“El Festival Internacional de Cine UNAM (FICUNAM) no sólo regresa a las salas de cine sino que la retrospectiva será en 35 mm, lo que le agrega más romanticismo al evento. Son muy pocas películas, véanlas todas”, con estas palabras Michel Lipkes, programador del FICUNAM, invitó a la comunidad universitaria a acercarse a la retrospectiva Imposible adiós, el cine de Larisa Shepitko, que forma parte de la décima segunda edición del encuentro cinematográfico.
El programa estará conformado por nueve películas, entre las que se incluyen trabajos realizado por Shepitko y sus colaboraciones con los cineastas Andrei Smirnov, Yuliva Solntseva y Elem Klimov.
1. Calor / Heat (Larisa Shepitko, URSS, 1963, 79 min, 35 mm)
2. Alas / Wings (Larisa Shepitko, URSS, 1966, 85 min, 35 mm)
3. Inicio de una era desconocida / Beginning of an Unknown Era (Larisa Shepitko y Andrei Smirnov, URSS, 1967, 71 min, 35 mm)
4. En la treceava hora de la noche / In the Thirteenth Hour of the Night (Larisa Shepitko, URSS, 1969, 70 min, digital)
5. Tú y yo / You and Me (Larisa Shepitko, URSS, 1971, 97 min, 35 mm)
6. La ascención / The Ascent (Larisa Shepitko, URSS, 1977, 111 min, 35 mm)
7. Larisa (Elem Klimov, URSS, 1980, 25 min, 35 mm)
8. Adiós a Matiora / Farewell (Elem Klimov, URSS, 1983, 86 min, 35 mm)
9. Poema del mar / Poem of the Sea (Yuliva Solntseva, URSS, 1959, 95 min, 35 mm)
Larisa Shepitko (6 de enero de 1938, Artemovsk, Ucrania) estudió en el Instituto Gerásimov de Cinematografía (VGIK), del que se graduó a los 22 años; ahí coincidió con Andrei Tarkovsky, Sergei Parajanov, Aleksei German y el propio Klimov; además, fue alumna de Aleksandr Dovzhenko, una de las grandes figuras del cine soviético de inicios del Siglo XX.
“La influencia de Dovzhenko se percibe en su primera película, Heat, que fue filmada dentro del VGIK”, comentó Lipkes. “Es su tesis y tiene todos los temas de su obra pero la forma se siente más como una Larisa Shepitko que está explorando y buscando su voz, aunque con un nivel de inspiración absoluto. Se siente la influencia de Dovzhenko”.
Shepitko falleció a los 41 años de edad en un accidente automovilístico mientras buscaba locaciones para la cinta Adiós a Matiora, proyecto inconcluso que retomó su esposo, Elem Klimov, a principios de la década de 1980.
“La VGIK era muy competitiva y había la pretensión de una sociedad más saludable –fue una de las primeras escuelas de cine en el mundo en incluir mujeres en su matrícula– dentro del sistema soviético, y que gracias a eso pudo imponer su talento. Y se impuso sobre muchísimas exigencias. Es desafortunado que su carrera haya quedado truncada por una tragedia que no nos permitió ver qué haría”, apuntó Lipkes.
“Sus películas tienen un lugar en la historia del cine. Juega mucho con la naturaleza, es preponderante el paisaje y cómo actúan de manera cinematográfica los personajes con este espacio. Haciendo una síntesis cinematográfica muy especial, porque ella lo usa de una manera muy inspirada todo el tiempo. Películas como Wings o Tú y yo hablan de la mujer en la sociedad soviética de aquel entonces, son las más cercanas a su experiencia en la vida. Son mujeres que cargan con muchas contradicciones y enfrentan a la sociedad contemporánea que tiene todos sus vicios y virtudes”.
“Se pulió conforme avanzó, su eje narrativo y los elementos cinematográficos de los que ella se agarra para darle forma a sus películas son los seres humanos. Filma a los humanos con una claridad muy iluminada, eso hace a sus películas increíbles. Es un cine que, sin duda, su interés principal está basado en la experiencia humana del mundo, su experiencia existencial en el tiempo que les toca vivir. Su obsesión filosófica es lo humano. La forma de su cine fue cambiando, se fue puliendo y La ascención es su obra más perfecta, siguiendo eso que hacen mucho los cineastas rusos: buscar la perfección”, concluyó el también realizador.
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