Tractado breve de chirvrgia…, antiguo impreso mexicano

Una edición digital se encuentra en la Biblioteca Cervantes y ha sido incorporada al proyecto Primeros Libros de las Américas

Entre las joyas bibliográficas que conserva la Biblioteca Nacional no podía faltar un antiguo impreso mexicano: el Tractado breve de chirvrgia y del conocimiento y cvra de algunas enfermedades q´en esta tierra mas comumente suelen auer, del agustino fray Agustín de Farfán, un médico que optó por la vida religiosa después de quedar viudo.

Sobre el origen del docto autor hubo una gran discusión de época: se decía que había nacido en la Nueva España, pero se ha comprobado que fue en Sevilla en 1532, y falleció en 1604 en la noble Ciudad de México.

Es evidente que la portada manuscrita fue incorporada en la segunda mitad del siglo XX por su poseedor original. El libro destaca debido a que no hay otro ejemplar en otras bibliotecas; la edición mexicana ha sido digitalizada e incorporada al catálogo de la Biblioteca Cervantes y recientemente cedida también al proyecto Primeros Libros de las Américas.

El volumen empata en gran medida con la tradición, conocimiento y uso medicinal de las plantas y el conocimiento de las enfermedades de los antiguos mexicanos, ya reflejados en textos como el célebre Códice Badiano o en la obra de Francisco Hernández, el protomédico que comenzó a registrar este tipo de plantas hacia 1571.

El Tractado breve de chirvrgia… es muy estimado por contener una serie de cuestiones de orden práctico, como lo dice el mismo padre Farfán: “Estoy interesado en que estas cuestiones sean conocidas no solamente por los especialistas, sino por la gente común…

En el capítulo VI, el médico habla de la cura de uno de los padecimientos más comunes de esa época que terminaba con la muerte del paciente, como puede comprobarse en los testamentos depositados en los archivos antiguos. La enfermedad de costado, o dolor de costado, conocida en la medicina tradicional indígena como dolor meco, es causa de un enfriamiento súbito. Podría tener origen en diversas afecciones, pero no hay duda de que es una especie de pulmonía fulminante.

La intención del autor es elocuente: “Ya he dicho que no escribo para los que son médicos, sino para los que estuvieran apartados de ciudades y pueblos grandes, donde siempre los suele haber, aunque hablando verdad donde quiera hay quien de serlo presuma y piensa que lo sabe hacer como el que desde su niñez estudió la ciencia de la medicina, y si no me creen véanlo en México donde tantos y tan doctos médicos hay…”.

Fuente: Alberto Partida Gómez, académico del Instituto de Investigaciones Bibliográficas.

Fotos: Rafael Paz.
Fotos: Rafael Paz.
También podría gustarte