Reinauguran en el Jardín Botánico la Casa de Sombra
Dicho lugar tiene las condiciones adecuadas para el desarrollo de cactáceas; ahí se cuenta con 157 especies de las cuales 141 están en alguna categoría de riesgo: Salvador Arias Montes

Desde su fundación en la segunda mitad del siglo XX, el Jardín Botánico (JB) del Instituto de Biología (IB) de la UNAM ha analizado con rigor científico la vida y el manejo integral de las cactáceas, algunas conocidas como plantas suculentas, así como agaves y crasuláceas que desde hace por lo menos una década se encuentran en peligro de extinción.
Ante esto, Salvador Arias Montes, jefe del JB, resaltó la reapertura de la Casa de Sombra ubicada en dicho sitio, un lugar techado, semiabierto con las condiciones adecuadas para su desarrollo en la cual se cuenta con 157 especies de las cuales 141 están en alguna categoría de riesgo.
Al encabezar la apertura del Día Nacional de las Cactáceas, junto a Susana Magallón Puebla, directora del IB, Salvador Arias, dijo que en México la primera causa de peligro de desaparición de las cactáceas “tiene que ver con la modificación del uso del suelo debido a varios aspectos, como la apertura de carreteras, el crecimiento de las ciudades y los espacios para la agricultura, lo que ocasiona que las poblaciones de las especies más restringidas tengan esta problemática”.
Hay un segundo problema “muy grave: correspondiente a la colecta ilegal y eso es lo que queremos evitar y procuramos explicar en estos eventos y recorridos”, acotó.
El también investigador aseguró que el Jardín Botánico ha contribuido con instancias federales a evaluar la lista de la NOM-059 de especies en algún grado de riesgo y también en el ámbito internacional con la Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza sobre las especies también en alguna categoría de peligro de extinción.

Pinchazos
En un recorrido por la Casa de Sombra del Jardín Botánico de esta Universidad, el especialista resaltó la atracción de estos ejemplares que “son plantas estéticamente muy bellas y más aún en la etapa de floración”.
Pero, no sólo eso, “hoy sabemos que los diferentes grupos de cactáceas que existen en México son muy importantes porque interactúan con muchas especies de fauna como aves, insectos y mamíferos”.
Además, dijo, ayudan a proteger suelos. En nuestro país, tienen una utilidad más allá de lo ornamental. Incluso, grupos originarios desde el norte hasta el sur del país utilizan diferentes especies de cactáceas no sólo para la alimentación, sino para la medicina tradicional, o en usos como la vivienda y la construcción.
Arias Montes, acompañado de pasantes, estudiantes y de quienes laboran en el JB, así como de visitantes e integrantes de la comunidad universitaria, citó tres ejemplares de los más abrevantes del sol, que destacan por su belleza.
“Tenemos una pequeña biznaga, de nombre científico Mammillaria sanangelensis, endémica del Pedregal de San Ángel; la Reserva Ecológica de dicho lugar y el Jardín Botánico conservan esta especie, que prácticamente se está extinguiendo en su ambiente natural. Es importantísimo conservarla, y lo estamos haciendo”, afirmó.
Una segunda, continuó, por tratarse de valor histórico, es un ejemplar de crasulácea grande, de color verde, espolvoreada como con un talco gris, su nombre científico es Dudleya brittonii, conocida como “Siempre viva de tiza”. Fue colectada por uno de nuestros profesores en las décadas de los 70 y 80, en Baja California, es una planta endémica de las sierras.
La tercera especie emblemática, “que hemos trabajado mucho en el Jardín Botánico, es el barril dorado (Echinocactus grusonii). Ya hemos establecido los protocolos para su propagación y venta regulada; es una especie muy noble, de gran belleza estética, que se da en Durango, Hidalgo, Querétaro y Zacatecas, principalmente”.
