Plataforma 10 metros femenil

Sueño olímpico sincronizado para Tokio 2021

Daniela Zambrano y Emily Partida entrenan en casa con la esperanza de clasificarse

Imagen izquierda: Emily Partida, de la Facultad de Ingeniería. Foto: cortesía Emily Partida.
Imagen derecha: Daniela Zambrano, de Contaduría y Administración. Foto: cortesía Daniela Zambrano.

Son amigas prácticamente desde la niñez, cuando apenas se iniciaban en la natación y en la desafiante inquietud por practicar clavados. Ahora hacen dueto en el alto rendimiento de esa disciplina deportiva, al mismo tiempo que comparten el sueño de representar a México en unos Juegos Olímpicos y el orgullo de pertenecer a la UNAM.

A poco más de cinco meses de confinamiento por la Covid-19, Daniela Zambrano Montiel, en proceso de titulación por la Facultad de Contaduría y Administración, y Emily Rachel Partida Arias, alumna de Ingeniería, mantienen firme su preparación con el objetivo de clasificarse a Tokio 2021.

Las atletas universitarias buscarán su pase en un selectivo nacional a efectuarse después de la Copa del Mundo, reprogramada para febrero del próximo año, siempre y cuando en este último evento se consiga la plaza olímpica para México en plataforma 10 metros sincronizados femenil, en la que intervienen las auriazules.

“No he dejado de hacer ejercicio ni un día, a pesar de que pareciese muy lejano el momento de regresar a las competencias. Hay mucha incertidumbre, pero la principal motivación es que te preparas toda una vida y tienes que estar lista cuando digan que ya se pueda volver”, afirma Daniela Zambrano, quien este mismo año culminó sus estudios en la entidad académica mencionada.

Emily Partida, del tercer semestre de la carrera de Ingeniería Industrial, expresa: “Ha habido días en los cuales tomo clases en línea por la mañana y después hago cardio, fuerza de pierna y abdomen. No he dejado de ejercitarme en casa porque uno de mis más grandes sueños es representar a México en unos Juegos Olímpicos y sé que se puede lograr”.

El principal reto para las universitarias ha sido el aspecto mental, pues habrá una preparación desde lo básico cuando regresen a la alberca que no tocan desde hace casi medio año, cuando estuvieron a unos días de definir dicha clasificación.

“Los deportistas estamos acostumbrados a superar adversidades. Baso mis esperanzas en los 16 años que tengo practicando clavados y en mi buena comunicación con Emily”, asevera Daniela.

“La clase de programación es más difícil que caer bien en un clavado”, agrega Emily entre una tímida y natural risa. “Dani tiene más experiencia que yo y me transmite confianza. Ella es la líder, hace el conteo antes de tirar el clavado, las dos nos damos consejos y siempre nos mantenemos muy positivas”.

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