Rafael Correa en la UNAM
Transformar la democracia, desafío de América Latina
El expresidente ecuatoriano recomienda el manejo soberano de los recursos energéticos y una verdadera pluralidad
“En América Latina hay democracia y también voluntad de cambio”, dijo Rafael Correa, expresidente de Ecuador, durante una clase magistral en la Universidad Nacional; planteó que el gran desafío de la región es transformar a la democracia en un instrumento para el desarrollo, pues por sí misma no es suficiente, y agregó que es necesario alcanzar el progreso económico en democracia.
El doctor en Economía subrayó que se debe avanzar en temas como el manejo soberano de nuestros recursos energéticos y una verdadera pluralidad en los medios de comunicación, para evitar campañas de mentiras y ataques en contra de gobernantes progresistas, como le sucedió a él en Ecuador (2007-2017), y ahora aquí al presidente Andrés Manuel López Obrador.
Gran líder político
En una transmisión en vivo por YouTube y Facebook para todo público, Correa expuso el tema Democracia y desarrollo, dentro de la cátedra extraordinaria semestral (Re)pensando la Democracia en el Mundo Actual: una Visión Histórica, Global e Interdisciplinaria, que organizan el Programa Universitario de Estudios sobre Democracia, Justicia y Sociedad (PUEDJS), que dirige John Ackerman, y la Facultad de Filosofía y Letras.
El expresidente se encuentra en México como invitado especial de la UNAM y los próximos jueves 21 y 28 de enero tendrá dos actividades académicas más con el PUEDJS en coordinación con la Secretaría General y las facultades de Ciencias Políticas y Sociales y la de Economía, que también serán transmitidas por redes sociales.
Al presentarlo, Ackerman aseveró que es “uno de los grandes líderes políticos de América Latina de todos los tiempos”, además de un académico destacado. Mencionó que Rafael Correa no pudo participar como candidato en las elecciones presidenciales del próximo 7 de febrero en su país ante la persecución judicial de que es víctima.
En su intervención, el líder ecuatoriano realizó una amplia argumentación teórica, técnica, histórica y política acerca de las nociones de democracia, desarrollo, estado de derecho, división de poderes (“la principal división tiene que ser entre el poder público y el poder privado”), bienestar común, buen vivir, equidad y libertad, entre otros, con el propósito de demostrar la complejidad del mundo actual y cómo cada nación debe avanzar de acuerdo con sus singularidades.
A partir de lo anterior, planteó que la democracia no es necesaria para el desarrollo (China o Singapur) o de que la crisis política actual en varios países se debe al neoliberalismo y a la pérdida de valores democráticos (Estados Unidos).
También destacó el caso de México, donde durante más de 80 años ha habido estabilidad política en el relevo sexenal del gobierno; a lo largo de más de 30 años se impusieron políticas neoliberales y también se firmó un tratado de libre comercio con dos potencias mundiales (Estados Unidos y Canadá), pero no se dio un avance económico que mejorara los índices de bienestar de la mayoría de la población.
Correa afirmó que la democracia, más que un medio para el desarrollo es uno de sus fines. Sin embargo, apuntó: “No ha sido necesaria ni suficiente ni siquiera deseable para el desarrollo, pero en América Latina es ineludible”.
Explicó que “no es que el desarrollo funcione gracias a la democracia, sino que la democracia funciona gracias al desarrollo”. Por eso, agregó, “debemos hacer funcionar nuestras democracias para lograr una adecuada acción colectiva para el bien común”.
Y se preguntó: “¿Cómo lograr una mejor democracia para el desarrollo? Con formación, información y valores, pero también superando la democracia ficticia en función de unos cuantos, para ir a lo que Álvaro García Linera denominó la democracia plebeya”.