Campus Morelos recicla ocho toneladas de residuos urbanos

180430-com3_etiqueta Por reciclar más de ocho toneladas de residuos urbanos y transformar en composta 90 por ciento de sus desechos alimenticios y cien por ciento de los de jardinería durante 2017, el campus Morelos es el primero en lograr avances en el Programa Manejo Integral de Residuos Sólidos Universitarios con enfoque Basura Cero (MIRSU B0).

Las entidades que lograron la recuperación de sólidos (papel/cartón, PET, bolsas, vidrio, lata, aluminio, pilas o fierro) fueron: el Instituto de Biotecnología (IBt) con el 37 por ciento; el Centro Regional de Investigaciones Multidisciplinarias (CRIM) con 26; la Unidad Cuernavaca del Instituto de Matemáticas (UCIM) con 23 y el Centro de Ciencias Genómicas (CCG) con el 15.

Para Raúl García Barrios, coordinador del MIRSU B0 en ese campus, es importante promover este tipo de cambio de consumo, pues en México hay un severo rezago en materia de reciclaje. “Aquí sólo se reducen entre dos y cinco por ciento de los desechos, mientras que en países nórdicos se alcanza entre 60 y 70 por ciento”.

Este programa, cuyo objetivo es diseñar e implantar acciones y procesos que disminuyan progresivamente la cantidad de basura hasta llegar a cero, presenta cuatro fases: una separación de residuos en la fuente (el usuario realiza la separación correcta), la recolección selectiva (trabajadores del campus conservan la separación), el acopio (se deposita de manera temporal en los centros de acopio) y la disposición final (se transfiere a través de una sociedad civil a empresas recicladoras locales y regionales).

Por destino

La separación correcta de los desperdicios es fundamental para su manejo integral; la clasificación no debe ser por sus características (orgánicos o inorgánicos), sino con base en su destino. Para ello, es esencial que haya demanda de los desechos para reciclar en categorías como lo hicieron en Morelos: orgánicos compostables (bote verde), plásticos valorizables (bote azul), papel/cartón (bote café), envases (bote amarillo) y basura no valorizable (bote gris).

Igualmente, es indispensable modificar los patrones de consumo personal e institucional. “Aquí empezamos a compostar los residuos orgánicos en los jardines y trabajamos en un método que permite hacer lo mismo con productos de laboratorio como el bagazo”, agregó el también investigador de Investigaciones Multidisciplinarias.

Además, se debe evitar la utilización de vasos y platos desechables, incluso biodegradables. “Ahora todos traen su plato y taza. Implementamos detergentes biodegradables para el lavado e incentivamos el uso de bolsas reciclables y el reúso para extender su vida útil”.

El universitario consideró que “la voluntad política de los directores, del equipo académico-administrativo y la disposición de los trabajadores para modificar su rutina en el manejo de la basura fueron esenciales para este logro”.

Distintivo ambiental

A las entidades que logran un manejo óptimo y sustentable de las categorías de residuos, energía, agua y consumo responsable, la Dirección General de Atención a la Comunidad (DGACO) les otorga un Distintivo Ambiental, el cual reconoce su desempeño ambiental.

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