Testimonio de agradecimiento

Ciudad de México, a 9 de septiembre de 2018

Como ya se ha difundido en los medios, el pasado 3 de septiembre, mientras participaba, junto con muchos otros compañeros universitarios, en una manifestación pacífica organizada contra la violencia que aqueja diversos espacios de la Universidad Nacional Autónoma de México, en pro de la mejora de las condiciones del estudiantado y su educación, Emilio Alejandro Aguilar Sánchez fue atacado cobarde y arteramente frente a la Torre de Rectoría de nuestra máxima casa de estudios.

Por ahora, la condición de Emilio es aún delicada pero estable. Las lesiones que le fueron infligidas casi le arrebatan la vida, pero las más importantes y urgentes han sido tratadas de forma brillante y oportuna. Esto y la fortaleza física y de espíritu que Emilio tiene han resultado piezas fundamentales en su mejoría. Esperamos y confiamos en que pronto deje la unidad de cuidados intensivos para comenzar con el proceso de franca recuperación.

En este contexto, y de forma particular, queremos dirigirnos a las personas que en los primeros momentos después del ataque le auxiliaron; a los paramédicos que le brindaron atención primaria; a los equipos de urgencias, especialistas, cirujanos, médicos y a todo el personal de enfermería del Instituto Mexicano del Seguro Social de la Clínica 8 y del Hospital de Especialidades del Centro Médico Siglo XXI que le atendieron y quienes con su atinada participación le salvaron la vida y ahora están procurando su recuperación; a las autoridades y personal administrativo del Centro Médico Siglo XXI, encabezados por el director general, doctor Carlos Cuevas García, quien nos han brindado su apoyo; a nuestros familiares y amigos, cuyo amor y ayuda incondicional nos reconforta y da fuerza en este episodio tan difícil; a la comunidad estudiantil de la Escuela Nacional Preparatoria número 6 Antonio Caso y a la comunidad estudiantil de la Universidad Nacional Autónoma de México en general, que nos ha dado su apoyo y que nos ha externado su solidaridad y su preocupación por la salud de Emilio.

A todos ellos, nuestro absoluto y sincero agradecimiento, y el de Emilio también.

No podemos dejar de reconocer, igualmente, la atención que ha puesto en este proceso la Universidad, por conducto del rector, doctor Enrique Graue Wiechers, y de la Dirección General de Atención a la Comunidad.

A pesar de que estamos más pendientes de la salud de Emilio que de otros eventos, queremos aprovechar la oportunidad para hacer público nuestro absoluto rechazo a cualquier tipo de violencia en cualquier ámbito, pero particularmente en la Universidad y contra las y los estudiantes. Paradójicamente, lo mismo que Emilio denunciaba el lunes pasado, se volvió en su contra de la peor manera posible. Como el propio Emilio ha dicho en medio de su convalecencia: “que esto que me pasó a mí sirva para que no le pase a nadie más”, ojalá nadie tuviese que pasar por estos trances por ningún motivo. En cualquier caso, exigimos que todas las víctimas, sean quienes sean, reciban la atención debida y la justicia que cada una de ellas merece, para que por nuestra raza siga hablando el espíritu.

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