Regreso gradual a la Universidad

Con mucha prudencia, de forma muy gradual, ha iniciado el retorno a los campus en León, en Juriquilla, en Ciudad de México.

Poco a poco, de manera muy pausada y escalonada, después de año y medio de clases a distancia a causa de la pandemia, ha comenzado el regreso presencial a la Universidad, siempre conservando las medidas sanitarias (uso de cubrebocas, sana distancia, lavado constante de manos, utilización de gel o desinfectante), y todo el tiempo en espacios seguros.

Los consejos técnicos de cada instalación de la UNAM irán decidiendo fechas y mecanismos para la vuelta a clases y prácticas en aulas, talleres, laboratorios. Por ejemplo, en la Escuela Nacional de Artes Cinematográficas se optó por un 30 % de estudiantes. O la Escuela Nacional de Enfermería y Obstetricia, que definió prácticas presenciales de laboratorio con aforo controlado.

Será un proceso paulatino y prudente, pero las emociones de alumnos y maestros por reencontrarse de nuevo empiezan a fluir despaciosamente, formando un mosaico de expectativas universitarias…


Expectación de los alumnos por vivir a plenitud la experiencia universitaria

Los de primer semestre ansían arrancar su aprendizaje; los de semestres avanzados buscan pasar en algunas materias de la teoría a la práctica

Rafael Paz

El inicio de las actividades académicas de la UNAM es recibido con alegría y expectación por sus estudiantes. La ocasión les permitirá, apuntaron los de primer semestre, cumplir una de sus grandes metas de vida: arrancar su aprendizaje y prepararse de la mejor manera posible para enfrentar el futuro.

Para los de mayor edad, como dijo Eduardo Constantino Zenil, quien cursa el séptimo semestre de la carrera de Ingeniería Química en la Facultad de Química, la posibilidad de disfrutar de algunas clases prácticas en los laboratorios es una oportunidad especial que genera “expectativas altas porque por fin podremos hacer cosas y ver en la práctica lo teórico que hicimos estos meses. Poder recibir ayuda de los profesores, que ese trato directo otra vez vuelva a existir”.

Es un sentimiento que comparte su compañera de primer semestre, Yolotzin Guadalupe López –de la Licenciatura en Química–, quien siente “felicidad y miedo ante el regreso, porque nunca he entrado a un laboratorio de esa manera”. Es una experiencia totalmente nueva que la joven espera le genere un amor más grande por su carrera y la lleve a tener una mejor relación con sus profesores.

“Aislarnos entre personas ha sido un problema, no hay ninguna fraternidad con mis compañeros. No le hablo a muchas personas”, recordó del último año y medio a distancia en el que cursó la preparatoria. “Tuve que ser autodidacta porque a veces era complicado entender todo en la modalidad en línea, había mucho pdf o investigar el tema por nuestra cuenta. Estas materias son muy diferentes a cuando estaba en bachillerato, es un salto muy grande”, añadió la estudiante.

Sebastián Rodríguez Rivera y Vicente Méndez, de la Licenciatura en Cinematografía de la Escuela Nacional de Artes Cinematográficas (ENAC), plantearon una idea similar y destacaron la manera en que un regreso a las instalaciones, así sea pequeño, es vital para completar su enseñanza en el quehacer cinematográfico.

“Es importante el regreso a las actividades, porque la suspensión nos afectó a todos en muchos procesos distintos, tanto de aprendizaje como de profesionalización. Yo estoy en el proceso de realizar mi tesis, iba a filmar en mayo y debido a la pandemia tuvimos que postergarlo. Gracias a que está abriendo la Escuela se puede continuar y seguir avanzando en el trayecto. Muchas prácticas de mis compañeros de otras generaciones se vieron interrumpidas, pero la gestión de la ENAC con el regreso nos dejará aprovecharlo. Es una gran posibilidad”, subrayó Rodríguez.

Mientras que Méndez compartió: “Se están tomando medidas muy buenas para el regreso, en una carrera tan práctica como la nuestra, el cine, es muy importante practicar. Es lo que nos prepara para el mundo afuera, mientras haya medidas de seguridad es algo muy bueno. Teníamos año y medio sin venir. La verdad está muy bien”.

Adaptaciones

Varios de los entrevistados ahondaron en las dificultades que enfrentaron al trasladar sus estudios a la virtualidad, un tema que ya tocaba Yolotzin Guadalupe López y compartió Ana Paula Reyes, de recién ingreso a la Facultad de Derecho y parte del seleccionado de waterpolo: “Las primeras semanas fue complicado porque había mucho estrés, se estaba viviendo con psicosis por el virus y el cambio tan repentino de todo. Fue estresante, pero con el paso del tiempo y las vacaciones me fui adaptando para cursar el último año de preparatoria, ya me sentía más preparada.

