Estudio de Fisiología Celular

Refrescos y jugos embotellados detonan el síndrome metabólico

Producen obesidad central, presión arterial alta, aumento de triglicéridos en la sangre, colesterol elevado, secreción excesiva de insulina, resistencia a esta hormona e intolerancia a la glucosa

Tomar de manera regular bebidas dulces genera grasa abdominal y promueve el desarrollo del síndrome metabólico (SM), que se puede definir como una serie de signos que aumentan la probabilidad de padecer enfermedades cardiovasculares, diabetes tipo 2 y algunos tipos de cáncer.

Entre estos signos están la obesidad central, presión arterial alta, aumento de triglicéridos en la sangre, colesterol elevado, secreción excesiva de insulina y resistencia a esta hormona, así como la intolerancia a la glucosa. Con la presencia de tres de ellos se considera SM.

Luego de años de investigación en el Departamento de Neurociencias Cognitivas de la División de Neurociencias del Instituto de Fisiología Celular (IFC), universitarios determinaron que las bebidas azucaradas detonan el SM, señaló Marcia Hiriart Urdanivia.

“Para saber sus efectos y secuelas desarrollamos un modelo con ratas: les dimos una bebida similar al jugo o refresco, con sacarosa al 20 por ciento. La sacarosa, que es el azúcar blanca de mesa, está formada por glucosa y fructuosa. Los resultados: después de dos meses de ingerir esta bebida aumenta su grasa abdominal, los triglicéridos, insulina, la resistencia a la insulina e intolerancia a la glucosa.”

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El crecimiento de la grasa abdominal origina mediadores químicos llamados adipocinas, y atrae glóbulos blancos que producen citocinas; dichos procesos
son percibidos por el organismo como una inflamación.

“Caracterizamos el síndrome metabólico en los animales para averiguar qué le sucede a las células que generan insulina en este medio interno (la insulina se produce exclusivamente en los islotes del páncreas), cuando las células beta son estimuladas después de la comida, cuando aumentan los nutrientes en la sangre, especialmente la glucosa. Otros estimulantes de la secreción son algunas hormonas, citocinas y adipocinas”, indicó.

Pretendemos saber qué ocurre con las células beta en la inflamación crónica, porque la diabetes tipo 2 aparece cuando esas células han sido estimuladas en exceso durante mucho tiempo y se agotan, y ya no son capaces de producir suficiente insulina para mantener la concentración de glucosa en niveles normales, remarcó.

La investigadora recordó que cerca de 40 por ciento de la población mundial tiene sobrepeso u obesidad y es sedentaria; de este segmento, una proporción considerable sufre también síndrome metabólico. “Lo más importante es que el síndrome metabólico puede revertirse
si hacemos ejercicio y mantenemos una dieta adecuada, evitando de este modo que se desarrollen enfermedades cardiovasculares, diabetes tipo 2 y algunos tipos de cáncer”.
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Alteraciones

Hiriart Urdanivia, quien lleva dos décadas en la búsqueda de nuevos hallazgos, resaltó que la insulina es una hormona fundamental porque favorece el almacenamiento de nutrientes, especialmente glucosa y grasa.

“Estudiamos a detalle qué les sucede a esas células y observamos que los sistemas de acoplamiento entre la glucosa y la secreción de insulina que tienen se alteran desde los dos meses de tratamiento con el azúcar”, concluyó.

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