“Tener clases por Zoom fue una buena experiencia, pero no se compara con el aula…”

Profesores y maestros gozan el inicio del semestre con clases presenciales

A pesar del cubrebocas que les tapa medio rostro, dos jovencitas que caminan en direcciones opuestas por el vestíbulo de la Facultad de Derecho, en Ciudad Universitaria, se reconocen mutuamente y, al tiempo que lanzan un grito de sorpresa, corren, se abrazan y así, abrazadas, comienzan a dar brinquitos de alegría.

Han pasado casi dos años desde que se vieron por última vez y están felices de haberse reencontrado hoy, lunes 31 de enero de 2022, día en que se reinician las clases presenciales en esta Facultad.

Luego intercambian algunas palabras, se miran fijamente a los ojos, ríen… y, al cabo de un minuto, se despiden con otro abrazo (por cierto, esta escena habrá de repetirse varias veces a lo largo de la mañana, y no sólo entre estudiantes, sino también entre profesores, aunque en el caso de estos últimos, con menos efusividad).

En una de las paredes del vestíbulo, un tablero electrónico da la bienvenida a todos los estudiantes y les pide usar cubrebocas, tomarse la temperatura cuando ingresen en las instalaciones de la Facultad, aplicarse alcohol en gel en las manos o lavárselas con jabón, y mantener una sana distancia.

Puede leerse en un último mensaje: “Recuerda: la pandemia aún no termina. Sigue manteniendo los cuidados sanitarios, haz de ellos un hábito permanente.”

Sistema híbrido

En la mayoría de los salones del edificio D, justo aquel cuyos enormes ventanales dan a Las Islas, ya hay clases. En otros, para evitar aglomeraciones, no. Afuera de uno de estos salones vacíos, sentada sobre el pasillo, Araceli Salas, estudiante del segundo semestre, dice: “Hoy ya tomé tres clases y estoy esperando la de las 11. Son las primeras que tomo oficialmente en la Facultad. Me siento muy bien porque los profesores que hoy he conocido en persona han demostrado tener muchas ganas de enseñarnos. Sin duda prefiero estar aquí que en casa, frente a una computadora. Yo opté por un sistema híbrido. Lunes, miércoles y viernes, de siete a una, tomaré clases en la Facultad; martes y jueves, por Zoom”.

Antes de las inscripciones para el nuevo semestre, la Facultad de Derecho publicó una lista de las materias, los profesores y los horarios en que éstos las impartirían tanto de manera presencial como por Zoom. Así, según sus necesidades, cada estudiante decidió tomar unas clases de manera presencial y otras en línea, o bien todas de manera presencial o todas en línea.

“Tener clases por Zoom fue una buena experiencia; sin embargo, no se compara con tomar clases presenciales y convivir y estar en contacto permanente con tus profesores y compañeros. El aprendizaje en el salón de clases es mejor que el que puedes llevar a cabo desde tu casa mediante una computadora. Yo escogí tomar sólo una clase en línea y todas las demás de manera presencial”, comenta Christian Arandes Castillo, alumno del sexto semestre.

Terminan las clases de 10 a 11. Los jóvenes empiezan a salir de los salones y a inundar el pasillo del segundo piso del edificio D. En una de las aulas, Juan José Del Rey Leñero, profesor que imparte la asignatura de Contratos Mercantiles a alumnos del segundo semestre, se queda un momento más ante su escritorio, organizando unos papeles.

“Durante las clases en línea, muchos alumnos demostraron tener ganas de aprender, otros no tanto, pues se desconectaban… A pesar de todo, creo que se cumplieron los objetivos. Soy un abogado que litiga desde 1973 y poseo una visión práctica. Por eso hice entrar a los muchachos en el ámbito no sólo teórico sino también práctico de mi materia. Hoy yo los veo muy motivados, complacidos y contentos. Han vuelto a verse, a socializar, lo cual implica una retroalimentación. Estoy muy satisfecho”, declara, y se pone de pie para ceder su lugar al profesor que está por llegar.

A tres salones de distancia, Marco Antonio Ramírez González, quien imparte la asignatura de Contratos Civiles a alumnos del cuarto semestre, se prepara para marcharse también, pero antes apunta: “El proceso de enseñanza-aprendizaje alcanza su máxima expresión cuando el profesor está frente a los alumnos. Los jóvenes están muy motivados. El regreso a clases presenciales, con todas las medidas de sanidad que se han adoptado, está resultando un éxito.”

Los alumnos bajan las escaleras. Unos se encaminan hacia la explanada de la Facultad, otros se quedan platicando en el vestíbulo y otros más se dirigen al Jardín de los Eméritos, donde, bajo los espléndidos árboles que han crecido ahí, toman asiento en una de las bancas para comer o beber algo, ver su celular, o simplemente intercambiar impresiones entre ellos.

Con la presencia de todos estos jóvenes y sus profesores, la Facultad de Derecho de la UNAM vuelve a latir llena de vida.

Fotos: Juan Antonio López y Víctor Hugo Sánchez.
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