250 mujeres latinas para iniciar sus propios negocios en el norte de Virginia.
El Reconocimiento Alfonso García Robles subraya el impacto de Rosalía Fajardo en el fortalecimiento de los derechos de los migrantes, especialmente de origen mexicano, en Estados Unidos. Durante más de 25 años de trabajo ha desarrollado acciones de sensibilización en colaboración con la embajada de México en Washington, D. C., promoviendo la inclusión y el respeto a las comunidades inmigrantes.
Este galardón es un reconocimiento a su compromiso por construir una sociedad más justa, en la que las familias migrantes puedan acceder a las oportunidades necesarias para prosperar.
El incansable denunciante de crisis humanitarias
El reverendo John Fife destaca por su incansable labor en la defensa de los derechos de las personas migrantes y desplazadas, así como su promoción de un trato digno y humanitario en contextos de alta vulnerabilidad.
Con más de cuatro décadas de activismo, John Fife ha sido una figura clave en la denuncia de la crisis humanitaria en las fronteras, particularmente entre México y Estados Unidos. Inspirado desde joven por el movimiento por los derechos civiles liderado por Martin Luther King Jr., Fife ha dedicado su vida a la búsqueda de justicia social y la protección de los derechos humanos.
En 1970, Fife fue nombrado ministro de la Iglesia Presbiteriana de Southside en Tucson, Arizona, donde brindó resguardo a miles de personas centroamericanas desplazadas por las guerras civiles en El Salvador y Guatemala. Como cofundador del movimiento Santuario, ayudó a más de 500 congregaciones a proporcionar refugio a migrantes, a menudo desafiando leyes federales en su búsqueda de seguridad para quienes cruzaban la frontera.
A principios de los 2000, Fife impulsó la creación de Human Borders, una organización que instala estaciones de agua en rutas migratorias, y del grupo Samaritanos de Tucson, que provee asistencia médica, alimento y agua en la frontera desértica. Estas acciones han buscado mitigar las tragedias en una de las regiones más peligrosas para los migrantes.
El Reconocimiento resalta la labor del reverendo en transformar las políticas fronterizas y su constante trabajo en coaliciones como No More Deaths, enfocadas en reducir las muertes de migrantes. Además, Fife colabora en iniciativas binacionales como la Casa de la Esperanza, en el sur de México, donde ha apoyado la creación de refugios y la distribución de alimentos y ropa para quienes buscan mejores oportunidades de vida.
Este galardón reafirma la importancia de su misión de respeto y dignidad hacia las personas migrantes, así como su impacto en el fortalecimiento de los derechos humanos en contextos fronterizos.
Los abogados rescatistas en medio de mundos hostiles
La Clínica de Migración y Derechos Humanos de la Universidad de Saint Mary’s, ubicada en Texas, resalta por su labor en la defensa de los derechos humanos y su compromiso con la justicia social.
Fundada en la década de los 90, esta clínica ha marcado un hito como la primera en su tipo en el sur de Texas. Por más de 30 años ha ofrecido servicios legales gratuitos a miles de personas en situación de vulnerabilidad, incluyendo migrantes de América Latina y México, quienes enfrentan complejos procesos migratorios en Estados Unidos. Su misión no sólo se centra en brindar representación legal, sino también en formar abogados con un alto sentido de empatía y justicia social.
La clínica de Saint Mary’s ha tenido un impacto notable en los litigios relacionados con la inmigración. Entre sus logros destaca la representación de personas en riesgo de deportación, solicitantes de asilo y sobrevivientes de delitos graves como trata de personas y violencia familiar. A lo largo de su historia, este proyecto ha acompañado casos durante más de una década, ofreciendo apoyo integral a quienes no pueden costear una defensa legal.
Además, la clínica combina la enseñanza del derecho con un enfoque práctico. Los estudiantes de la universidad participan activamente en la defensa de casos reales, lo que les permite adquirir experiencia mientras contribuyen a una causa humanitaria. Este enfoque ha transformado a sus egresados en líderes dentro del campo del derecho migratorio, ya sea en bufetes especializados o en organizaciones que brindan servicios gratuitos.
La relación entre la Clínica de Migración y Derechos Humanos y la UNAM ha sido fructífera. Han trabajado conjuntamente en concursos y cursos intensivos sobre legislación migratoria de Estados Unidos, realizados tanto en San Antonio como en la Facultad de Derecho de la UNAM. Estas actividades han permitido capacitar a cientos de personas en temas legales clave, fortaleciendo el entendimiento mutuo entre ambas instituciones.
