Inicia temporada en el Teatro Juan Ruiz de Alarcón
Tras su éxito en festivales y un premio internacional, Algodón de azúcar regresa a un escenario universitario
Experiencia que desentierra memorias olvidadas, confronta los dolores más profundos y reivindica la fuerza del recuerdo como herramienta de sanación
Estrenada en 2023 en el íntimo Foro Sor Juana Inés de la Cruz, la obra agotó localidades en sus 27 funciones. Continuó su trayectoria en festivales nacionales, tuvo temporadas en importantes foros de Ciudad de México, como el Teatro El Galeón Abraham Oceransky, hasta ganar el premio al Mejor Espectáculo Latinoamericano de Artes Escénicas en los Premios Talía 2024 de España, una validación decisiva al trabajo y a la dedicación del equipo.
Esta joven obra de culto en el circuito teatral mexicano regresa al CCU para seguir cautivando a quienes se atrevan a entrar a ese espacio donde la nostalgia, el dolor y el humor negro se entrelazan para revelar los rincones más vulnerables de la psique humana. En esta ocasión se presentará en el Teatro Juan Ruiz Alarcón, donde tendrá una temporada del 19 de enero al 22 de febrero de 2025.
Este cambio de sede a un recinto de mayor capacidad y con escenario a la italiana representa un desafío emocionante para Gabriela Ochoa y el equipo de Conejillos de Indias. En palabras de la directora y dramaturga mexicana, esta transición comenzó durante las presentaciones en festivales como el de Nuevo León y la Muestra Nacional de Teatro, donde se descubrió que la obra mantenía su fuerza y conexión emocional incluso en espacios más amplios.
“Lo visual y plástico de esta obra adquieren nuevas dimensiones en un teatro más grande, donde puede ser apreciado desde múltiples perspectivas”, explicó Ochoa.
En ese sentido, más que una obra de teatro, Algodón de azúcar se presenta, según su creadora, como una experiencia escénica que desentierra memorias olvidadas, confronta los dolores más profundos y reivindica la fuerza del recuerdo como herramienta de sanación.
La pieza plantea la historia de un hombre perdido en medio de una tormenta, que se encuentra con tres payasos que lo engatusan para entrar en una feria abandonada y, tras hacer un pacto con ellos, en cada una de las atracciones revive episodios de su infancia en un universo onírico, trastocado y delirante.
Ochoa destacó que los actores se han apropiado de sus personajes, desde el estreno mismo, haciendo crecer la obra en términos actorales, discursivos y dinámicos. Este desarrollo también se ve reflejado en la incorporación de elementos visuales y sonoros que refuerzan el carácter onírico y perturbador de la feria en la que transcurre la trama.
Lo más valioso para Ochoa ha sido la respuesta del público, que encuentra en Algodón de azúcar un espacio para reflexionar sobre temas difíciles, como el abuso infantil y los silencios familiares. “La obra pone el tema sobre la mesa, ante todo porque la denuncia dentro del seno familiar es un tabú, es algo de lo que no se suele hablar”, comentó la directora.
A través de su narrativa, la obra abre la conversación sobre estos problemas: ayuda a los espectadores a romper el silencio y afrontar heridas del pasado.
Para Gabriela Ochoa es un recordatorio sobre la vida, acerca del hecho de que, más allá de las heridas del pasado, todos conservamos un lugar especial y seguro al que podemos volver. “La esencia de lo que yo quería transmitir en esta obra es que no olvidemos que en cada persona existe este lugar auténtico, ese sitio esencial y seguro de cuando fuimos niñas o niños e, independientemente, sea cual sea nuestra historia, siempre podremos recurrir a él”, señaló.
Con un elenco consolidado, en el que destacan Alejandro Morales, Romina Coccio, Carolina Garibay, Miguel Romero y Francisco Mena, una propuesta visual impactante y una historia que mezcla humor y crudeza, la obra promete ser una experiencia teatral inolvidable en su regreso al CCU.