Rememoran a 25 años de su partida al poeta mexicano más universal, Octavio Paz

"Tal como él la practicó, una experiencia poética es una revelación de los otros que somos y un una reconciliación con lo oculto y lo desconocido, que llevamos dentro": Anthony Stanton, lingüista

Octavio Paz fue y es el más universal de los escritores mexicanos, pues su curiosidad y afán de conocer tendieron puentes de comprensión con muchos espacios geográficos de América Latina, España, Francia, Estados Unidos, Inglaterra, Japón y Rusia, enfatizó el lingüista Anthony Stanton, al participar en el Ciclo de mesas redondas “La otra orilla de Octavio Paz. Presencia y Ausencia 25 años después”, organizada por el Centro de Enseñanza para Extranjeros (CEPE), de la UNAM.

La poesía para Paz, agregó, nunca fue un pasatiempo ocioso sino algo parecido a un ejercicio espiritual, una experiencia vital que busca transformar a los participantes en oficiantes, hondamente personal y abierta a todos, expresó el emérito del Sistema Nacional de Investigadores.

“Tal como él la practicó, una experiencia poética es una revelación de los otros que somos y una reconciliación con lo oculto y lo desconocido, que llevamos dentro. Muchos de sus grandes poemas y ensayos asumen la forma de un viaje, una búsqueda accidentada que desemboca en algún momento en la fractura o disolución del yo y de inmediato, una apertura a la otredad”, reflexionó.

Durante la jornada, que del 24 al 28 de abril, reflexionará en torno a la obra del Nobel de Literatura mexicano, Stanton precisó que la idea del texto como aventura de exploración interior constituye una de las herencias más fecundas. En sus obras coexisten características aparentemente contradictorias, como la introspección y el erotismo, la imaginación y la reflexión, la creación y la crítica.

Ante estudiantes del CEPE y otras entidades de la UNAM, reunidos en el Auditorio José Vasconcelos, el profesor e investigador en el Centro de Estudios Lingüisticos y literarios de El Colegio de México agregó que Octavio Paz siempre soñó con lo que llamó desde su juventud una poesía de comunión, donde el poema no es un objeto verbal, sino como un acto capaz de unir a los solitarios en una hermandad anterior a las religiones y las revoluciones, a pesar o tal vez a causa de que en vida conoció la fama, el prestigio, los premios más altos, y el poder cultural, por eso mismo llegó a tener muchas dudas de su sobrevivencia literaria.

“Su autocrítica y escepticismo eran implacables, era común en sus últimos años oírlo decir: de mi obra, tal vez se salven algunos poemas o versos. Es decir, la fama no solo no garantiza la sobrevivencia literaria, sino que puede erigirse como obstáculo. Él se interesaba mucho más en lo aparentemente lejano y no en lo inmediato, por ejemplo, le parecía más importante ponderar el punto de vista nahuatl o el sentido de lo que los mayas llamaban la cuenta larga, que contemplar el espectáculo cotidiano de lo efímero”, agregó el doctor en Ciencias Hispánicas y Filosofía.

Igualmente, este defensor de la modernidad y las vanguardias, estaba fascinado también por las enseñanzas de las culturas arcaicas y las cosmovisiones mal llamadas primitivas, es decir, las culturas originarias.

Además de viajero, diplomático, intelectual, traductor, antólogo y fundador de revistas, destacó Stanton, Octavio Paz por encima de todo poeta y ensayista, vertientes sobre las que descansa su principal aportación a las letras y aunque las opiniones están divididas en si se le debe considerar más como ensayista o como poeta, lo más importante es que sobresalió en ambos géneros.

Recordó que Octavio Paz publicó a los 17 años su primer poema y su primer ensaño, ambas disciplinas que lo acompañaron toda su vida, donde destaca es la presencia de una conciencia interrogante y ensayos con imágenes poéticas memorables, es decir, vinculaba ambas disciplinas elaborando una poesía crítica y una ensayística de creación.

Momentos antes, Alberto Vital Díaz, director del CEPE, recordó que el 19 de abril de 1998, cuando hacía un sabático en Francia, le llamaron para compartir la experiencia de una ausencia física de Octavio Paz, la gran figura de la literatura mexicana, por su presencia, influencia en la segunda mitad del siglo.

“Paz fue un hombre del siglo XX no solo por su existencia física, él quería llegar al siglo XXI, una personalidad tan compenetrada de las nociones, las temporalidades”, reflexionó el doctor en Letras.

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