Rulfo-Borges, experiencia de vida

Publica la UNAM libro sobre el encuentro literario de expertos sobre ambos autores

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Para recordar la partida de Juan Rulfo (7 enero 1986) y de Jorge Luis Borges (14 de junio 1986), a poco más de tres décadas de su fallecimiento, la Coordinación de Humanidades de la UNAM publicó el libro Juan Rulfo-Jorge Luis Borges. A 30 años de ausencia.

En el texto, se recogen las experiencias de la Jornada Internacional Conmemorativa realizada en la Torre II de Humanidades en noviembre de 2016, donde un equipo mundial de expertos recordaron a ambos, que se admiraban mutuamente y dejaron un importante legado en sus textos para las nuevas generaciones, explicó Alberto Vital Díaz, coordinador de Humanidades.

En 1973

Para la portada del libro, explicó, se aprovechó el encuentro entre ambos autores en 1973, así como la reconstrucción de las palabras que intercambiaron los dos durante esa reunión:

Borges: Imagínese Don Juan lo desdichados que seríamos si fuéramos inmortales.

Rulfo: Sí, después anda uno por ahí muerto haciendo como si estuviera uno vivo.

Borges: Le voy a confiar un secreto, mi abuelo el general decía que no se llamaba Borges, que su nombre verdadero era otro; sospecho que se llamaba Pedro Páramo. Yo entonces soy una reedición de lo que usted escribió sobre los de Comala.

Igualmente, recordó Vital Díaz, se recuperan textos como El día del derrumbe, escrito por Rulfo luego del sismo de 1985, cuando luchaba contra la enfermedad que le había causado su compañero inseparable: el cigarrillo.

“Son autores muy distintos en apariencia, en muchas de sus decisiones poéticas, pero muy hermanables en innumerables aspectos”, enfatizó Vital Díaz ante los asistentes a la última edición de 2018 de los Viernes de Lectura en la Casa de las Humanidades de la UNAM.

Klaus Meyer-Minnemann, especialista en literatura latinoamericana y coautor del volumen, relató cuando conoció a Juan Rulfo en Alemania, debido a su participación en el Festival Horizonte, dedicado a la literatura Iberoamericana en Berlín, donde, Rulfo junto a Gunter Grass, leyeron los mismos cuentos en español (Rulfo) y en alemán (Grass).

“Les puedo decir que fueron dos textos completamente diferentes por el tono de la voz, la forma de presentarlo, fue extraordinario. De hecho Grass le prestó sus lentes a Rulfo para que pudiera leer”, comentó.

Meyer-Minnemann añadió que la última vez que estuvo con Rulfo fue dos años después en Colonia, junto con autores como Elena Poniatowska, José Emilio Pacheco y Carlos Monsiváis, entre otros, con quienes compartió impresiones.

Rafael Olea Franco, especialista en Borges, recordó la frase del autor de El Aleph para no darle una segunda oportunidad a un libro, y que esto fue lo que lo llevó a acercarse a la obra del argentino y cómo varias personas no lo apreciaban por migrar en sus últimos años a Ginebra.

Igualmente, rememoró que el escritor debe ser “un revolucionario al mil por ciento, pues es típico que a los creadores se les exige este carácter, y estar con las buenas causas”.

Juan Rulfo-Jorge Luis Borges. A 30 años de ausencia puede ser adquirido en la librería de la Casa de las Humanidades de la UNAM, en el Centro de Coyoacán.

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