Tania Candiani. Como el trazo, su sonido, exposición en el MUAC

Un panorama del trabajo transdisciplinario de la creadora mexicana

El Museo Universitario Arte Contemporáneo (MUAC) presenta Tania Candiani. Como el trazo, su sonido, exposición que ofrece un extenso panorama del trabajo transdisciplinario de la artista mexicana de los últimos 10 años, en el que caben esculturas, pinturas, dibujos, instalaciones visuales y archivos que dan cuenta de cómo “logra la intersección de sistemas de lenguajes fónicos, gráficos, lingüísticos, simbólicos y tecnológicos”, con una habilidad y creatividad insospechadas.

En su obra, además de verse reflejadas metodologías para la investigación artística, se visibilizan narrativas y materialidades diversas que asocian arte, literatura, historia, ciencia, arquitectura, naturaleza, música y sonido, con las que expresa una riqueza y variedad de motivos.

Habilidad y creatividad insospechadas. Fotos: Barry Domínguez.

Tocados tradicionales

A la entrada de la exposición, en la sala 4 del MUAC, se aprecia la instalación llamada Reverencia, compuesta por dos tocados tradicionales mexicanos, y la coreografía grabada Danza de los quetzales. Aquí la artista propone una reinterpretación del significado de los movimientos de este baile, al igual que una traducción de los elementos simbólicos del penacho. “La danza se centra en dos movimientos: la reverencia y el saludo a los cuatro puntos cardinales”. Cuando los bailarines se inclinan, se reconocen en su igualdad y celebran la diferencia.

Candiani, quien recibió en 2011 la Beca Guggenheim para las Artes y en 2018 la beca de investigación para artistas de la Smithsonian Institution, exhibe también una instalación de aros de bordado y video monocanal con sonido. Su título: Nombrar el agua. En cada bordado se leen palabras en diferentes lenguas originarias de México para nombrar el agua. “Esta pieza parte de la leyenda de una comunidad de la sierra huasteca, que una vez al año pasa la noche nombrando todas las cosas que existen para que al amanecer sigan existiendo”. Nombrar como acto de resistencia.

A lo largo de la exposición el espectador descubre el sentido de la mirada de la artista. Las curadoras, Jessica Berlanga y Virginia Roy, afirman con justa razón que “Candiani conecta y resignifica saberes, oficios y tiempos, y enhebra una serie de conocimientos que entrelazan nuestras experiencias”.

El visitante podrá encontrar muestra de ello en la instalación Trompetas de madera (2014), una serie de trompetas con diferente forma y variación acústica, en cuyo interior se colocaron altavoces que reproducen la caída del agua de un manantial. Otro ejemplo es La molienda (2015-2022), instalación sonora en la que utiliza metates de piedra y grana cochinilla  para pigmentar. Se lee en la tarjeta informativa: “La presencia del pigmento en esta pieza evoca al intercambio comercial que se hacía con éste en la época colonial, a la explotación del territorio y a la fuerza política que representa el rescate de esta materia prima”.

Uno de los ejes de esta exposición, que permanecerá abierta hasta el 27 de noviembre, es su investigación sobre la sonoridad, sus límites y escrituras. Candiani se interroga a través de distintas piezas qué elementos conforman un paisaje sonoro, qué realmente escuchamos, cuál es el rango de frecuencia que como humanos alcanzamos a captar y cómo nos ubicamos en la relación sonora entre seres vivos y el entorno que habitamos. Para ella, el ciclo hacer/oír/describir es uno de los mejores procedimientos para formar nuestra percepción.

Migrantes

Camuflaje es una de sus instalaciones más llamativas, no sólo por la dimensión sino por su significado. Está inspirada en las imágenes de la fotógrafa Dorothea Lange, en las que recrea el trabajo forzado de japoneses americanos encarcelados en campos de concentración en California durante la Segunda Guerra Mundial. Grupos de mujeres tejieron enormes redes de camuflaje hechas de cáñamo, diseñadas para colocarse sobre tanques y otras máquinas de guerra. A partir de este evento, Candiani establece “una conexión con la situación de los migrantes que actualmente se encuentran en campos de detención a lo largo de la frontera entre Estados Unidos y México”.

Como parte de su producción reciente se presenta Preludio cuántico, acción sonora para voces e instrumentos creada exprofeso para el Espacio Escultórico de la UNAM. “Esta obra explora las relaciones entre la narrativa de la física cuántica, los conocimientos indígenas ancestrales y sus cosmovisiones”.

Cosas fascinantes emergen al visitar las salas 4, 5 y 6, así como el vestíbulo principal y las terrazas norte y sur.

Fértil y asombrosa, Candiani nos espera en el MUAC, ella misma transfigurada en una diversidad de materiales y formas con los que reinventa espacios.

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