“La virtualidad nos permite cuidarnos de la Covid-19 y poder estar en casa con una mayor cercanía con nuestra familia. Estar en casa también nos posibilita aprender de otros temas, de una forma diferente y adquirir habilidades, tomar cursos en línea, poder hacer ejercicio, mejorar nuestros hábitos alimenticios, crear una rutina”, analizó la futura abogada y añadió:

“Fui una de las afortunadas porque tuve todos los medios apropiados para tomar las clases. La verdad es que todo esto me ha hecho valorar muchísimo lo que es tener una interacción física, no sólo con los profesores sino con mis compañeros. Disfrutaría mucho más las cosas si estuviéramos en Ciudad Universitaria. Cuando regresemos lo tomaré desde una perspectiva muy diferente. Voy a aprovechar al máximo todo lo que ofrece la UNAM, sus instalaciones y la Facultad.”

“Adquirir esta experiencia a distancia nos hizo ver que no sólo el modelo físico existe, o una forma presencial. También podemos ‘existir’ de otra forma en la Facultad, tiene sus complicaciones, pero trae beneficios. Debemos aprender de estos beneficios y todo lo que nos da la UNAM, estar preparados a futuro por si llega a ocurrir algo de la misma naturaleza”, refirió la joven estudiante, quien hizo un llamado a sus compañeros:

“Todo esto lo podemos explotar bien si somos organizados y sabemos manejarlo de manera muy eficiente. Espero con ansias empezar en la Facultad de Derecho y eventualmente acudir presencialmente. También espero con ansias las actividades deportivas, soy parte del equipo representativo de waterpolo, pero ha sido muy complicado. No es lo mismo realizar ejercicio en casa que estar en una alberca con todo tu equipo y conocernos. Eso es lo que más extraño.”

Fotos: Francisco Parra y Víctor Hugo Sánchez.

En este punto coincidió Damaris Arellano, también de primer ingreso en Derecho, quien declaró que como alumnos se encuentran en la necesidad de “ser más organizados, autodidactas y adaptarse a las condiciones”, remarcando además la importancia de la comunidad para tener una mejor experiencia universitaria: “Es más difícil llevar la licenciatura tú solo, haciendo lazos de amistad la carrera es mucho más amena”.

Alejandro Plata Sepulveda, un primerizo más de la carrera de Derecho, señaló que la virtualidad les permitió organizar sus horarios y tener un abanico de oportunidades para aprovechar de mejor manera su vida diaria.

“Muchos de mis compañeros en la preparatoria no tenían Internet, la calidad de su servicio era muy baja o sus equipos no tenían la capacidad para tomar las clases. A los maestros de edad más avanzada se les complicó un poco el proceso. Los admiro y los respeto mucho por seguir con las clases, fue todo un reto para alumnos y maestros.”

Llega a ser complicado “pero cada día nos acostumbramos más, es una ventaja de nuestra edad: es más fácil acoplarnos a los retos que se van presentando. La clase en línea podría ser más desgastante, pero todo lo que conlleva el llegar a la escuela lo nivela. Un posible sistema híbrido sería una buena opción, con la pandemia van a cambiar muchos de nuestros hábitos y estilo de vida. Podría ser bueno también para la UNAM”, subrayó.

No obstante esos obstáculos, Sepulveda siente una ola de agitación que lo anima a mirar con ilusión los próximos meses: “Es un honor y privilegio estar en esta casa de estudios. Me emociona poder aprender, hacer amigos o encontrarme con personas que ya conozco. Tengo expectativas por el nivel académico, deseo aprender más de mi carrera. Espero desarrollarme y mejorar como persona, ser estudiante en un ambiente más profesional que el de la preparatoria. Estoy nervioso, pero hay mucha emoción”.

Debe aplaudirse a estudiantes, profesores y a todos los que contribuyen a la UNAM, porque ha sido sorprendente. “Respeto mucho a los profesores, porque tampoco sabían muchas cosas del mundo virtual y debieron aprender a hacerlo, por eso los admiro. A pesar de todos los conflictos presentes, los alumnos siguen ahí, apoyándose unos a otros. Son las cosas que hacen a la UNAM lo que es, nos une a todos las ganas de salir adelante y mejorar todos los días a la Universidad. Ha sido una experiencia increíble”, concluyó Sepulveda.

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