Tragedia actual: la dominación está unida y la resistencia, fragmentada

Las grandes mayorías tienen mucho miedo y poca esperanza

El pensador portugués y Manuela D’Ávila, política, periodista y maestra en Políticas Públicas, brasileña. Fotos: Francisco Parra.
La tragedia de nuestro tiempo es que la dominación está unida y la resistencia fragmentada. “No podemos tolerar movimientos anticapitalistas que sean racistas y sexistas; no podemos tolerar movimientos feministas que sean racistas o procapitalistas”, afirmó Boaventura de Sousa Santos, catedrático de la Universidad de Coímbra, Portugal.

Al participar en el diálogo magistral Desafíos de la democracia en América Latina y el Caribe: encrucijadas y amenazas, como parte de la 9a Conferencia Latinoamericana y Caribeña de Ciencias Sociales. Tramas de las desigualdades en América Latina y el Caribe. Saberes, luchas y transformaciones, el académico señaló que actualmente el gran problema es que el miedo y la esperanza están muy mal distribuidos en el mundo.

“Las grandes mayorías tienen mucho miedo y poca esperanza, mientras que los superricos tienen mucha esperanza y sólo el miedo de perder sus privilegios”, prosiguió en la sesión moderada por Nicolás Arata, del Consejo Latinoamericano de Ciencias Sociales, Argentina.

En Las Islas de Ciudad Universitaria señaló que una palabra casi ausente en este encuentro es imperialismo norteamericano, “estamos en un periodo de gran incremento de imperialismos, de luchas de poderes rivales y de enfrentamiento entre Estados Unidos y China”.

El cientista social resaltó la necesidad de descolonizar la universidad ya que seguimos en estas instituciones educativas enseñando los conocimientos de los vencedores de la historia, pero nunca los de los vencidos, es necesario terminar con esto, “no es nada contra la ciencia, sino considerar que el de los vencidos es un conocimiento totalmente válido”.

El papel del Estado es importante, pero no puede impedir que realmente consigamos espacios de autonomía, libertad y acción, “porque el problema es que éste normalmente restringe la libertad autorizada; pero hay libertades no autorizadas, los zapatistas nos han enseñado eso, y debemos seguir por ahí”, destacó.

Asimismo, consideró, los partidos deben cambiar porque su forma actual está condenada históricamente; deben ser partidos-movimiento, estar atentos a los ciudadanos, a las comunidades, respetar a los líderes, pero sólo a aquellos que respetan a los movimientos populares.

La brasileña Manuela D’Ávila, política, periodista y maestra en Políticas Públicas, sostuvo que “para quien vive en un país donde tenemos el único presidente sin vacuna en el mundo, es importante tener la reafirmación de que la ciencia y el pensamiento crítico en las ciencias sociales pueden ayudarnos a cambiar la realidad”.

Desde la certeza de que “vamos a ganar la presidencia en Brasil, con Lula, y la conciencia de que eso significa ganar las elecciones en Colombia, con Petro”, la especialista llamó a reflexionar en por qué la extrema derecha ha ganado en su país.

En esa nación hemos tenido un golpe parlamentario, lawfare o uso indebido de instrumentos jurídicos para fines de persecución política, destrucción de imagen pública e inhabilitación de un adversario político, junto con la máquina de fake news o noticias falsas y todas las maneras que la extrema derecha intenta en el continente, refirió.

Los cambios simples no van a transformar la realidad, sino los radicales; hay que discutir y defender la democracia, porque aun cuando es tan pequeña, es importante para vivir, porque no es lo mismo estar en el Brasil del golpe parlamentario, del lawfare y las fake news, y de la violencia en la calle.

La paradoja está en que si tenemos que defender estructuras e instituciones insuficientes para el pueblo a alguien le queda defender las salidas radicales para la transformación social. Y es que, hasta ahora, en nuestros países esas salidas no están en nuestras manos, sino en las de la derecha, concluyó.

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