Ulama, juego ancestral que empodera a la mujer

En la comunidad de peloteros no hay discriminación ni rechazo hacia ellas: Paola Guadían

Paola Guadían, egresada de la Escuela Nacional de Trabajo Social. Foto: cortesía Sarabel Yansa.

Ulama, el juego de pelota ancestral practicado en gran parte de Mesoamérica, fue prohibido con la llegada de los españoles por su naturaleza ritual y la incomprensión de los europeos ante una pelota pesada y maciza que puede rebotar y poseer movimientos como si tuviera vida propia. Sin embargo, siglos después, esta actividad física sobrevive y las mujeres no se quedan fuera del juego, pues además de participar destacan el empoderamiento que les genera hacer este deporte.

Paola Guadían, egresada de la Escuela Nacional de Trabajo Social, vio por primera vez el juego de pelota en Teotihuacan y quedó impresionada de la intervención de las mujeres. Desde entonces comenzó la práctica del también conocido como ulama de cadera, y comenta que en la comunidad de peloteros no aprecia discriminación o rechazo hacia ellas, sino apoyo y consejos.

“En la cosmovisión de los pueblos originarios, el ulama también representa un equilibrio del universo, una dualidad entre el día y la noche, entre hombres y mujeres. Es por eso que las mujeres tenemos que estar presentes no sólo como espectadoras sino también como jugadoras”, dice la capitana del equipo femenil.

Paola afirma que las mujeres que realizan esta ejercitación se han visto empoderadas, independientemente del fortalecimiento en piernas y brazos. “Tu cuerpo y tu mente se activan y empiezas a hacer cosas que jamás imaginaste, diferentes movimientos, la misma fuerza se incrementa”.

Idea reforzada por Xiadani Cuevas Aguilar, alumna de la Facultad de Contaduría y Administración, quien comenzó a entrenar ulama de cadera en octubre del año pasado, y expresa que este juego ancestral también es un factor de motivación en su vida cotidiana.

“Es un deporte muy completo, se desarrollan mucho fuerza y resistencia, nunca había tenido tanta en los brazos y ahora puedo aguantar mi peso o hacer lagartijas. La constancia es clave, practico dos veces a la semana con mi familia, incluso mi mamá se animó a jugar. También he bajado de peso, y es otra motivación ”, confiesa la universitaria.

El ulama se juega principalmente con la cadera, la parte del cuerpo humano que evoca a la fertilidad. El objetivo es hacer el mayor número de puntos en una dinámica parecida a la del voleibol, en donde un jugador golpea la bola y el otro responde hasta que alguno de ellos no puede devolver el objeto redondo dentro de los límites de la cancha.

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