Repunte de la influenza; enero y febrero, críticos

Hasta el 28 de diciembre pasado había mil 662 casos y 116 defunciones; inició en septiembre y concluirá en abril próximo

La actual temporada de influenza 2018-2019 muestra un repunte de esa enfermedad infecto-contagiosa: hasta el 28 de diciembre pasado sumaba mil 662 casos y 116 defunciones, cifras que contrastan con el periodo anterior 2017-2018, con 861 casos y 25 defunciones, según datos publicados por el Informe Semanal de Vigilancia Epidemiológica, de la Dirección General de Epidemiología de la Secretaría de Salud (SS).

La cifra es considerablemente más elevada que en periodos anteriores, como 2016-2017, con 378 casos y 35 defunciones, y se explica porque en 2017 predominó el tipo A (H3N2), que convive con la humanidad desde hace 50 años, y en 2018-2019 está presente el A (H1N1), que con una década de existencia, es más agresivo, “por lo que esta temporada podría haber un mayor número de casos y probablemente sean más graves, sobre todo porque mucha gente no está vacunada”, explicó Rosa María Wong Chong, de la División de Investigación de la Facultad de Medicina (FM).

Los datos de esta temporada, que inició en septiembre y concluirá en abril, contabilizan a personas afectadas hasta diciembre pasado, “pero estimamos que habrá un repunte mayor en enero y febrero”, agregó la epidemióloga.

Además, hay reportes hospitalarios de muchos casos graves en México, porque el virus mayoritario es A (H1N1), que es muy patógeno y agresivo, por su relativa reciente aparición, y muchas personas aún no tienen la protección, resaltó.

La especialista aclaró que después de la epidemia de 2009, cuando surgió el nuevo virus A (H1N1), las cifras anuales iban a la baja, hasta la temporada 2013-2014, cuando hubo un repunte de mil 853 casos y 220 defunciones, también asociado a una mayor presencia de esa variante del virus.

Llamado a vacunarse

Wong advirtió que las mayores complicaciones, infecciones graves y mortalidad se relacionan con gente que nunca ha recibido la vacuna.

“Muchos no se la han aplicado desde hace 10 años y son susceptibles de adquirir esta infección, porque no tienen anticuerpos contra el virus.”

Lo ideal es vacunarse cada año, porque el virus va cambiando. “Entre más tenga una persona es mejor, porque hay cierta protección cruzada contra algunos virus”, detalló.

Esto es especialmente recomendable para los grupos de riesgo: niños menores de 10 años, adultos mayores de 65, mujeres embarazadas, pacientes con enfermedades pulmonares y cardiovasculares, con asma, diabetes y obesidad.

Para evitar contagios, se recomienda toser en el ángulo del brazo, evitar lugares concurridos, lavarse las manos varias veces al día y acudir con el médico, especialmente ante presencia de fiebre.
Para evitar contagios, se recomienda toser en el ángulo del brazo, evitar lugares concurridos, lavarse las manos varias veces al día y acudir con el médico, especialmente ante presencia de fiebre.

Nuevas proteínas, más riesgo

El riesgo de un virus completamente nuevo, como el A (H1N1) hace una década, es que tiene nuevas proteínas en su composición, para las cuales no hay anticuerpos. Y cada año desarrolla nuevas variantes. Hasta ahora, el de la influenza se clasifica en A, B y C, que tienen 135 combinaciones posibles.

Además de la vacuna, para evitar contagios Wong recomendó toser en el ángulo del brazo, evitar lugares concurridos, lavarse las manos varias veces al día y acudir con el médico, especialmente ante presencia de fiebre.

“La vacuna no es cien por ciento efectiva; no obstante, sí garantiza que se evite la influenza en la mayoría de los casos, o si la persona enferma, aun con ella, la gravedad será menor. Tanto la gravedad como la mortalidad están directamente asociadas a quienes no se vacunan”, concluyó.

Sobre el cuadro clínico, cabe señalar que incluye fiebre muy elevada (mayor a 38.5 grados), dolor de cabeza, cansancio, tos seca, ardor, congestión nasal y dolor muscular.

Las epidemias ocurren sobre todo en invierno, porque el frío se asocia a una mayor incubación y transmisión del virus, además de que las vías respiratorias están más susceptibles a infectarse.

La influenza se transmite por estornudo, tos, habla o artículos contaminados, por eso hay que evitar el contacto con el enfermo y lavarse las manos constantemente.

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