Agotamiento y calambres, entre otros

Riesgos del ejercicio en ambientes calurosos

El experto Ricardo Ugalde recomienda aclimatarse e incrementar gradualmente la actividad, tanto en tiempo como en intensidad

Isabela González Berazueta Burgos, coach del programa infantil de rugby de la UNAM y egresada de la Facultad de Ciencias Políticas y Sociales. Foto: Cristina Jiménez.

La mitad del año se acerca y, con ello, la llegada del verano y de altas temperaturas ambientales, lo que hace indispensable tener presente cuáles son los riesgos de la práctica física en condiciones calurosas y cómo prevenir afectaciones.

Ricardo Ugalde Ramírez, residente de primer año de la especialidad de medicina de la actividad física y deportiva de la Universidad, advirtió, en charla transmitida por Facebook Deporte UNAM, que los distintos padecimientos por calor suceden con mayor frecuencia en personas que no están acostumbradas a ejercitarse en esas circunstancias.

El experto en el tema refirió los siguientes malestares: calambres, debido a un desbalance de los líquidos que hay en el cuerpo y las sales que contiene el mismo; agotamiento, por el poco aporte sanguíneo hacia los músculos, lo cual genera fatiga; y el llamado golpe de calor, que sucede cuando la temperatura es excesiva, mayor a 40.5 grados, y hay una reducción de aporte sanguíneo al sistema nervioso.

Este último caso puede ser de gravedad, pues si no se atiende rápidamente puede ocasionar daños severos. Su principal manifestación es la alteración del estado mental, porque el cerebro no puede funcionar bien cuando está muy caliente; suele haber desorientación, confusión y colapso.

“En algunos casos el desenlace puede ser especialmente malo cuando no se toman las medidas necesarias”, consideró Ugalde Ramírez, y añadió que lo mejor es prevenir estas situaciones con aclimatación, hidratación e incluso abstinencia de actividad física si las condiciones de humedad relativa y temperatura ambiental indican riesgo.

Sobre la aclimatación, el médico adscrito a la Dirección General del Deporte Universitario mencionó: “Todos los cambios empiezan poco a poco, desde el segundo día de hacer ejercicio en ambiente caluroso se observan alteraciones, sobre todo fatiga. A la semana se alcanza un 60 por ciento de la aclimatación, y transcurridas dos semanas, más de 80 por ciento. Por ello, cuando una persona se enfrenta al calor, se recomienda incrementar gradualmente la actividad, tanto en tiempo como en intensidad; hay que enfriarse e hidratarse”.

“Está prescrito que, para el golpe de calor, lo más eficiente es sumergir al paciente en agua con hielo, pero como es algo a lo que pocas veces se tiene acceso, entonces se debe enfriar con lo que se pueda, ello incluye una ducha de agua helada”, concluyó.

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