Sólido vínculo del Instituto de Química con la industria

Sus tareas de investigación y docencia han desempeñado un papel importante

Foto: Fernando Velázquez.

El Instituto de Química (IQ) es una entidad académica consolidada, grande y diversa, y ha tenido un papel importante en la UNAM y en el Subsistema de la Investigación Científica mediante su tarea de investigación y docencia, y también por su vinculación con la industria, consideró William Lee Alardín, coordinador de la Investigación Científica.

Luego de escuchar el segundo informe de labores, 2019-2020, de Jorge Peón Peralta, director de esa instancia universitaria, comentó que en el Instituto hay una variedad de disciplinas que, por sí mismas, pero además por su combinación, le dan gran potencial.

En un enlace virtual, enfatizó que el trabajo de calidad que hacen sus especialistas se refleja en productos propios, en el número de alumnos que ahí circulan y que cada año se gradúan, e igualmente en la difusión de la investigación y en la producción e impacto creciente de ésta.

Reconoció la labor de la Comisión de Igualdad de Género del IQ, pues “se trata de un tema en el que debemos trabajar, poner mucha atención, innovar, proponer soluciones y acciones para la comunidad universitaria”.

Planta académica

En su informe, Jorge Peón pormenorizó que hay una planta académica constituida por 67 investigadores –todos integrantes del SNI– y 44 técnicos académicos, 42 por ciento del total son mujeres y 58 por ciento hombres. “Estamos en camino de acercarnos a un mejor balance”.

Mencionó que, en relación con la productividad, hubo un incremento en la producción de artículos, con 176 publicaciones, en su totalidad indexadas, y un número per cápita de 2.75. Sin embargo, “hemos tratado de hacer un esfuerzo para que no sea el número de artículos el que aumente, sino que cada vez sea más notable la calidad de éstos”.

En ese sentido, abundó, el factor de impacto de dichas publicaciones es en promedio de 4.1, un número elevado dentro del área de la química.

Apuntó que en el Centro Conjunto de Investigaciones en Química Sustentable, entidad conjunta con la Universidad Autónoma del Estado de México, ubicada al norte de Toluca, laboran 27 investigadores, seis de ellos del Instituto de Química de la UNAM, con una productividad de 21 artículos indexados y ejecutan iniciativas de investigación financiadas.

Asimismo, indicó que al Instituto acuden más de 400 estudiantes, quienes realizan proyectos de doctorado, maestría y licenciatura, y ahí se dirigieron un total de 120 tesis en esos tres niveles, lo que representa 1.8 investigaciones guiadas por sus académicos.

Desde hace dos años la entidad forma parte del Berkeley Global Science Institute, consorcio internacional de laboratorios e institutos, donde el IQ se conformó como el décimo nodo de dicho consorcio y cuyo propósito es fomentar colaboraciones, e intercambios entre investigadores.

Destacó que la American Chemical Society, la editorial más prestigiosa en el área de la química, editó el número especial Celebrando la Química Orgánica e Inorgánica en América Latina, que recoge 44 artículos de investigación en diversas áreas de la química editados en 2018 y 2019, y México fue el país con mayor número de contribuciones con 14, siete de ellas de integrantes del Instituto de la UNAM.

Laboratorios y la Covid-19

Dijo que los Laboratorios de Servicios Analíticos fueron recertificados con la Norma ISO 9001:2015 y se sometieron con éxito a algunas auditorías privadas requeridas para volverse proveedores de industrias farmacéuticas.

Resaltó la inauguración del Laboratorio de Modelos y Datos Científicos, esfuerzo conjunto en materia de supercómputo, con los institutos de Astronomía, Ciencias Nucleares, y Química de esta casa de estudios.

Expuso que el IQ trabaja arduamente para tratar de lidiar con la pandemia por la Covid-19 y, por ejemplo, se han desarrollado un par de proyectos, el primero de ellos un sensor que detecta los genes del virus SARS-CoV-2 por medio de tecnologías que ocupan proteínas tipo CRISPR-Cas, lo que permite detectar los genes del virus con pruebas que dan señales fluorescentes y pueden tener un número menor de falsos negativos, en comparación con otras técnicas. Dicha investigación es financiada por la DGAPA y fue seleccionada para ser apoyada directamente por la cancillería mexicana para su rápida materialización.

Otra iniciativa respaldada por la Secretaría de Relaciones Exteriores es un estudio piloto sobre la comparación de estrategias terapéuticas cuyas moléculas o principios activos seleccionados pudieran tener efectividad contra la infección del virus. Ya se cuenta con avances en etapa clínica en colaboración con los institutos nacionales de Enfermedades Respiratorias, y de Rehabilitación, entre otros.

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