Rehabilita la UNAM viejas celdas de La Perpetua

Ahí estuvieron José María Morelos y Fray Servando Teresa de Mier; en planeación, museo de sitio sobre la Inquisición

Las antiguas celdas de lo que fueron las cárceles de La Perpetua, en el Centro Histórico, en las que hubo tortura y oscurantismo, serán espacio de libertad, pensamiento crítico y la pluralidad característicos de la UNAM, pues albergarán un museo de sitio sobre la Inquisición y el acervo de la Biblioteca Histórica Doctor Nicolás León, con tomos de enseñanza de la medicina, desde el siglo XVI a la fecha.

El director de la Facultad de Medicina (FM), Germán Fajardo Dolci, informó que la Universidad rehabilitó estas áreas históricas, en las que estuvieron presos personajes como el sacerdote liberal Fray Servando Teresa de Mier y el insurgente José María Morelos y Pavón.

“El museo de sitio está en planeación, en conceptualización. Hay espacios muy bonitos: el patio de los prisioneros, la zona de aljibes que han recuperado su belleza visual y arquitectónica”, expresó.

En la parte alta de las cárceles se instalará el acervo de la biblioteca y la parte baja se destinará como área de lectura y consulta.

Lo que fueron estas cárceles se ubica en la parte posterior del Palacio de Medicina, pero no se incluyeron en su proyecto arquitectónico original; se integraron después de que empezó a operar allí la Escuela Nacional de Medicina, añadió el director.

Emérito de Arquitectura

El plan de rehabilitación estuvo a cargo del profesor emérito de la Facultad de Arquitectura, Xavier Cortés Rocha, quien coordinó los esfuerzos de expertos de las facultades de Medicina, Arquitectura, del Instituto de Ingeniería, de la dirección de Patrimonio Universitario y del Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH), agregó el jefe de Proyectos Especiales de la Secretaría Administrativa de la Facultad de Medicina, Roberto Xóchihua.

Los trabajos, prosiguió, se iniciaron en 2016 y abarcaron calas, recuperación de columnas, retiro de aplanados y acabados, para regresar el esplendor al edificio; áreas que estaban totalmente cerradas se rehabilitaron al ponerles entrepiso y lozas. “En el patio principal, donde está la fuente, se retiró el piso para reponerlo, se recuperó lo más posible de los aplanados, la pintura a la cal, porque el INAH cuida que haya vestigios de cómo estuvo en su momento original el inmueble”, dijo Xóchihua.

En tanto, el director de la FM señaló que era el último espacio que faltaba por recuperar, de los distintos predios que se anexaron a la Antigua Escuela de Medicina.

Fotos: Francisco Parra y Víctor Hugo Sánchez.

Palacio con historia

El actual Palacio de Medicina fue construido de 1732 a 1736 por el arquitecto Pedro de Arrieta y su función fue ser Palacio de la Inquisición, la cual mantuvo por casi un siglo, relató Fajardo Dolci.

Luego tuvo varias funciones, entre ellas la de cuartel; aunque un tiempo estuvo en venta, nadie lo adquirió.

De manera paralela, la Escuela de Medicina operaba de forma itinerante: algunos profesores daban clases en hospitales, otros en sus casas, hasta que los docentes decidieron juntarse y proponen al gobierno mexicano que a cambio de salarios que no se les habían pagado, les dieran el Palacio de la Inquisición para establecer allí la Escuela. “Eso tiene un valor inconmensurable porque con este hecho, la enseñanza de la medicina cambió en México, en toda América”, subrayó.

La Escuela operó allí cerca de un siglo, hasta que se trasladó, en 1956, a sus nuevas instalaciones en Ciudad Universitaria y el palacio quedó nuevamente en desuso, hasta los años 80 cuando el rector Guillermo Soberón decidió establecer el Museo de la Medicina Mexicana.

Hoy la Antigua Escuela de Medicina alberga seminarios, talleres, congresos y demás eventos académicos; en su auditorio sesiona el Consejo Universitario –máximo órgano de gobierno de la UNAM– y es también donde los alumnos de los primeros años de la licenciatura de medicina toman las asignaturas de Historia y Filosofía de la Medicina.

“Lo que se busca es que tengan esa mística de estar donde nació la enseñanza de la medicina en el país”, finalizó Fajardo Dolci.

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