Coloquio Laboral Permanente de la FD

Se requieren avances en la legislación de licencias de maternidad y paternidad

En el mundo aún es muy escaso el tiempo que se otorga a los varones para participar en el cuidado de los hijos recién nacidos

En México aún faltan avances para proteger, desde la ley laboral, los cuidados para las personas trabajadoras en el empleo, pues prestaciones ganadas como las licencias de maternidad y las de paternidad tienen algunos retrasos respecto a las directrices de la Organización Mundial del Trabajo (OIT), afirmó la abogada laboral Kareli Gante Araujo, integrante del Colegio de Profesores de Derecho del Trabajo de la Facultad de Derecho (FD).

A nivel mundial, las licencias de maternidad son de al menos 14 semanas, mientras que en México se mantienen en 12 semanas, más ocho en algunos empleos, cubriéndose cien por ciento de los ingresos del trabajador por parte del Instituto Mexicano del Seguro Social (IMSS), mientras en otros países el empleador participa con 67 por ciento de los ingresos que se generan durante la licencia, señaló.

La abogada consideró que la licencia de maternidad remunerada y con protección del empleo, que cuente con una atención sanitaria materno-infantil adecuada, es esencial para la vida, salud, seguridad y satisfacción económica de las mujeres y sus hijos. Dijo que los lugares de trabajo que propician la lactancia materna ofrecen tiempo, seguridad de ingresos y espacios para conseguir resultados positivos en materia de nutrición y salud.

En el caso de las licencias de paternidad en el orbe, aún es muy escaso el tiempo que se otorga a los varones para participar en el cuidado de los hijos recién nacidos, pues mientras a nivel mundial se otorgan en promedio anual nueve días, en México se dedican solamente cinco días, con el sueldo íntegro pagado por parte del empleador.

La experta afirmó que la licencia de paternidad remunerada y con protección del empleo es fundamental para hacer posibles los derechos y responsabilidades de los hombres en los cuidados.

Gante Araujo afirmó que en la OIT se reconoce un tercer tipo de licencia, la llamada parental y de cuidados especiales, que busca dar protección al empleo, fomentar la no discriminación y la remuneración de los trabajadores. Esta licencia es para cuidar a padres o hijos enfermos, pero en nuestro país únicamente ampara a madres o padres trabajadores asegurados en el IMSS, cuyos hijos de hasta 16 años hayan sido diagnosticados por el propio IMSS con algún tipo de cáncer. En este caso, la licencia tiene vigencia de uno a 28 días, y pueden expedirse las licencias parentales necesarias en un periodo máximo de tres años, explicó.

La especialista señaló que en México aún son muy limitadas las licencias parentales, que buscan involucrar también a los varones en el cuidado de algún familiar enfermo (padre, madre o hijo), y no sólo restringirlo a las mujeres. Consideró que la licencia parental y para cuidados especiales puede ayudar a conciliar las responsabilidades laborales y familiares de madres y padres en el curso de su vida.

Gante Araujo participó de manera virtual en el Coloquio Laboral Permanente de la FD, que en esta sesión abordó el tema OIT: Cuidados para las personas trabajadoras en el empleo, presentado por Sarah Mis Palma León, docente de la FD.

Políticas de cuidados

La ponente explicó que el trabajo de cuidados puede ser remunerado o no remunerado. En el primer caso se realiza a cambio de un pago económico o para obtener un beneficio o ganancia en una diversidad de entornos, y tiene lugar en hogares privados (como en el caso de las y los trabajadores domésticos), en los hospitales públicos o privados, las residencias de ancianos, las escuelas y otros establecimientos de cuidados.

En el segundo caso, se cuida de personas o se hace trabajo doméstico sin recibir una remuneración monetaria. En general tiene lugar en el hogar, y suele ser realizado por mujeres y niñas. “Estas personas cuidadoras atienden también a personas no pertenecientes a sus familias, como amigos, vecinos y miembros de la comunidad, y actúan dentro de diversas instituciones públicas de manera voluntaria”, indicó.

Gante Araujo concluyó que el camino a seguir consiste en invertir en conjuntos transformadores de políticas de cuidados, pues sigue habiendo importantes lagunas en lo relativo a la disponibilidad, acceso, adecuación y calidad de las políticas de licencias y los servicios de cuidados. “Estos temas son para reflexionar, para ver qué estamos haciendo bien y qué estamos haciendo mal. Nosotros como estudiosos del derecho laboral debemos analizar qué podemos aportar en pro de esta noble materia, y abonar a que este cambio cultural tan urgente realmente sea posible”.

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