Un contexto complicado demanda preparación cada vez más especializada
Clausura del Diplomado para la Formación de Personal Académico Administrativo del Bachillerato
En la ceremonia de entrega de reconocimientos a los participantes de la octava generación del Diplomado para la Formación de Personal Académico Administrativo del Bachillerato, y bienvenida de la novena, destacó la importancia de ofrecer herramientas a los funcionarios que les permitan analizar las problemáticas que se presentan en la gestión de los distintos servicios que se ofrecen en ese crucial nivel educativo, ya que es ahí donde se termina la formación general y se define la vocación de quienes continuarán sus estudios.
“Es una edad difícil, que requiere una atención especial también en lo emocional y psicológico, y eso hace que la gestión de los planteles sea compleja”. A ello se suma el entorno social. Por eso es tan importante contar con actividades como este diplomado.
Dicha actividad académica acerca a los participantes a los distintos servicios y gestión de las diferentes problemáticas que se pueden presentar a lo largo del ejercicio como funcionarios. “También es importante la retroalimentación, y compartir sus experiencias enriquece la oferta del diplomado”.
Lomelí Vanegas resaltó que las temáticas tratadas han aumentado al reconocer problemas que existían pero no se habían visibilizado, como la violencia de género y la discriminación. “Eso nos obliga a revisar los contenidos del diplomado y de toda la oferta educativa que ofrece la Universidad”.
Al dirigirse a los participantes recalcó su esfuerzo y empeño en contar con elementos que los ayuden a ejercer de mejor manera las funciones que realizan, y el apoyo que los directores generales y de los planteles pueden darles para que “se sigan formando, en beneficio de sus comunidades y de nuestra institución”.
Javier Romero y Fuentes, secretario ejecutivo del Colegio de Directores de Bachillerato, informó que ya suman 259 funcionarios y docentes de este nivel educativo de la UNAM, del Sistema Incorporado y del bachillerato a distancia, que han tomado el diplomado. Con la nueva generación la cifra ascenderá a cerca de 300 capacitados con una visión completa de sus deberes, habilidades y obligaciones, y en cuanto a los servicios que se deben ofrecer a profesores y estudiantes.
No es sino hasta ahora, después de la emergencia sanitaria, cuando se reinicia esta labor que ha traído grandes beneficios, y se cumple con el compromiso pendiente de la entrega de diplomas a la octava generación, refirió.
En representación de los integrantes de dicha generación, María Patricia García Pavón calificó como un privilegio estar reunidos de manera presencial “después de un periodo que nos mantuvo alejados de nuestros centros de trabajo, de estudio y de aprendizaje, debido a la pandemia, y recibir el documento que acredita lo que realizamos durante el diplomado”.
Éste fue un espacio de comprensión, aprendizaje y retos a superar en la realidad cotidiana. Esta actividad es importante porque la Universidad demanda de sus funcionarios conocimientos de servicios académicos, administrativos, atención a los estudiantes e identificación de las necesidades y problemas de nuestras comunidades para dar solución de manera creativa, empática e institucional, destacó.
“Aprendimos a identificar fortalezas en distintas áreas, a prever, analizar y proyectar propuestas, planes y estrategias con una visión institucional y de servicio, a visualizar posibilidades de mejora, y proyectar con creatividad acciones orientadas a atender las áreas donde prestamos servicios.”
La formación y actualización son permanentes en esta institución, por ello aplaudo la incorporación de temas novedosos, integrados en la reciente emisión del diplomado. Esos ajustes contribuirán a que la nueva generación adquiera conocimientos sobre ellos y realicen propuestas en nuestros espacios escolares para disminuir la violencia de género, concluyó.
