Trabajo Social: 50 años impulsando la vocación de servicio

La Escuela ha transitado según las exigencias de la realidad, a su medio siglo tiene todavía mucho por hacer, aseveró Carmen Guadalupe Casas Ratia


Si algo ha distinguido a la Escuela Nacional de Trabajo Social (ENTS) a lo largo de sus 50 años de existencia es su permanente renovación y vocación por ayudar al otro, así lo asegura Carmen Guadalupe Casas Ratia, directora de la entidad universitaria: “La Escuela ha transitado de acuerdo con las exigencias de la realidad, cuenta con 50 años y tiene todavía mucho por hacer”.

Casas Ratia recordó que aunque la institución nació el “4 de octubre de 1973 cuando el honorable Consejo Universitario aprobó la creación”, sus orígenes “inician en 1937 con la Escuela Nacional de Jurisprudencia, la cual dependía e integraba un programa, sobre todo, relacionado con el tribunal para menores y diversas instituciones. Trasciende posteriormente, en 1938, al crearse la carrera de Trabajo Social, en ese momento perteneciente a nivel técnico a la Facultad de Derecho y Ciencias Sociales de la UNAM. Es en 1969 que se aprueba a nivel de licenciatura, pero en las instalaciones de la Facultad de Derecho”.

Ese proceso de independencia es clave, apuntó, porque impulsó la “trayectoria de una profesión que requería tener esta trascendencia y esta actualización en su formación, tanto disciplinar como profesional, para llegar a lo que somos ahora”; por ello hay un “sentimiento de mucho orgullo” en la actual gestión al “tener esta posibilidad de conmemorar” el quincuagésimo aniversario.

En la actualidad

Al ser cuestionada sobre cómo se definen hoy en día aquéllos que deciden dedicar su vida al Trabajo Social, la directora mencionó que se trata de un “profesional necesario en las redes comunitarias para dar frente a las realidades sociales, que conoce los contextos que investiga, las realidades que diagnostica para intervenir en estas problemáticas y construir con las y los sujetos cambios sociales. Nuestra intervención ha tenido toda una pertinencia social. Nuestra fortaleza es acumular lo mejor de las ciencias sociales, ya que pasamos de un plan de estudios, el de 1969, que tenía una mirada más asistencialista”.

La modificación más reciente al plan de estudios, afirmó, modernizó la enseñanza “acorde a las nuevas realidades sociales. Integra no sólo lo que hacemos en las áreas clásicas en Trabajo Social –como las de salud, educación y asistencia– pero de una manera mucho más estructurada. Ahora estamos previendo a la salud socioemocional, ante los escenarios de violencias y de atención socioambiental. De los problemas relacionados con lo individual, lo grupal y lo comunitario, estamos buscando nuevas formas de poder intervenir”.

“Ahora el peritaje en Trabajo Social, por ejemplo, es una de las áreas que se ha estado explorando para dar esa atención y de ahí deviene, no solamente en la formación básica o la formación superior que es la licenciatura –la cual está articulada en campos de conocimientos y en tres niveles de formación–, sino que va trascendiendo a partir de asignaturas optativas, que tienden a buscar la especialización”, recalcó.

Y añadió: “Llegamos a estos 50 años con varios logros y fortalezas, de acuerdo con las áreas sustantivas de nuestra Universidad, que son la docencia, la investigación y la difusión de la cultura. Estoy convencida de que lo que hemos logrado como comunidad académica de investigación y, por supuesto, escolar y administrativa. Se han tenido grandes avances gracias al aporte del doctor Manuel Sánchez Rosado, primer director, y quienes han estado en la dirección de la Escuela a lo largo de este tiempo”.

Fotos: cortesía ENTS.

Logros

Carmen Guadalupe Casas Ratia señaló que no sólo la ENTS cumple años, sino que diversas áreas que la conforman también han conseguido sostenerse a través del tiempo para beneficio de la comunidad. Por ejemplo, se cumplen “20 años de un sistema de educación abierta y a distancia, que inició con un grupo de 40 personas en el estado de Chiapas. Hicimos una apuesta siendo una escuela precursora del sistema a distancia y ahora tiene más de 1,500 alumnos. Parte de la infraestructura que está en proceso de ampliación es por este crecimiento que ha tenido la Escuela en su comunidad escolar, particularmente del sistema abierto y a distancia. El sistema presencial se ha mantenido; ahora tenemos una población de más de 3,500 alumnas y alumnos”.

Igualmente, agregó, “llegamos a 20 años con un Programa de especialización sobre salud, que se ha ido fortaleciendo con tres programas académicos; una vez que se constituyó el Programa único de especializaciones con tres planes de estudios: modelos de intervención con jóvenes, mujeres y personas mayores. Además, ya en revisión de cuerpos colegiados la Especialización en peritaje en Trabajo Social y salud mental, teniendo como entidad participante a la Facultad de Medicina”.

Otro de los organismos que alcanzó las dos décadas es el Centro de Información y Servicios Bibliotecarios: “un referente a nivel Iberoamérica; es de las principales bibliotecas con más de 37,000 títulos y más de 100,000 ejemplares en su acervo”.

