Soporta hasta menos 30 y 60 grados

¿Por qué morimos de frío o de calor?

La muerte por frío sobreviene por falta de circulación; los choques de calor, por deshidratación: José Israel León Pedroza, de la FM

Personas migrantes que viajan caminando por el desierto a altas temperaturas, alpinistas sometidos a un frío de varias decenas de grados bajo cero o personas indigentes que en las calles de algunas poblaciones toleran altas o bajas temperaturas extremas a la intemperie, son ejemplos en ese sentido de la resistencia del cuerpo humano.

“En general, en calor sabemos que se pueden aguantar temperaturas de hasta 60 grados, pero con gran riesgo para la vida. Es posible tolerar un tiempo que varía dependiendo de la humedad del ambiente, pues lo que causa los choques de calor no es la temperatura incrementada sino la deshidratación”, explicó José Israel León Pedroza, académico del Departamento de Bioquímica de la Facultad de Medicina (FM).

Y en frío, se sabe a partir de algunos experimentos crueles y antiéticos de la Alemania nazi, se puede resistir hasta menos 30 grados durante unos 30 minutos, añadió el experto. “Hay congelamiento a diferentes temperaturas y las personas se pueden recuperar, pero por debajo de 30 grados se presenta la muerte”.

Regulación corporal

José León mencionó que el cuerpo humano genera un ajuste autónomo de su propia temperatura. “Tenemos unas estructuras basadas en los vasos sanguíneos que nos permiten regular nuestro calor, podemos mantener nuestra temperatura porque somos organismos eutérmicos. Pero cuando no podemos controlar esto porque hay niveles extremos, nuestra temperatura corporal empieza a subir, como si tuviéramos fiebre. A partir de 40 grados de nuestra temperatura interna es cuando fallan varias proteínas del cuerpo, incluyendo las respiratorias y las cerebrales. Y eso genera un daño permanente e inclusive la muerte”, detalló.

En ambos casos una persona puede morir de frío o de calor, indicó el especialista.

La muerte por frío sobreviene por la falta de circulación, que baja paulatinamente hasta que se detiene el corazón. “Se disminuyen tanto los procesos metabólicos que se llega al paro cardiorrespiratorio y el daño se vuelve irreversible”, comentó.

Fallecer por calor depende de la humedad del medio ambiente, y si hay ésta pueden aguantarse altas temperaturas de hasta 40 a 45 grados por algunas horas. “Sin embargo, cuando se entra a un sauna existen personas quienes soportan hasta 60 grados sin un daño específico por la humedad”, ejemplificó.

Como somos animales eutérmicos, no es posible cambiar nuestra temperatura fuera de ciertos rangos restringidos. “Todos nuestros procesos químicos son funcionales cuando tenemos una cierta temperatura, pues las reacciones químicas dependen de ella. En general, con el frío las reacciones químicas se vuelven lentas y con el calor aumentan, y se dan algunas que no deberían suceder.”

Así que una de las cuestiones más esenciales para nuestra función es mantener una temperatura eutérmica, resumió León Pedroza.

 

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