El reconocimiento destaca la extraordinaria contribución de la clínica en tres áreas principales: la defensa de los derechos humanos, su compromiso con la enseñanza de valores sociales y su impacto en la formación de abogados comprometidos.
Las escuelas banqueteras para niños de los éxodos…
El Team Brownsville es una organización sin fines de lucro con sede en Texas que destaca por su labor humanitaria en apoyo a los migrantes que buscan asilo.
Fundada en julio de 2018 por un grupo de educadores del distrito independiente de Brownsville, Texas, entre ellos Sergio Córdova, Mike Benavides y Andrea Rudnik, Team Brownsville se ha dedicado a proporcionar ayuda básica a las personas que esperan semanas o meses para cruzar hacia Estados Unidos. Desde sus inicios, han distribuido alimentos, colchonetas y artículos de higiene personal en el puente internacional Puerta México y en campamentos cercanos a la frontera.
En sus primeros años, la organización enfrentó desafíos significativos, como las políticas migratorias restrictivas del Programa Permanezca en México, y los efectos de la pandemia de Covid-19. Estas dificultades incrementaron las necesidades en las ciudades fronterizas, motivando a los voluntarios de Team Brownsville a redoblar esfuerzos para atender a migrantes de Centroamérica, Venezuela, Haití y otras regiones.
Desde su registro como organización oficial en Texas, Team Brownsville ha recibido donaciones que han fortalecido su capacidad para brindar apoyo. Más allá de las necesidades básicas, coordina servicios de salud y orientación para las familias migrantes que residen temporalmente en los campamentos fronterizos.
Uno de los programas más destacados de la organización es la “escuelita de banqueta”, un modelo educativo que transforma las aceras en aulas. En sesiones de 10 a 15 minutos, voluntarios educadores enseñan matemáticas, inglés, geografía y música de forma interactiva, promoviendo la integración educativa de los niños migrantes. Este proyecto busca preparar a los pequeños para adaptarse a su nueva vida en Estados Unidos mientras disfrutan de un entorno dinámico y motivador.
El reconocimiento otorgado por la UNAM destaca la misión educativa, social y humanitaria de Team Brownsville, subrayando su compromiso con los derechos y el bienestar de los migrantes en uno de los entornos más desafiantes del mundo.
Los padrinos y madrinas de las familias que andan…
Ottawa Centre Refugee Action (OCRA) es una organización canadiense sin fines de lucro que desde diciembre de 2015 trabaja para apoyar a refugiados y solicitantes de asilo en su proceso de adaptación y asentamiento en Canadá.
OCRA nació como respuesta a la falta de apoyo integral para personas desplazadas que llegan al país en busca de seguridad y nuevas oportunidades. En casi nueve años, la organización ha desarrollado planes personalizados de asentamiento para 34 familias, ayudando a un total de 94 refugiados a integrarse exitosamente en la comunidad de Ottawa.
Las acciones de OCRA abarcan desde trámites de documentación, búsqueda de alojamiento y acceso a servicios médicos, hasta la planificación educativa para que los niños refugiados puedan asistir a la escuela. También ofrecen clases de inglés, terapia emocional y asesoría legal para la búsqueda de empleo. Todo esto es posible gracias a la colaboración con instituciones como el programa de patrocinio privado del Gobierno canadiense, la Primera Iglesia Unida de Ottawa y la diócesis anglicana, entre otras.
Un elemento distintivo de OCRA son los grupos de apoyo familiar, quienes acompañan de manera cercana a cada familia apadrinada. Su labor ha permitido no sólo ofrecer asistencia inmediata, sino también construir un ambiente de bienvenida y estabilidad que facilita la reconstrucción de vidas tras experiencias de desplazamiento forzado.
El Reconocimiento Alfonso García Robles otorgado por la Universidad Nacional destaca el impacto transformador de OCRA en la vida de las personas refugiadas. Muchas de las familias apoyadas han decidido unirse a la organización, contribuyendo con alojamiento inicial, orientación y servicios de traducción para quienes inician su nueva vida en Canadá.
Este galardón celebra el compromiso de Ottawa Centre Refugee Action con los derechos humanos, subrayando su papel esencial en la integración de refugiados en un entorno seguro y acogedor.