Restauran campanas robadas del siglo XVIII

Destaca el trabajo de académicos de Química y del CCADET

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Al repicar, su característico sonido alerta. “Las campanas son la voz de Dios”, dijo José Antonio Cerda, párroco de la capilla de la Inmaculada Concepción, en Escobedo, Montemorelos, Nuevo León, quien en su momento denunció el robo de los artilugios emblemáticos del templo que datan del siglo XVIII. Días después fueron recuperados, pero en fragmentos, dañados, irreconocibles.

Como si fuera un cometido mesiánico, restauradores del Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH) e investigadores de la UNAM repararon las dos campanas y reprodujeron otro par con tecnología avanzada, lo que les valió el Premio Paul Coremans en la categoría de trabajo de conservación de bienes muebles de los Premios INAH 2017.

El trabajo de preservación, liderado por Jannen Contreras, del Seminario Taller de Restauración de Metales de la Escuela Nacional de Conservación, Restauración y Museografía del INAH, denominado Proyecto de Restauración de Dos Campanas de Escobedo, Montemorelos, Nuevo León, es un caso de un robo y destrucción de bienes culturales, al que se le dio una atención integral para su recuperación.

Esta es la primera iniciativa especializada entre ese instituto y la UNAM, por medio del Departamento de Ingeniería Química Metalúrgica de la Facultad de Química (FQ) y el Laboratorio Nacional de Manufactura Aditiva, Digitalización 3D y Tomografía Computarizada (MADiT), y el Grupo de Acústica y Vibraciones, ambos del Centro de Ciencias Aplicadas y Desarrollo Tecnológico (CCADET).

El objetivo, comentó Jannen Contreras, fue devolver a la comunidad de Escobedo dos campanas que fueron robadas, destruidas y vendidas parcialmente. “Se perdió entre 40 y 60 por ciento de cada una, ante lo cual, solicitamos ayuda y trajimos este problema a la UNAM”.

El principal reto, mencionó Leopoldo Ruiz, del MADiT, fue identificar la geometría que sirvió como un patrón para hacer la reconstrucción de las campanas que fueron arruinadas.

La fragmentación y mutilación afectaban su unidad, e imposibilitaba darles utilidad como objetos sonoros, e incluso como piezas museables. Por esta razón, la intervención debió buscar la recuperación de la unidad con sus características materiales. De este modo se hizo un plan con dos líneas de acción. Por un lado, un sistema de integración de los fragmentos y reposición de faltantes para recuperar la forma que habían tenido; y por el otro, la realización de reproducciones para restituir su función sonora y social.

El registro digital 3D fue la base para lograr un modelo virtual de las obras completas y por lo tanto, de los faltantes. Todas las operaciones, modelado de dimensiones y formas, fueron hechos por especialistas en diseño y metrología del MADiT, del Departamento de Micromecánica y Mecatrónica del CCADET, encabezados por Leopoldo Ruiz y Alberto Caballero.

Obtienen galardón en trabajo de conservación de bienes muebles. Fotos: Francisco Cruz.
Obtienen galardón en trabajo de conservación de bienes muebles. Fotos: Francisco Cruz.

Reconstrucción digital

La reconstrucción digital de las campanas permitió un mejor registro y facilitó realizar el análisis formal, tipológico y documentación precisa de dimensiones de cada fragmento, logró generar el modelo de armado para cada elemento con sus respectivos faltantes.

Una de las partes más importantes fue el impacto social que tuvo la entrega de las campanas restauradas (exhibidas al interior de la capilla) y un par de reproducciones, señaló Alberto Caballero del MADiT.

El equipo estuvo conformado por Leopoldo Ruiz, Alberto Caballero, Homero Alberto Castro y Rodrigo Córdova, del MADiT; Felipe Orduña del CCADET, así como Francisco Javier Rodríguez y Paola Roncagliolo, de la FQ. Por el INAH, Jannen Contreras, Gabriela Peñuelas, Ángel Ernesto García, Ingrid Karina Jiménez, Roxana Rojas, Ilse Marcela López, Carlos Cañete y Daniela Pascual.

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