Triunfan mujeres en el deporte adaptado

Hay que atreverse a hacer cosas, competir y salir a la calle: Claudia Angélica González, de tiro con arco

Claudia González y Karla López. Fotos: Benjamín Chaires.

Dos mujeres con discapacidades físicas decidieron revertir la adversidad y triunfan en el deporte adaptado de la UNAM. Con sus experiencias muestran que esta actividad reta y desarrolla a las mujeres; hoy, además, hay mayor apertura y presencia de ellas en distintas disciplinas, lo que hace de la modalidad adaptada una opción que exige y compite.

Claudia Angélica González Peralta, atleta de tiro con arco, llegó a esa práctica después de haber padecido cáncer en una pierna y tener problemas de movilidad. Tras intentar con el atletismo en muletas y silla de ruedas, encontró en el tiro con arco una posibilidad óptima para salir adelante con aquella situación a la que se enfrentó de repente.

“Yo ya había estudiado en la Facultad de Odontología antes de mi enfermedad y busqué alternativas en la Universidad, donde he encontrado apoyo en el deporte adaptado, y donde hoy lucho por ser campeona nacional de tiro con arco”, expresó.

Claudia consideró que a una persona con discapacidad “lo que la paraliza es el miedo, por lo que hay que atreverse a hacer cosas que la saquen de su zona de confort, como competir y salir a la calle”.

Reconoció como adecuado que hoy el deporte en general sea más abierto hacia las mujeres y que ellas tengan participación en casi cualquier especialidad. “Lo mismo está pasando con el adaptado, hay muchas mujeres involucradas en diversas modalidades”.

Primero, admitirse

Al intervenir en la charla Discapacidad, Deporte y Mujer, organizada en línea por la Dirección General del Deporte Universitario y moderada por Alejandrina Zamora, presidenta de la Asociación del Deporte Adaptado de esta casa de estudios, González recomendó primero admitirse, conocer el propio cuerpo y luego aceptar la nueva realidad para salir adelante con ella.

Por su parte, Karla Itzel López Lozada, estudiante de la Facultad de Artes y Diseño (FAD) y quien como alumna del Colegio de Ciencias y Humanidades (CCH) Oriente obtuvo el Premio Puma 2018, comentó que decidió dedicarse al lanzamiento de jabalina, disco e impulso de bala después de un periodo de rehabilitación.

“En 2012 tuve un accidente automovilístico y me dijeron que quedaría cuadripléjica. Comencé haciendo muchos ejercicios de rehabilitación que me ayudaron emocional y físicamente, los cuales me llevaron a participar en el deporte adaptado”, narró.

Karla siguió sus estudios primero en el CCH Oriente y luego en la FAD, donde enfrenta retos como trasladarse a Xochimilco para tomar clases.

“Antes de la pandemia pasaba la mayoría del tiempo en la Universidad, donde me gusta que no me traten de manera diferente, y donde no he sufrido ninguna discriminación en lo personal”, afirmó.

Como atleta joven, mujer y con discapacidad, Karla agradece que hoy las cosas sean distintas y que haya más apertura en cuanto a las mujeres, que pueden tomar parte en cualquier disciplina.

En la conversación ambas universitarias mencionaron que aún falta mucha cultura que fomentar en torno a las personas en estas condiciones, así como infraestructura adecuada, con elevadores y rampas especiales.

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