Dioses y hombres, estrechamente vinculados

Tenochtitlan, entre la historia y el mito

Los pueblos antiguos ofrecían una visión sagrada, un discurso fundacional que da sentido a sus vidas: Noemí Cruz, de Filosofía y Letras

Todos los pueblos antiguos narran la creación del mundo, de los seres humanos y de su ciudad como un hecho mítico. Estas culturas basaban la concepción de su vida en un orden superior o sagrado, eran sociedades profundamente religiosas, en donde dioses y hombres estaban estrechamente vinculados desde los aspectos cotidianos de la existencia hasta actividades de las deidades, afirmó Noemí Cruz Cortés, profesora del Colegio de Historia de la Facultad de Filosofía y Letras.

“Los acontecimientos importantes que afectaban de manera positiva o negativa a los hombres eran causados por manos de los seres sagrados: la vida, la muerte, las buenas cosechas, las sequías, los terremotos, las lluvias y el lugar donde los hombres iban a habitar y a establecer su morada. En torno a ellos se edificaron templos, santuarios o lugares sagrados para realizar el culto a los dioses que les habían otorgado la existencia.”

Así, la fundación de México-Tenochtitlan reúne elementos históricos y míticos, algunos que ocurrieron físicamente y otros que tienen una gran carga simbólica, explicó durante una charla sobre el tema con la que comenzó el ciclo de videoconferencias Grandeza de México: Cuatro Centenarios, organizado por el Centro de Estudios para Extranjeros y la Sede UNAM-Alemania (Centro de Estudios Mexicanos).

 

En su exposición, con subtítulos en alemán, la doctora en Estudios Mesoamericanos destacó que la fundación de Tenochtitlan forma parte de un relato mítico, donde los dioses toman el papel preponderante en la elección del lugar donde se establece una ciudad.

La académica dijo que al momento de empatar los datos históricos con lo mítico se observa que no siempre concuerdan. “Por ello es indispensable comprender que los mexicas, al igual que otras civilizaciones, no hacían distinción entre mito e historia y ajustaban las fechas que nosotros denominamos históricas, a las fechas míticas, haciendo que coincidieran además con eventos astronómicos”.

Precisó que lo que llamamos mito e historia se entrelazan en el pensamiento de las sociedades antiguas para ofrecer un discurso fundacional, una visión sagrada que fundamenta y da sentido a sus pobladores.

Detalló que las ciudades mexicas existieron físicamente y con base en estudios arqueológicos se puede fechar la primera etapa de su construcción y ubicarlas en el acontecer histórico. Pero se tienen también los sucesos sagrados, los mitos que narran el asentamiento de esta ciudad y que son naturalmente ahistóricas, sin obedecer el tiempo humano.

Fundación de Tenochtitlan, Códice Mendoza. Siglo XVI. Foto: Instituto de Investigaciones Históricas.

Primer elemento

Cruz Cortés contó que el primer elemento fundacional de Tenochtitlan es una nopalera en un islote al centro de una zona lacustre, al que posteriormente se incorporó el águila, que en varios códices aparece sin la serpiente.

Posteriormente, quizá después de la conquista española, se incorpora la serpiente que es devorada por el águila, la cual completa el símbolo que hasta hoy mantiene la bandera nacional. “Es posible que los pintores se basaran libremente en los relatos míticos y agregaron a la serpiente como un elemento simbólico más”.

La serpiente se integra como una presa del águila, animal solar por excelencia y sagrado para los mexicas. “Quizá los mexicas, simbolizados por el águila, dominaron a otros pueblos simbolizados por la serpiente, o tal vez estos elementos iconográficos se registraron durante el dominio español, pues los mexicas habían aprendido el código de los europeos, donde la serpiente representaba al demonio, al enemigo de Dios que había engañado a los indios. Así se habría representado el triunfo del águila sobre la serpiente”, finalizó la universitaria.

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