Roles tradicionales en relaciones normalizan la violencia

Celos, exclusividad, posesión, perdonar todo, entre conductas y falacias, señala académica de la FES Zaragoza

A veces evidentes y otras escondidas, algunas acciones que tenemos en las relaciones amorosas están profundamente arraigadas a los roles tradicionales de género, los cuales socialmente se han desarrollado durante muchas generaciones normalizando y replicando la violencia y la inequidad de un género sobre otro.

Conductas aprendidas como los celos, la exclusividad, la posesión del otro o la creencia de que el amor “lo perdona todo” son mitos del amor romántico, explicó Brenda Magali Gómez Cruz, psicóloga social y profesora de la Facultad de Estudios Superiores Zaragoza.

“Muchas de estas actitudes y roles de género nos parecen lindos y románticos hasta que avanzan hacia la violencia psicológica o física”, dijo durante la conferencia virtual Violencia hacia las Mujeres en Nombre del Amor, organizada por la Comisión Interna para la Igualdad de Género del Colegio de Ciencias y Humanidades Sur.

Ideas falsas

Entre los mitos del amor romántico, destacó los del grupo “el amor todo lo puede”, donde se instalan la falacia de que podemos cambiar a la pareja por amor, la omnipotencia de ese sentimiento, la creencia de que los polos opuestos se atraen y entienden mejor, la falsa idea de la compatibilidad entre el amor y el maltrato, la normalización del conflicto y la creencia de que el amor “verdadero” lo perdona o aguanta todo.

La psicóloga y especialista en género integró en un segundo grupo de mitos “el amor verdadero predestinado”, donde sobresalen la idea de la “media naranja” que dará complementariedad a nuestra vida, el razonamiento emocional, la creencia de que sólo hay un amor verdadero en la vida y el mito de la perdurabilidad, pasión eterna o equivalencia.

En un tercer grupo, al que denominó “el amor es lo más importante y requiere entrega total”, destacó la falacia del emparejamiento y la conversión del amor de pareja en el centro de nuestra vida y como referencia única de nuestra existencia, la idea que el amor da la felicidad y que requiere una entrega total, así como entender al amor como una despersonalización.

En un cuarto grupo, al que Gómez Cruz llamó “el amor es posesión y exclusividad”, destacó los mitos del matrimonio como clave de la relación ideal y de la felicidad, de los celos (que incluso al principio de las relaciones se viven como piropos) y el mito sexista de la fidelidad y la exclusividad. “Frases como eres mía y eres el amor de mi vida destacan en este grupo”.

Gómez Cruz recordó que la violencia de género es todo acto de violencia basado en el género que tiene como resultado posible o real un daño físico, sexual o psicológico, incluidas las amenazas, la coerción o la privación de la libertad, ya sea que ocurra en la vida pública o en la privada.

“Tanto hombres como mujeres pueden ser víctimas y/o agresores; sin embargo, se tiene documentado que son las mujeres y las niñas quienes viven formas particulares de violencia en razón del género”, indicó.

La especialista citó a la Organización Panamericana de la Salud, que en 48 encuestas de base poblacional realizadas en todo el mundo encontró que entre 10 y 69 por ciento de las mujeres indicaron haber sido objeto de agresiones físicas por parte de una pareja masculina en algún momento de sus vidas.

Subrayó que 38 por ciento de los asesinatos de mujeres que se producen en el mundo son cometidos por su pareja masculina.

“La violencia puede afectar negativamente la salud física, mental, sexual y reproductiva de las mujeres”, resaltó.

Gómez Cruz invitó a las y los jóvenes a ser conscientes de los mitos del amor romántico que viven en sus relaciones de pareja, ser críticos de las cosas que dicen en canciones, redes sociales y medios de comunicación que replican estas conductas e ideas falsas, y llamó especialmente a las mujeres a ser autónomas, mantener sus intereses personales y fincar amores compañeros, no enemigos.

“La idea es que hagamos cosas por cambiar nuestros vínculos con nuestras parejas y con las demás personas, porque el amor no sólo es de pareja sino hacia otras relaciones y hacia mi persona”, aclaró.

Aseveró que para cambiar nuestros roles es importante ser conscientes de nuestra historia familiar, de lo que queremos en nuestra relación de pareja y en esa medida ir negociando.

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