“Un logro muy importante es el ingreso del programa de maestría al Consejo Nacional de Humanidades, Ciencias y Tecnologías, relevante para los planes y programas de estudios. Además, actualmente está en revisión nuestro doctorado en Trabajo Social, que, insisto, ha sido un logro de toda la comunidad y quienes me antecedieron. Me toca esta tarea de consolidar lo que se ha venido haciendo y llevar a nuestra escuela al nivel que requiere y merece como una profesión que da respuestas a estos problemas y realidades sociales.”

La maestra en Criminología por el Instituto de Formación Profesional anotó que el doctorado aglutinará “siete entidades participantes: de la UNAM, las facultades de Estudios Superiores Zaragoza, Ciencias Políticas y Sociales, y Medicina, y los centros de Investigaciones Interdisciplinarias en Ciencias y Humanidades y el Peninsular en Humanidades y en Ciencias Sociales; además, el Centro de Investigaciones en Psicoanálisis y Ciencias Sociales. Dichas entidades han trabajado junto con la escuela para que la propuesta de proyecto de doctorado fuera aprobada por las instancias correspondientes”.

“Vamos caminando, de la mano con la Red Nacional de Instituciones de Educación Superior en Trabajo Social que preside la Escuela y alberga a más de 46 instituciones de todos los estados de la República. Tenemos un trabajo muy constante y reuniones anuales; de ahí se detonan diversas acciones, planes y programas en el ámbito nacional en investigación, en educación continua y, por supuesto, el posicionamiento de la carrera”, afirmó.

Este reconocimiento fuera de la UNAM, argumentó la directora, “es muy importante, para que la carrera pueda ofrecer a las y los egresados los mejores niveles profesionales, porque de acuerdo con la estadística sí hay trabajo para quienes estudian Trabajo Social. Hay lugares que demandan profesionales comprometidos, pero, a la par, requerimos de un mayor reconocimiento salarial; es algo que estamos trabajando con colegios, asociaciones y las propias federaciones. Seguiremos fortaleciendo el trabajo con las y los alumnos”.

“Siempre me preguntan que cuándo me voy, pero yo creo que me van a sacar con los pies por delante”, aseguró entre risas Aída Imelda Valero Chávez, decana del Consejo Técnico y docente con 49 años de antigüedad académica de la ENTS, quien ha trabajado en la institución desde su creación:

“La Escuela se creó el 4 de octubre y entré a trabajar el primero de noviembre. He vivido todas las épocas de la ENTS, todos los directores, todos los paros –risas–. Es una escuela que ha tenido muchos cambios, en general. El más importante es su independencia, duramos tantos años como hijos putativos de la Facultad de Derecho y era muy difícil para nosotros tener libertad académica.”

Para Valero Chávez fue muy importante el contexto social en que nació la ENTS a principios de los 70 del siglo XX, ya que entonces “en Latinoamérica se llevaba a cabo el movimiento de reconceptualización, un movimiento de las ciencias sociales –y en particular de Trabajo Social– que nos llevó a tener otros acervos de consulta que no fueran la literatura norteamericana. Empezamos a tener la teoría crítica, marxismo, las cinco tesis filosóficas de Mao Tse-Tung, lo que hizo que cayera un famoso velo ideológico. El Trabajo Social empezó a tener una visión diferente y, un poco más adelante, tras la caída de Salvador Allende, los intelectuales de Chile vinieron a ser nuestros maestros acá”.

“Así se hizo una amalgama de los jóvenes más los chilenos que, gracias al primer director, se logró capitalizar esa conjunción de posturas. Así se desarrollaron varios planes de estudio, que han permitido a la Escuela tener una mayor vigencia, sobre todo con los cambios sociales que a cada momento nos ha tocado vivir”, afirmó la decana.

Ese momento marcó a la ENTS y la mantiene en constante evolución, apuntó, como lo demuestra la implementación de especialidades o el sistema de educación abierta y a distancia, en el que ya participan cerca de 3,500 alumnos –“una cifra que se compara con la cantidad de escolarizados”–.

“Somos una disciplina de intervención con ética, que tiene un papel importante, y de vocación, si tú no tienes vocación de servicio no puedes estar en esta Escuela. Tiene que haber ese deseo de ayudar”, consideró y añadió:

“Nuestra población, que muchos vienen de sectores menos favorecidos, llegan con la idea de transformar su realidad. Por eso digo que es una disciplina de intervención con sustento en las teorías sociales, con vocación y ética para intervenir.”

Valero Chávez señaló que la llena de orgullo ver regresar a sus alumnos a la Escuela muchos años después de haber concluido con sus estudios, porque es en ese momento que “se acuerdan de ti por lo que aprendieron, es cuando de verdad te evalúan, no cuando sacan un 10 o un 9. Ya salieron al campo y, junto con otros académicos, aplican todo lo que aprenden. Por eso, deben aprovechar el privilegio de estar aquí, porque es la mejor escuela de Trabajo Social del país, hay grandes retos que México debe enfrentar, hay 50 millones de personas sin servicios de salud”.

Y finalizó: “Tiene que haber compromiso, tiene que haber proyecto de vida, tienen que echarle ganas. Me ha tocado ver la transformación de mi escuela de Trabajo Social, sé que ya tiene presencia en la Universidad e, indudablemente, eso nos compromete más para hacer una institución de entrega, compromiso y colaboración”.

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